Encuestadoras y medios informativos nos han dicho que Andrés Manuel López Obrador, Presidente de la Republica, tiene el respaldo y apoyo de una buena parte de los mexicanos. Algunas encuestadoras como la formulada por el diario Financiero reportan que el mandatario obtuvo en septiembre 68% de la aprobación a su trabajo. Esto no ha sido casual, puesto que todos los días vemos como la Cuarta Transformación, a través de la televisión, nos presenta un Gobierno defensor acérrimo de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, enérgico en contra de las injusticias y la corrupción, lo que le da una envoltura aceptable a las políticas impulsadas por las elites morenistas e impacta en la percepción de la ciudadanía.
Sin embargo, deduciendo que se paguen sumas millonarias cargadas al presupuesto de la nación para inundarnos de propaganda en todos los medios posibles; en los hechos nada tiene que ver con sus discursos y frases, la realidad nos da argumentos de peso que demuestran lo contrario.
A manera de ejemplo, la inseguridad en el país ha aumentado exponencialmente en muchos estados de la república, el promedio diario de homicidios dolosos es de 4.2 personas, al igual que la extorsión que creció en un 500%, según datos del Sistema del Secretariado Ejecutivo Nacional. Otro de los graves problemas ha sido la supresión de recursos públicos para programas sociales como comedores comunitarios, seguro popular, estancias infantiles y la cancelación del ramo 23 para desarrollar obra pública social en pueblos y colonias que carecen de servicios públicos.
Además, las políticas impulsadas por el Gobierno Federal violan la constitución mexicana cuando decretan modificaciones al código penal del estado de tabasco para reprimir cualquier protesta pública, lo mismo que las leyes de extinción de dominio y reformas fiscales, que los expertos mencionan como terrorismo fiscal y político.
Atropellar la libre expresión y manifestación de los mexicanos es un delito. Los antorchistas del sureste del país estuvieron a cuatro días de cumplir el reto de reunir a más de 60 mil almas en el estadio de Los Cafetaleros en el estado de Chiapas para celebrar 45 años de lucha constante y exitosa. Sin embargo, una llamada telefónica del gobierno chiapaneco, dejó muy clara la amenaza, por "órdenes superiores" se debía suspender la concentración, o de lo contrario había que atenerse a las consecuencias.
Esta es una prueba del modus operandi de los promotores de la Cuarta Transformación; al margen de la ley, impidieron a miles de mexicanos humildes el derecho de reunirse de forma legal y pacífica, como quedó demostrado en los dos eventos anteriores en los estados de San Luis Potosí y Michoacán; lo que nos dice que se trata de un gobierno autoritario e intolerante, que caya a todo aquel que no piense en torno a sus planteamientos, utilizando el poder para prohibir a los mexicanos reunirse, celebrar los años de organización y lucha colectiva.
Los morelenses agrupados en Antorcha repudiamos tales actos de represión y exigimos se respeten las garantías individuales de los antorchistas, que libremente pertenecen a una organización legal, pacifica, y que es hoy la que plantea una solución verdadera y científica a los graves problemas nacionales y que está dispuesta a luchar enérgicamente por su Organización.
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