La publicidad oficial del Gobierno de la Cuarta Transformación es una forma de manipulación. Se difunden a diario cientos de mentiras para dar la idea de que se cumplen las promesas de campaña del presidente Andrés Manuel López Obrador. El pueblo está indefenso. Quienes pueden y quieren dar otra versión de los hechos, más apegada a la realidad, o no tienen acceso a los medios, o tienen un acceso muy limitado. Algún día tendrá que ponerse al desnudo, con todo su abuso y su crueldad, la impune y cotidiana transmisión de mensajes que se hacen para mantener al pueblo, no sólo conforme con su situación, sino, lo que es peor, hasta agradecido.
La Organización no Gubernamental Artículo 19, dio a conocer que el gobierno federal ha ejercido 8 mil 649 millones de pesos durante los años de 2019, 2020 y 2021 en pago por propaganda. Si bien es cierto que esta cantidad es inferior a la ejercida por el gobierno de Enrique Peña Nieto durante los años de 2013, 2014 y 2015, en los que se ejercieron en total 34 mil 727 millones de pesos, la asignación se concentra en unos cuantos medios y, como antes, se realiza sin ningún criterio regulador, como no sea la soberana voluntad de los gobernantes, de esta manera, los gastos de la publicidad del gobierno federal, favorecen a Televisa, TV Azteca y La Jornada que, sólo ellos, concentran el 29.5 por ciento del total general.
Así se explica el poderío, el alcance y penetración, de las declaraciones, por ejemplo, del presidente de la República. Con dinero del erario, es decir, de todos los mexicanos, se les hace creer casi a diario que el gobierno está plenamente a su servicio y trabajando para combatir su pobreza y sus sufrimientos. Vaya una de las últimas declaraciones del presidente de la República en este sentido, que realizó durante su viaje a Monterrey para anunciar una obra para supuestamente atender las necesidades de agua de esa gran ciudad.
“Queremos consolidar la democracia, no aspiramos a una dictadura, al totalitarismo, no. Queremos la democracia y eso implica garantizar las libertades. Nada más que en ese horizonte de libertades y democracia, y eso puede ser nuestro distintivo como gobierno, queremos darle atención a los humildes. Que haya democracia, libertades, pero también justicia, democracia con dimensión social” (La Jornada. 15 de agosto). Tanta machaconería en el mismo sentido y, tan bien y oportunamente pagada desde el poder, bien puede identificarse con una dictadura y con el totalitarismo. ¿Corresponde a la realidad que viven todos los días la inmensa mayoría de los mexicanos?
En México no hay paz ni tranquilidad. Y, por tanto, no puede haber democracia ni libertades, sino la ley del más fuerte. Entre los días 9 y 12 de este mes de agosto, hubo ataques a ciudadanos, a vehículos y a negocios en cinco entidades, incluso, el diario Reforma, publicó que durante esos días se reportaron 260 asesinatos. Para tratar de empujar a los mexicanos a pensar que esa realidad ni es grave ni los afecta, que es normal, Adán Augusto López, haciendo uso de los mil 440 millones de pesos para propaganda oficial que gasta la Secretaría de Gobernación a su cargo, dijo lo siguiente:
"Sostenemos que tiene mucho de propagandístico, le voy a dar un ejemplo: nada más en el último día del año pasado, en París, quemaron 874 vehículos, anoche (domingo) u hoy (lunes) en la madrugada, en las mismas calles de París, creo que son 17 vehículos quemados… Ayer (domingo) o en la madrugada en Los Ángeles, siete vehículos. Son, evidentemente, actos propagandísticos para generar alguna sensación, a veces hacia bandas rivales" (Reforma, 16 de agosto).
¡¿También en París y en Los Ángeles?! Pero si los mexicanos conocemos bien y usamos mucho un viejo refrán que dice que “mal de muchos, consuelo de… “. Aceptando sin conceder que hayan quemado vehículos en París y en Los Ángeles y hasta en la Conchinchina, eso ¿en qué modifica la realidad de los mexicanos? ¿la borra o desaparece? ¿la hace más llevadera? Por supuesto que no. Además, eso de que “son, evidentemente, actos propagandísticos”, finge ignorar que el terrorismo es precisamente eso, actos que sean ampliamente conocidos (“propagandísticos”) y que infundan terror en la población. Así de que el hecho de que el secretario de gobernación pretenda tranquilizar al país con declaraciones de que es solo propaganda y no anunciando acciones gubernamentales para erradicar ese tipo de “propaganda”, debe preocupar hondamente a los mexicanos.
¿Y es creíble lo que dijo el presidente López Obrador en Monterrey: “queremos darle atención a los humildes, que haya democracia, libertades, pero también justicia, democracia con dimensión social”? ¿Cómo va la 4T en el combate a la pobreza en la “atención a los humildes”? Su política fundamental para demostrar que se ocupa de ellos, son las ayudas en efectivo a ciertos sectores de la población. Según anunció a fines del año pasado Victoria Rodríguez Ceja, entonces subsecretaria de Egresos de la SHCP, este año de 2022, se gastarán 445 mil 520 millones de pesos en programas sociales de reparto de dinero y se atenderá de esta manera a 23 millones de mexicanos que habitan en el 65 por ciento de los hogares del país.
¿Y la evaluación de estos inmensos gastos que ya llevan varios años? ¿Cuántos mexicanos han logrado salir de la pobreza? ¿Dónde viven? ¿En qué trabajan ahora? ¿Por qué no se ha anunciado que ya se les borró de la lista de beneficiarios porque ya no lo necesitan? La verdad es que no hay evaluación pública del gasto, ni ha salido nunca, jamás, de la pobreza ni un solo mexicano mediante estos programas porque no son programas para acabar con la pobreza, son para apaciguar la inconformidad social y presionar a millones de mexicanos a votar por los candidatos de Morena.
En efecto, según un estudio de World Inequality Report 2022, publicado por el Laboratorio de Desigualdad Mundial con sede en París, México es uno de los países con mayor desigualdad de ingreso en el mundo. El ingreso anual promedio de la población adulta en México es de 232 mil 790 pesos. Pero, mientras que el 50 por ciento de la parte inferior de la sociedad, gana 42 mil 700 pesos, que equivale al 9 por ciento del total de los ingresos, el 10 por ciento de la población que está en el estrato superior, gana más 1.3 millones de pesos, que equivale al 57 por ciento del total de los ingresos. Ítem más. La mitad más pobre de la población carece de riqueza, pues su riqueza neta es negativa, lo que significa que este grupo tiene en promedio más deudas que activos. ¿Si? ¿El gobierno de AMLO se preocupa por los humildes?
Terminaba mi trabajo de esta semana el miércoles 17, cuando me enteré que en la conferencia mañanera, el presidente de la República había vuelto a insultar a los mexicanos que forman parte del Movimiento Antorchista Nacional. Con el foro que proporciona la representación de todos los mexicanos, usando el dinero de todos los mexicanos y sin ninguna ley que lo autorice a acusar, juzgar y sentenciar, por sí y ante sí, a ninguno de los mexicanos de manera individual o en grupo, el presidente volvió a decir que los antorchistas recibieron “miles de millones de pesos” del gobierno anterior. Miente Andrés Manuel López Obrador.
Los antorchistas jamás han recibido un solo centavo del erario. Las acusaciones del presidente de la República jamás han sido probadas ni tienen la más mínima seriedad, ha dicho que recibieron “moches”, luego que “10 mil millones”, a los ocho días, que recibieron, “20 mil millones” y, ahora, dice que recibieron “miles de millones” de pesos. Esta es una embestida abusiva y brutal desde el poder. Esto no es una demostración de que “queremos darle atención a los humildes, que haya democracia, libertades, pero también justicia”, esto no es justicia ni procurarla, es una muestra inequívoca de la inquina con la que actúan los poderosos contra los humildes, es el macabro huevo de la serpiente de una dictadura.
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