MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Azuzan las mentiras y los ataques contra Antorcha en La Pasión

image

Hace unos días un suceso llamó poderosamente nuestra atención, el que unas personas avecindadas en la colonia La Pasión en el municipio de La Paz, BCS; plenamente identificados con Morena encabezados por una señora de cuyo nombre no he de acordarme, pero que argumenta que los edificios gestionados por Antorcha, ubicados todos ellos aquí en nuestra colonia, se han venido utilizando para beneficio de unos cuantos (sin precisar de cuantos se trata ni de quién se trata). Con estos “argumentos” vienen azuzando a la gente, recabando firmas y amagando con denunciar tales actos ante el gobierno porque, dice: “sí está muy bien que Antorcha gestione, pero, no debe quedarse con lo que es de todos”,  e intentan “recuperar lo que es de la comunidad”. En qué consiste: ¡Excelente, muy bien! Respondemos nosotros, pero, solo queremos precisar lo siguiente, por partes: 1) El Centro Comunitario está abierto al público en general, se imparten clases de danza, baile y se montan algunos bailes de quince años. También se recibe ahí a los maestros del INEA, temporalmente se dan clases de zumba y ha servido como albergue temporal para los damnificados (p. ej. Los de Olaf). 2) El Comedor Comunitario ha funcionado con recursos gestionados ante el gobierno del estado y, con recursos personales de los integrantes del comité de Antorcha Campesina, estamos próximos a reaperturarlo debido a que en los días que vienen finalmente destinará recurso el gobierno de estado y, 3) La casa de los estudiantes también está al servicio de todos los jóvenes que quieran asistir a ella. Es decir, todos los edificios son públicos, nadie se ha adueñado de ellos, son de la comunidad. Por eso te queremos informar con claridad, a todos nuestros lectores, compañeros y amigos, que no se dejen engañar, que no se dejen ir con los cantos de sirenas por los que no han hecho nada por la comunidad y que, sin embargo, se dedican solo a intrigar, con la intención de querer echarnos a pelearnos entre vecinos, entre compañeros. ¿Quién tendrá esta intención? Curiosamente a raíz de denunciar esta situación, aparecieron en los grupos de redes sociales un “video viejo” de una señora que dice llamarse “Carmen” embozada por el anterior presidente municipal y la actual presidenta municipal, “diciendo que es la única que trabaja en la colonia”. 

Antorcha, como se sabe, desde hace muchos años ha venido planteando que se etiqueten recursos en las comunidades rurales y urbanas de todo el país donde tenemos presencia, especialmente en las más marginadas, con el objeto de hacer obras que cambien sustancialmente la vida de pueblos, ranchos, colonias y barrios marginados, que llevan hasta 30 años o más en el más absoluto olvido. Las peticiones están bien estudiadas en cuanto a buscar la mayor rentabilidad social por su costo-beneficio, es decir, elegimos aquellas acciones que mejorarán la vida del mayor número posible de mexicanos. Antes de que la actual administración federal llegara, se consiguieron estos edificios y dada la situación de contingencia sanitaria actual, han venido funcionando igual como cualquier institución con altibajos y con apego a los requerimientos por las autoridades sobre las aperturas, y finalmente si no han funcionado al 100% es por el poco apoyo del gobierno estatal y municipal anteriores. A las actuales administraciones se les ha planteado en la entrega de los pliegos petitorios las necesidades, no solo de los edificios de La Pasión, sino de muchas otras penurias de colonias de La Paz y de Los Cabos que tienen insuficiencias fundamentales de vivienda y servicios, hay compromisos de apoyo por el momento del gobierno del estado, que estaremos revisando en las mesas de trabajo con los funcionarios encabezados por el Secretario de Gobierno.

Ahora bien, como ya lo hemos dicho otras veces, el Movimiento Antorchista Nacional surgió a la palestra política del país con el objeto de trabajar y luchar en contra de la pobreza, pobreza que sólo puede combatirse mediante cuatro líneas de acción (pleno empleo, mejores salarios y pago equitativo de impuestos), entre las cuales se encuentra el llamado gasto social, que consiste en que el presupuesto que manejan los tres niveles de gobierno (alcaldes, gobernadores y presidente de la república) se invierta sobre todo en beneficio de las clases populares de la ciudad y del campo pues, salvo honrosas excepciones, generalmente el dinero del erario sigue dos caminos: una parte sustancial se ejerce en obras que favorecen a la clase del dinero (por ejemplo carreteras, autopistas, distribuidores viales, segundos pisos, puertos y aeropuertos, y obras de relumbrón) y otra parte sustancial se destina a engordar los bolsillos de la clase política, de sus amigos, compadres y familiares, o sea, a la corrupción, problema que ha colocado a México en el nada honroso segundo o tercer lugar entre los países más corrompidos ¡del mundo!. Y no se vale porque, como también ha reiterado Antorcha, el dinero que manejan los tres niveles de gobierno tiene dos fuentes principales: el 70% procede de los impuestos que paga el pueblo trabajador (por ejemplo el pago del 16% del IVA y el pago del Impuesto Sobre la Renta; el ISR- que le descuentan al empleado directamente de su cheque); la otra fuente, que equivale aproximadamente al 30% de lo que recauda el Estado, ingresa por la venta de petróleo al extranjero, de donde se deduce que los multimillonarios prácticamente no pagan nada; por tanto, si el dinero del erario proviene de los impuestos del pueblo y del petróleo que, se dice y está en la ley, es de los mexicanos y, de los mexicanos, menos del 1% pertenece a las clases ricas, luego entonces, dicho dinero debería emplearse para cubrir las necesidades del pueblo.

En ese sentido, nuestra larga experiencia enarbolando las demandas más sentidas de los campesinos, colonos y estudiantes pobres del país, sin falsa modestia, los antorchistas tenemos bien afinada la puntería para detectar las demandas ciudadanas, para depurarlas y elegir aquellas que arrojarán, sin duda, el mayor costo-beneficio; nos permite localizar las demandas más sentidas de la población, por ejemplo, la falta o escasez de agua entubada, de drenaje sanitario y pluvial, de luz eléctrica, de escuelas, de pavimentación de calles primarias, secundarias y de carreteras, de áreas recreativas, de vivienda (lotes, mejoramiento y pies de casa), en fin, de todo aquello que contribuya a crear un ambiente más sano, más cómodo, más agradable y si se puede más bello, por qué no, en el seno de las comunidades. Por lo tanto, no andamos con mezquindades como nuestros detractores en La Pasión. No nos apropiamos de nada que no hemos luchado con gran esfuerzo y sacrificio, sudor y lágrimas de nuestros agremiados. Ello, no obstante, dicho sea, con franqueza, los antorchistas percibimos cierto menosprecio, cierta minusvaloración de parte de algunos de los funcionarios actuales, federales, estatales y municipales, quienes responden con frialdad e indiferencia a nuestros argumentos en el sentido en que se nos atienda y se dé respuesta a las peticiones que se han planteado de manera organizada, y dentro de la ley.

Por lo antedicho, si tenemos que defendernos con la movilización y la denuncia pública se tratara simplemente de un acto de legítima defensa que consideramos justo en la búsqueda de un reparto más equitativo del gasto social que es, en última instancia, una de las cuatro maneras de repartir mejor la riqueza social. Es nuestro derecho, la ley lo establece y nos faculta para no sólo pedir, sino incluso exigir, mediante la protesta enérgica pero pacífica y respetuosa. Por lo que quien esté detrás de los azuzadores de La Pasión, debería de sumarse al trabajo en conjunto que realizamos. Ojalá que nuestro pedimento no caiga en oídos sordos y que, además no se nos siga atacando sin fundamento. Si así ocurre, ni modo, no es nuestra culpa, es el precio que injustamente debemos pagar los antorchistas por nuestra mística de ser congruentes con nuestros principios e ideales y daremos la lucha en el terreno que sea. Pues como diría el gran poeta: Rubén Darío

“Puede una gota de lodo

sobre un diamante caer;

puede también de este modo

su fulgor oscurecer;

pero aunque el diamante todo

se encuentre de fango lleno,

el valor que lo hace bueno

no perderá ni un instante,

y ha de ser siempre diamante

por más que lo manche el cieno.”

0 Comentarios:

Dejar un Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados *

TRABAJOS ESPECIALES

Ver más