La aparición de la pandemia en nuestro país exhibe la pobreza y la falta de oportunidades que padecen la mayoría de los mexicanos; así lo revela el testimonio de millones de ciudadanos, tanto de colonias populares como de diversas zonas rurales del país, quienes en este momento no tienen nada para comer. También lo comprueban numerosos estudios que dan a conocer la gravedad económica causada por la contingencia y el desempleo generado por el llamado de las autoridades de "quédate en casa".
Durante su campaña, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) generó grandes expectativas entre la población más necesitada e inconforme con el orden social establecido; dijo que era "la esperanza de México", volvió a retomar su antiguo lema de "Por el bien de todos, primero los pobres" e hizo creer que a través de sus programas asistencialistas mejoraría la suerte de los más desamparados. Sin embargo, año y medio ha transcurrido desde que tomó en sus manos el gobierno, y los resultados de dichos programas son un fracaso; así lo da a conocer un análisis presentado por la Oxfam, el cual revela que el 60 por ciento de las personas en situación de pobreza no cumplen con los requisitos para ser beneficiario. Expertos calculan que en México existen 91 millones de pobres, 48 millones de éstos viven en pobreza extrema y trabajan en el empleo informal; por lo tanto, si consideramos que los programa llegan al 40 por ciento de los más pobres, el total de beneficiarios apenas alcanza a 19 millones, lo cual demuestra que los programas no están diseñados para apoyar a las personas que viven al día y subsisten con ingresos precarios.
En estos momentos que ha sido anunciada la fase 3 de la pandemia del covid-19, la situación económica del pueblo trabajador ha empeorado, porque se encuentra recluido en casa, desempleado, sin recursos económicos para comprar sus alimentos y en condiciones de hacinamiento, imposibilitado para atender a los suyos. En una encuesta realizada por el Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales (CEMEES), se da a conocer que el 90 por ciento de los mexicanos percibe que su situación está empeorando a raíz de la pandemia; esto contradice rotundamente el "vamos bien" afirmado por el presidente AMLO, el 18 de abril pasado. Además, según este estudio, 80 por ciento de las familias viven al día y opinan que con sus módicos ahorros tan solo pueden cubrir sus necesidades básicas entre una y dos semanas, de ahí que 7 de cada 10 mexicanos soliciten que el gobierno federal los apoye con despensas o ayuda económica para poder alimentarse.
En Yucatán la situación no es distinta. A raíz de la contingencia, 419 mil trabajadores que forman parte del sector informal se quedaron sin ingresos, también el turismo detuvo por completo sus actividades y dejó sin salario a muchos trabajadores. El Gobierno del Estado ha intentado implementar diversos programas que ayuden a paliar el hambre, como el seguro de desempleo y la entrega de despensas, pero hay dificultades reales para que los más desamparados puedan recibir el apoyo. En el programa de seguro de desempleo, el mecanismo de asignación fue muy deficiente, el tiempo para poderse inscribir en la plataforma digital fue de sólo un día, por lo que muchas comunidades no se enteraron de dicho programa porque no cuentan con teléfono y mucho menos con internet; con este programa sólo se benefició a 47 mil yucatecos, una mínima parte de los que requieren el apoyo. En el caso de las despensas, el compromiso del gobernador es hacer entregas quincenales, pero es del dominio público que el método utilizado por algunos alcaldes para la distribución, valiéndose de viejas costumbres, es seleccionar a gente allegada para darle la despensa, dejando sin este apoyo a varias familias necesitadas.
Por lo expuesto anteriormente, exigimos al gobernador del estado, Mauricio Vila Dosal, que se una a la voz de muchos gobernantes y gobernados para que el Gobierno Federal implemente un plan nacional de alimentación que evite que el pueblo yucateco padezca hambre. Con su política de oídos sordos, el gobierno Federal está llevando a los mexicanos a una catástrofe, el pueblo debe hacer uso de los medios que estén a su alcance para exigir y protestar, para ser escuchado.
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