Hace días, fui invitado como ponente a una reunión numerosa de personas que solicitaban, entre otras cosas, que les explicara yo, la diferencia existente entre lo que es y hace el Movimiento Antorchista y lo que están haciendo los partidos políticos actuales. Para comenzar, pedí yo que levantaran la mano, de entre los presentes, todas aquellas mujeres que se consideraban "amas de casa", casi todas la levantaron; pedí luego que dejaran en alto la mano, las "amas, que tienen en propiedad una casa", y casi todas la bajaron. Y lo mismo pasó con los trabajadores que no tienen empleo, con los enfermos que no pueden ir al hospital, con los universitarios que no pueden ir a la universidad y con los profesionistas que no ejercen su profesión. Dije entonces a los presentes, que por su origen, los partidos políticos deben hacer todo cuanto puedan, incluso comprar voluntades, para ganarse el interés inmediato de las amas de casa, del trabajador, del enfermo o del universitario, olvidándose, por tanto, de la casa, del trabajo, del hospital, de la universidad o de las escuelas. Antorcha, en cambio, lucha y trabaja para que la ama de casa, tenga casa, y para que el trabajador, trabajo remunerador. Recordar que no es lo mismos acabar con los pobres, que acabar con la pobreza.
Hace días, leí en los medios locales, las declaraciones que dio la Coordinadora, en Colima, de Programas de Desarrollo Social de la federación, la diputada con licencia Indira Vizcaíno Silva. Esto dijo la diputada: "Ya esta muy avanzado el censo para los beneficiarios de los diferentes programas que otorgará el gobierno federal, [...] los recursos empezarán a fluir a partir del mes de febrero." (adecolima.mx, 22/01/2019). Afirmó que serán 2,500 pesos, los que recibirán cada dos meses las personas mayores de 68 años; 1,600 pesos, también cada dos meses, lo que se dará a los estudiantes de preparatoria, así como 2,400 pesos a los universitarios. Y sin que nadie le preguntara, dijo además, que la entrega de apoyos sociales, para el campo, para los estudiantes y demás, se otorgarán a través de tarjetas bancarias para que el dinero les llegue "completito" a los beneficiarios. Pues todo esto esta muy bien. Pero ahora sabemos que es dinero, dinero y más dinero, "sin intermediarios", la palabra mágica que el nuevo gobierno - como si fuera un partido político -, ofrecerá a todos los pobres, cual bálsamo de Fierabrás, contra todos los males que significa su pobreza y pobreza extrema.
Ahora, ante las declaraciones de la Delegada, lo único verdaderamente preocupante, es saber cuántos, de todos los colimenses en verdadero estado de pobreza e indefensión, serán los verdaderos agraciados de la cuarta Transformación. ¿Absolutamente todos los estudiantes pobres de preparatoria recibirán la beca?, ¿todos los universitarios tendrán el apoyo?, y los adultos mayores de 68, ¿no sería mejor que les otorgaran, en un sólo pago, los 15 mil pesos por año a que ahora tienen derecho, tomando en cuenta su delicada situación de salud?, ¿o de una vez los 45 mil de todo el trienio, tomando en cuenta que habrá adultos que, para nada, les interesa ya los resultados de las próximas elecciones? Digo, se supone que "primero los pobres" ¿o no?
Pero, ¿y qué han dicho en Colima, los de la Cuarta Transformación, acerca de la falta vivienda y del empleo remunerador para los más pobres de los pobres? No olvidemos, que los programas o ayudas sociales, tal como sucedió con el nuevo gobierno, cambian con cada sexenio, y nadie puede asegurar, que luego de seis años los pobres de siempre sigan recibiendo la "ayudita" que ahora prometen. Y aquí es donde yo repito las preguntas: ¿y la vivienda?, ¿y el empleo?, pero además agrego: ¿y la construcción de escuelas, hospitales, electrificaciones, redes de agua y drenaje, pavimentos, empedrados unidades deportivas, recintos culturales, etcétera, etcétera? Y aquí es donde el nuevo gobierno responde con mutis.
A finales del año 2016, el Coneval publicó su Panorama Sociodemográfico de Colima 2015, un documento aún vigente; entre otras cosas, aquí se informa sobre la situación que guarda el problema de la falta de vivienda en todo el estado, que es, demográfica y territorialmente hablando, el más pequeño de todo el país. Para la fecha a que me refiero, en el documento se dijo que, de las 205 mil 243 viviendas particulares habitadas registradas en Colima, sólo el 60.4 por ciento son propiedad del que las habita, esto significa, tomando en cuenta que el promedio de ocupación por vivienda es de 3.5 personas, que son 284 mil 467 colimenses, los que viven en casas rentadas, prestada o invadidas. Es decir, el 40 por ciento de la población total, del estado más pequeño de todo el país, no tienen vivienda propia. ¿De qué tamaño será el problema en toda la nación?, ¿no es este un reto, como para que demuestre de qué está hecha la Cuarta Transformación? Otra vez la respuesta es el mutis.
¿Y qué decir del empleo remunerador? Aquí los datos que doy son de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) del nuevo gobierno. El documento que consulté esta fechado en enero de 2019 e informa del último trimestre del año pasado. Aquí se dice, que la población de 15 años y más, es decir, en edad de trabajar, que hay en Colima (que como ya dijimos, es el más pequeño entre los pequeños), son 582 mil 636 personas; de ellas, 384 mil 559 son la Población Económicamente Activa (PEA) y se dice que el 96.7 por ciento esta ocupada, es decir, son los que tienen empleo. Pero, de todos estos ocupados, el 47.3 por ciento, estos son, 176 mil 053 trabajadores, laboran en la informalidad, que en pocas palabras es desempleo disfrazado, pues no tienen seguridad laboral, seguro médico ni prestaciones laborales. Pero además, de estos mismos ocupados a que nos referimos, 155 mil 135, el 42 por ciento, recibe menos de dos salarios mínimos por jornada diaria, esto es, menos de 1,437.52 pesos por semana. Y otra vez, ¿qué dice el nuevo gobierno de los problemas que significa el desempleo, la falta de remuneración y la informalidad laboral? Nada, ni en las conferencias mañaneras, ni en las conferencias de la Coordinadora de Programas de Desarrollo Social, ni nada.
Suena trágico pero cierto, nada bueno se puede esperar de un gobierno que usa el presupuesto para comprar conciencias y dignidad, en vez de conquistarlas. Veremos.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario