En Puebla, uno de los estados en donde hubo cambio de partido político en el poder y gobierno, las anomalías en las decisiones públicas han sido prueba evidente de que la política y la democracia es un problema sobresaliente.
Puebla es una de las entidades peor evaluadas por diversas instituciones, según el Índice de Desarrollo Democrático basado en los resultados del Instituto Nacional Electoral (INE) y la consultora política PoliLat. Datos duros, como los que muestran estas estadísticas oficiales, arrojan que el 10 por ciento de la impresión de la ciudadanía, captada a través de encuestas y entrevistas, indica que la entidad se encuentra en el último lugar del ranking, es el peor evaluado desde 2018. Pero esta percepción no solo abarca el problema de la democracia en el estado, sino también la deficiencia y calidad de las instituciones políticas y la rendición de cuentas.
La evaluación de la soberanía ciudadana, social y económica, también son rubros evaluados por la ciudadanía, y en la cual Puebla se mantiene entre los peores estados evaluados. En contraste, los discursos del gobernador Miguel Barbosa parecen encubrir estas evaluaciones realizadas por los mismos poblanos.
De acuerdo con datos de la Fiscalía del Estado en Puebla se registraron 7 mil 693 denuncias y 7 mil 351 casos de violencia familiar, asimismo se anunció que la violencia contra la mujer está disparada, pues se demuestra que cada 10 horas existe una denuncia por violación y de ellas, solo 2 son atendidas sin tener mucho éxito.
Desde 2021 la tasa de desocupación de 3.6 por ciento según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI); la capital poblana ha registrado el mayor número de contagios y defunciones debido al alto nivel de contagio por el covid-19 y la nula atención médica.
Nada que festejar, y mucho que denunciar es la situación del estado, pese a que los datos no mienten, Barbosa ha hecho de sus pronunciamientos una peculiar forma de encubrir sus errores, uno de esas formas es el creciente número de acusaciones en contra del Movimiento Antorchista de la capital poblana, haciendo uso directo de su palabra y utilizando medios de comunicación que están controlados por el gobierno morenista.
Una nota publicada el 23 de marzo en el periodicocentral.mx, titulada “Antorcha se embolsa más de 200 mil pesos por el estacionamiento del Cuauhtémoc” y redactada por Jessica Zenteno, quien no tiene relevancia más que en defender los nulos resultados de Miguel Barbosa y el gobierno morenista, asegura que el Movimiento Antorchista es el encargado de liderar la entrada al estacionamiento del Estadio Cuauhtémoc y de administrar el estacionamiento en las calles aledañas, además de cobrar e intimidar a los visitantes.
Como organización y como ciudadanos no tenemos injerencia en espacios como el estacionamiento del Estadio Cuauhtémoc. Antorcha trabaja por mejorar las condiciones de vida de los poblanos, dichos resultados han sido materializados y son tangibles para el beneficio de todos los ciudadanos.
Pero ese es solo un ejemplo de lo que el gobernador estatal ha encabezado para demeritar organizaciones como el Movimiento Antorchista. Y así se va con mentiras como el robo de predios, asaltos o muertes causadas por integrantes de la organización, que son infamias. La misma gente que conoce el trabajo de la organización y ha salido a desmentir a través de las redes sociales y en medios que sí usan la verdad.
Es necesario que el gobernador comience a trabajar en los problemas reales, que él mismo ha provocado al no combatir los problemas de desempleo, seguridad, salud, educación que bastante falta hace en el estado. Es necesario y urgente que el gobierno morenista encabezado por Miguel Barbosa evalúe los defectos y retrocesos en beneficio de los poblanos.
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