Antorcha nació para enseñar a luchar a los pobres, por todos aquellos que no tienen la manera de luchar por una casa o un lote, así que, lo tienen que adquirir poco a poco, paso a paso ir mejorando la colonia dónde viven nuestros compañeros, nacimos para defender los intereses del pueblo trabajador, ahí dónde no se estén cumpliendo las promesas o no alcanzan a llegar los apoyos, como vivienda, agua potable, drenaje, escuelas, las cuáles en ésta administración están siendo olvidadas.
Para lograr estas tareas y luchar por un país más equitativo, más justo, antorcha se plantea cuatro puntos: 1) trabajo para todos; 2) salarios bien pagados; 3) que las grandes empresas paguen impuestos, 4) que lo recabado a través de los impuestos se reparta de una manera más equitativa y no en dos obras de relumbrón como lo está haciendo la cuarta transformación.
Para lograr este cambio, ¿qué debemos hacer? En primer lugar conformar una gran organización, disciplinada, organizada y firme, dispuesta a luchar no sólo en tiempo electoral sino por sus propios intereses que son los del pueblo trabajador, organizar los grupos de Antorcha en colonias como: pueblos, fábricas, en todo los sectores de la sociedad; fortalecer a Antorcha Campesina en el sector rural; Antorcha Popular en las colonias y grupos de solicitantes; Antorcha Obrera en las fábricas y Antorcha Estudiantil entre los jóvenes y de ésta manera unir nuestra fuerza con la gran organización nacional que encabeza el ingeniero Aquiles Córdova Moran y toda la dirección nacional.
Los grupos de nuestra organización en los pueblos y colonias tienen que nombrar su pleno dirigente, que deben ser los mejores hombres, los más conscientes, más trabajadores, disciplinados, los más cumplidos, estudiosos y sobre todo los más convencidos, los que tienen más claro nuestros ideales, pero, sobre todo, que estén preparados como organizadores, educadores, para poder dirigir en los hechos al pueblo trabajador.
Si en verdad queremos que las cosas cambien, necesitamos como ya lo señalamos renglones arriba, en primer lugar, afianzar nuestra organización, educarla, destacar sus cuadros de vanguardia que sean capaces de organizar el movimiento y dirigirlo. Necesitamos líderes instruidos cada vez más en todas las cuestiones teóricas en Matemáticas, Historia, Economía, Psicología, Pedagogía y Filosofía. Urgen líderes del pueblo de hechos y no de palabra, como muchos que dicen defender a los pobres, pero en los hechos les sirven a los ricos.
Compañeros, amigos, nuestra principal tarea es organizar, la segunda politizar, la lucha económica, así como la lucha electoral no basta, urge pasar al nivel más alto, a la lucha política. Para eso se necesita otro tipo de organización, ese nuevo tipo de organización superior, mucho mejor y más poderosa que los sindicatos. Se necesita unir a todos los pobres porque desafortunadamente en los días que corren, “corcholatas” y candidatos no representan los intereses de los más necesitados, por eso los partidos vienen y van y los pobres siguen aguantando
Se necesita otro tipo de organización, ese nuevo tipo de organización superior, mucho mejor y más poderosa que los sindicatos. Se necesita unir a todos los pobres por que desafortunadamente en los días que corren, “corcholatas” y candidatos no representan los intereses de los más necesitados,
En resumen: necesitamos madurar como líderes conscientes que comprendan las causas profundas de los problemas y las injusticias que padece el pueblo.
Necesitamos a hombres y mujeres capaces de aplicar los métodos y medidas de lucha más adecuadas.
Desarrollar la habilidad organizativa, pedagógica y psicológica para poder explicar a nuestros compañeros de los grupos las tareas, las opiniones, y el proyecto a largo plazo de nuestra organización.
Cuidar nuestra personalidad para que nuestros compañeros nos respeten y sigan en la lucha, con una organización diferente, responsable, honrada, disciplinada, valiente y con conducta decorosa
Para que esas tareas se cumplan debemos hacerlo todos, los compañeros del campo y la ciudad, y debe existir en la gran mayoría un deseo profundo, ese deseo íntimo, muy arraigado hasta lo más hondo de nuestra conciencia y decir: “¡sí, yo quiero ser un dirigente de mi fábrica y del pueblo trabajador voy hacer todo lo que esté en mis manos para adquirir los conocimientos teóricos, los conocimientos prácticos y la habilidad psicológica y política que debe tener un dirigente para poder cumplir mi papel de la mejor manera.
No dejarnos sorprender por los cantos de sirena, de “corcholatas” y aduladores de la cuarta transformación y luchemos más fuerte, para lograr la unidad ideológica, unidad organizativa, y unidad de acción, porque necesitamos líderes para ser el verdadero cambio, no mamarrachos que viven de la gente y que a lo más que aspiran es a conseguir votos.
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