MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Cero intermediarios: argumento absolutista para engañar al pueblo oaxaqueño

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La agudización de las contradicciones en el tiempo y los análisis rigurosos se encargarán de descubrir la falacia del gobierno de la “cuarta transformación”, sobre su planteamiento de que “los intermediarios” son una traba para llegar a las masas populares y así resolverles sus problemas.

Bajo esa óptica, los funcionarios morenistas acusan, señalan y hasta persiguen a los líderes de las organizaciones como delincuentes para que desaparezcan. De esta manera, los políticos de “la primavera oaxaqueña”, buscan monopolizar el título de defensores del pueblo, pues aseguran que no debe haber posiciones contrarias a las que dicta el gobierno, ¡no! Eso era antes, en las administraciones pasadas, cuando no se atendían las necesidades de las comunidades y colonias; ahora nada tienen que hacer las organizaciones reclamando soluciones. 

Pero veamos de fondo qué oculta este argumento, que en esencia busca eliminar el instrumento legal y político para que los ciudadanos se puedan organizar.

Thomas Hobbes,  filósofo inglés considerado uno de los fundadores de la filosofía política moderna, en su libro Leviatán,  al abordar el tema del Estado, plantea: “los hombres están en continua pugna de honores y dignidad, por eso surge, la envidia y el odio, y finalmente la guerra”.

Por consiguiente, dice que la convivencia entre los hombres lo es solamente por pacto, es decir, de modo artificial y por eso aseguraba que aparte del pacto se requiere un poder común que los mantenga delimitados y dirija sus acciones hacia el beneficio colectivo.

Se trata, decía Hobbes, de conferir todo el poder y fortaleza en un hombre o a una asamblea de hombres, todos los cuales, por pluralidad de votos, puedan reducir sus voluntades a una voluntad. 

Esto es algo ma?s que consentimiento o concordia; es una unidad real de todo ello en una y la misma persona, instituida por pacto de cada hombre con los dema?s, en forma tal como si cada uno dijera a todos: “autorizo y transfiero a este hombre o asamblea de hombres mi? derecho de gobernarme a mi mismo, con la condicio?n de que vosotros transferire?is a e?l vuestro derecho, y autorizare?is todos sus actos de la misma manera. Hecho esto, la multitud asi? unida en una persona se denomina Estado, en lati?n, civitas. Esta es la generacio?n de aquel gran Leviatán, o ma?s bien (hablando con ma?s reverencia), de aquel dios mortal, al cual debemos, bajo el Dios inmortal, nuestra paz y nuestra defensa. Porque en virtud de esta autoridad que se le confiere por cada hombre particular en el Estado, posee y utiliza tanto poder y fortaleza, que por el terror que inspira es capaz de conformar las voluntades de todos ellos para la paz, en su propio pai?s, y para la mutua ayuda contra sus enemigos, en el extranjero”. Así fundamentó la idea del soberano absoluto. 

Esa es la justificación de un Estado sin ningún contrapeso, que en los hechos está al servicio de las clases más poderosas y que ha dado origen a las peores dictaduras una vez que la sociedad deja de organizarse y resistirse a ese control absoluto.

Los funcionarios de Morena, sintiéndose superiores a los demás por sus cargos, sólo repiten frases como disco rayado, como las que maneja el presidente, sin el más mínimo análisis de su realidad. 

¿Cómo se explica que, a más de 450 años de aquella visión absoluta del Gobierno, renazca con tanta fuerza en los políticos de Morena nuevamente? ¿Cómo se explica que los que se dicen ser de izquierda manejen este planteamiento conservador y absolutista? Por su ignorancia, soberbia y por su interés como sector de la sociedad.

En una sociedad dividida en clases sociales como la nuestra, la clase poderosamente económica, impone sobre los sectores medios y pobres, sus teorías e ideologías. Los funcionarios de Morena, sintiéndose superiores a los demás por sus cargos, sólo repiten frases como disco rayado, como las que maneja el presidente de la república, sin el más mínimo análisis concreto de su realidad y además, todos son hijos del sistema político actual, provienen del PRD, PRI y del PAN etcétera. Pero ahora resulta que porque se vistieron de guinda, ya todo cambió, se les borraron sus vicios del pasado, ahora ya no roban, ahora ya no engañan, ahora sí realmente van a solucionar al pueblo oaxaqueño sus rezagos históricos. Quienes les creen no conocen de historia política reciente. 

Tal ignorancia y soberbia los ha llevado a decir que están transformando a Oaxaca, pero en sus ideas, porque en la realidad, ya va a culminar el año 2023 y no vemos ninguna obra de impacto terminada, deberían haberse ya ejecutado los recursos al campo, a la vivienda y demás proyectos de infraestructura, pero no hay nada de eso.

Organizaciones como el Movimiento Antorchista les dimos el voto de confianza de caminar sobre las vías que proponían para la solución de las necesidades planteadas por nuestros organizados y después, los dirigentes dejamos que trataran con los comités de obras y autoridades de las comunidades, con proyectos que cumplían con todos los requisitos, pero aun así, no se resolvieron, ni se construyeron las obras, demostrando con ello que el problema no son las organizaciones,  sino su visión de político liliputiense, de lo que piensan los verdaderos amos del dinero en México y en el mundo.

Esta visión de los funcionarios que se dicen de izquierda no es ni puede ser otra que la del sistema político actual, debido a que ellos son carentes de una filosofía propia y delimitada, y porque la izquierda mexicana siempre fue lo que es Morena ahora: una mezcla de todos los grupos, juntados por los intereses inmediatistas de las masas y el poder político para los dirigentes. Esta realidad se empata perfectamente con su idea absoluta del poder; aceptan al pueblo para que apoye con los votos, pero no para que participe activamente en las decisiones políticas. 

Sostengo que muy poco va a cambiar la realidad que viven los oaxaqueños con su plan estatal de desarrollo de “La primavera oaxaqueña”. 

Se requiere de un nuevo partido político, surgido de las entrañas del pueblo, con una filosofía propia y definida, con un plan de desarrollo económico ambicioso, que saque al estado de la marginación en la que se encuentra; un partido que deje que los oaxaqueños participen en políticas públicas.

Los que combaten a las organizaciones sin entender ni comprender la explicación profunda de las ideas que manejan; sin saber que el derecho constitucional de asociación fue un logro de las luchas de los pobres de la tierra; que para conquistar tal derecho los obreros del mundo ofrendaron sus vidas, son enemigos del pueblo.

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