"Se puede engañar a todo el mundo algún tiempo...se puede engañar a algunos todo el tiempo...pero no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo", Abraham Lincoln (1809-1865), 16º Presidente de los Estados Unidos de América.
El presidente de México tiene una característica peculiar, como buen beisbolista (que cree que es), lanza bolas a diestra y siniestra, pero los últimos años esas bolas no salen de sus manos, salen de su boca, convirtiéndose en bolas de fuego. Esto sería interesante o valioso si dichas bolas de fuego tuvieran la suficiente fuerza de los argumentos sólidos. Pero dicho ejercicio carece de solidez, me explico:
Los abogados dicen que quien acusa está obligado a probar.
En varios discursos (ya como presidente electo) promovió el odio contra lo que él llamó "los intermediarios", organizaciones que han recibido dinero, recursos de los anteriores gobiernos. Se refirió a los programas de transferencia monetaria directa. Jamás comprobó cuánto ni cómo recibieron esos recursos. Después utilizó a una de las empresas que pertenecieron (hasta que llegó al poder) a la mafia del poder mediante un reportaje en cadena nacional en el noticiero estelar de Televisa de más de 4 minutos dedicados a 50 gasolineras que pertenecen a la Organización Antorcha Campesina. Un dato más, los únicos "intermediarios" eran los trabajadores de Sedesol, quienes a inicio de su gobierno fueron despedidos, como los empleados del SAT y demás dependencias (en el inicio de este gobierno han sido despedidos cerca de 222 mil empleados federales como lo documenta la revista buzos un No. 861).
Cabe aclarar lo siguiente: cada una de esas 50 gasolineras están dentro de un esquema estricto de control volumétrico sobre la regulación de adquisición y venta de combustible, es decir, cada mililitro que entra, se contrasta contra cada mililitro que sale a través de un software que registra los movimientos en las bombas tres veces al día, cada 8 horas, para prevenir que haya venta de huachicol, todo esto con el propósito de proteger el patrimonio hacendario, ya que se evita la evasión y elusión fiscal del Impuesto Sobre la Renta (ISR), del Impuesto al Valor Agregado (IVA), y el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS).
Los enemigos número uno de la patria son los huachicoleros, ya se acabó la guerra contra el narco, ellos (los narcos) recibirán el perdón (no así el olvido) del presidente emanado de Morena.
No encontró mejor momento el presidente para descalificar a los antorchistas que sugerir que en sus gasolineras se vendía combustible ilegal y por tanto no le fue difícil a sus seguidores llamarlos en esta coyuntura huachicoleros.
Falso, cada uno de los negocios lícitos de la organización, en este caso las gasolineras, se rigen bajo el esquema riguroso de PEMEX y del SAT.
López está acostumbrado a descalificar, a sembrar odio, a agredir y a gritar a quien no está de acuerdo con el. Cuando se le hacen preguntas concretas acerca del software con el que funcionan las gasolineras, ridículamente se remite a filosofar sobre si se dice gasolinera o gasolinería. Este es el nivel del presidente expuesto ante la opinión pública, ahí se retrata de cuerpo entero.
Ha estado de gira desde que empezó su gobierno en vuelos comerciales (para ahorrar), sin embargo la renta de 22 mil 221 pesos cada 24 horas para el pago de estacionamiento del Avión presidencial TP-01Boeing 787-José María Morelos y Pavón que permanece en el Aeropuerto de Logística del Sur de California, Estados Unidos la estamos pagando los mexicanos como una más de sus ocurrencias.
No ha demostrado, (ni demostrará) que los antorchistas son huachicoleros, no ha demostrado (ni demostrará) que la obtención de las 50 gasolineras que tanto le preocupan fue ilegal. Pero tampoco ha iniciado una sola obra en el país, se ha dedicado a contratar gente sin la capacidad necesaria para los puestos públicos, (los mexicanos que votaron por él hicieron lo mismo el 2 de julio). Las calificadoras internacionales dan cuenta del desastre al que nos está llevando con sus ocurrencias.
Mientras el sistema al que nos lleva se agota, millones de mexicanos siguen reclamando su derecho al agua potable, a los drenajes, a los caminos dignos, a que sus hijos tengan escuelas de calidad y espacios dignos, mientras eso siga siendo una exigencia, habrá de existir gente que organice al pueblo en sus antiguos reclamos y en sus justas demandas.
Mientras López siga mintiendo y polarizando al país, nosotros debemos educarnos para organizarnos como un solo hombre, bajo un mismo ideal: acabar con la pobreza del país.
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