MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Caso Ayotzinapa: la deuda pendiente de AMLO y Morena

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Nueve años han transcurrido desde la fatídica noche del 26 de septiembre de 2014, cuando 43 estudiantes de la Escuela Rural Normal de Ayotzinapa desaparecieron en Iguala, Guerrero, México. Este caso, conocido como el caso Ayotzinapa, no sólo ha dejado una herida abierta en la sociedad mexicana, sino que también ha expuesto las profundas fallas en el sistema de justicia y la persistente impunidad en el país.

El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), líder del partido Morena, llegó al poder en 2018 con la promesa de abordar de manera efectiva esta tragedia y buscar la verdad detrás de la desaparición de los 43 estudiantes. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos y las investigaciones en curso, la sensación de impunidad y la falta de respuestas concretas prevalecen.

Las últimas investigaciones realizadas por el Gobierno de AMLO han calificado el caso Ayotzinapa como un "crimen de Estado". Esto implica que funcionarios de "alto nivel del gobierno" están implicados en este delito que ha dejado a las familias de las víctimas sin respuestas y a México con una mancha indeleble en su historia.

El estado de Guerrero, donde ocurrió esta tragedia, es conocido por ser una región clave en el tráfico de drogas y otras actividades delictivas. Esta situación ha creado un caldo de cultivo para los enfrentamientos entre grupos delictivos y la colusión de intereses entre estos grupos y las instituciones gubernamentales. La Escuela Rural Normal de Ayotzinapa, por su parte, ha sido un símbolo de la lucha social y ha acogido a estudiantes de bajos recursos de diversas regiones de México.

Los eventos del 26 de septiembre de 2014 comenzaron cuando los estudiantes se dirigían a Iguala para tomar autobuses que los llevarían a la Ciudad de México para participar en marchas conmemorativas. La Policía municipal de Iguala respondió a supuestos secuestros de autobuses y enfrentamientos con los estudiantes, lo que desencadenó una serie de eventos violentos. Dos estudiantes murieron esa noche y un tercero fue encontrado sin vida al día siguiente, con signos de tortura. 

El caso Ayotzinapa es un recordatorio doloroso de la violencia y la impunidad en México: a pesar de la creación de la Comisión de la Verdad del caso Ayotzinapa (CVAJ) en julio de 2020 y de los avances recientes, la lucha por la verdad y la justicia está lejos de haber terminado.

Decenas de jóvenes fueron detenidos y liberados posteriormente, pero la pregunta que aún persiste es ¿qué sucedió con los 43 estudiantes desaparecidos, cuyos restos sólo en tres casos han sido identificados?

La versión oficial inicial, bajo la Presidencia de Enrique Peña Nieto, apuntaba a que los estudiantes habían sido entregados por la Policía municipal a un grupo criminal, que los confundió con miembros de una banda rival y los asesinó antes de incinerar sus cuerpos en un basurero municipal. Esta versión, conocida como la "verdad histórica", fue ampliamente cuestionada desde el principio y desacreditada por organismos nacionales e internacionales.

El Grupo Independiente de Expertos Internacionales (GIEI), que analizó el caso durante casi dos años, y organizaciones como Amnistía Internacional destacaron que esta versión no investigó adecuadamente las complicidades en todos los niveles del Estado mexicano. Desde el inicio de su mandato, AMLO prometió encontrar la verdad detrás de la desaparición de los estudiantes y creó la Comisión de la Verdad del caso Ayotzinapa (CVAJ) en julio de 2020.

Las conclusiones de la CVAJ presentadas en agosto de 2022 arrojaron una verdad inquietante: "concurrieron integrantes de un grupo delictivo y agentes de diversas instituciones del Estado mexicano". Además, el informe acusa a "altos niveles del Gobierno" de ocultar la verdad, alterar la escena del crimen y mantener vínculos con el grupo delictivo.

Recientemente, el exfiscal de la República, Jesús Murillo Karam, fue detenido por "desaparición forzada y tortura en el caso Ayotzinapa", y se han emitido 83 órdenes de aprehensión en el estado de Guerrero contra militares, policías y funcionarios por su presunta vinculación con el caso. Sin embargo, esto no disminuye la magnitud de la tragedia ni borra el dolor de las familias de las víctimas.

El caso Ayotzinapa es un recordatorio doloroso de la violencia y la impunidad en México. A pesar de los avances recientes, la lucha por la verdad y la justicia está lejos de haber terminado. La sociedad mexicana y la comunidad internacional continúan exigiendo respuestas y acciones concretas para que los responsables rindan cuentas y se haga justicia para los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa. La falta de respuestas efectivas hasta ahora plantea serias dudas sobre la capacidad y la voluntad del Gobierno de AMLO para cumplir su promesa de justicia y poner fin a la impunidad en el país.

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