La economía mexicana funciona gracias al trabajo de millones de hombres y mujeres que desgastan, día con día, su fuerza física y emocional a cambio de un salario raquítico que apenas les alcanza para sobrevivir, como lo es nuestro querido México. Esta es la realidad de los trabajadores, gracias a un gobierno incompetente encabezado por el presidente, Andrés Manuel López Obrador y su Cuarta Transformación.
Su política de austeridad, más que ahorrar recursos, perjudicó a los programas sociales que estaban destinados a beneficiar a los más vulnerables; esa fue la visión de quien se dijo la esperanza de México. Por ejemplo, tenemos un aeropuerto recién inaugurado, pero faltan vacunas para los niños.
Al desaparecer el Seguro Popular, más 15 millones de mexicanos quedaron sin atención médica. Y En tiempo de pandemia, el Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (Insabi) recortó un 40 por ciento de su presupuesto; de 30 mil millones de pesos que recibió en 2018 pasó a solo 18 mil millones, en 2021, por ello no logró adquirir todo el material de curación, de laboratorio y otros insumos para surtir al sector salud en 2022, pero ademas, se eliminó presupuesto para programas de guarderías y apoyos a las madres trabajadoras, se cerraron los comedores comunitarios, cerraron los albergues para mujeres violentadas; y se gastaron el dinero de los fideicomisos que protegían proyectos esenciales de la política sexenal.
Las víctimas de la pandemia rondan el medio millón y las del crimen organizado rebasan por mucho los 100 mil decesos; la economía no crece, el desempleo y la pobreza laboral aumentan; la inflación rebasa el 7 por ciento. Y a estas alturas, resulta simplemente absurdo ver cómo López Obrador y quienes lo aplauden sacan el mismo truco de siempre para justificar la supresión de un programa, con eso de que existe corrupción, y con ese argumento desaparecieron el beneficio popular, por ejemplo, el caso del Programa de Escuelas de Tiempo Completo. Eh aquí, una explicación de cómo y porqué, los trabajadores, que son los que sostienen la economía de México cada vez tienen menos oportunidades para una vida más digna.
Según los datos oficiales, nuestro país gasta menos presupuesto que países como Bolivia y Costa Rica. En México no existe un gobierno que beneficie a los pobres, pero lo que sí hay es su lugar, sin duda alguna, es un presidente experto en la mentira, pues ha convencido a muchos que principalmente favorece a los más necesitados cuando hace lo contrario, pues la cantidad de presupuesto que se aplicó en programas sociales es mucho menor en 2021, comparado con el año 2016. Una verdadera farsa la frase de primero los pobres.
Y con datos publicados en el libro de Viridiana Río: “No Es Normal”, menciona que este gobierno ha disminuido las transferencias de efectivo a las personas. Los programas sociales que transfieren dinero en efectivo tienen hoy un presupuesto de 476 mil millones de pesos, es decir, 28 por ciento menos del que tenían en 2014.
Por eso, necesitamos un gobierno que en realidad defienda los intereses de los trabajadores y que utilice todos sus recursos para apoyar a crear una sociedad más justa y equitativa, y los antorchistas sabemos que la única opción para lograr una tarea de tal magnitud es organizarnos como comunidad y pueblo.
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