MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

AMLO y la Nueva Escuela Mexicana están reprobados

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Estamos a casi dos meses para que el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador termine, ya que, como todos sabemos, el 30 de septiembre es el último día del Gobierno de AMLO, para dar inicio el 1 de octubre (que incluso ya es día feriado) con el “segundo piso de la transformación” a cargo de Claudia Sheinbaum.

Para alegría de muchos y tristeza para otros, se termina el Gobierno de López Obrador, pero haciendo un análisis somero del mismo en lo que se refiere a educación, puedo decir que durante su sexenio se le asignó menos del 4 % del Producto Interno Bruto (PIB). 

AMLO le deja una gran tarea al Gobierno de Claudia Sheinbaum, al nuevo Secretario de Educación Mario Delgado y a la Nueva Escuela Mexicana, que consiste en hacer frente a un sistema con carencias en infraestructura.

Para poner un ejemplo, en este 2024 sólo se destinó el 3.2 % del PIB a educación. Sabemos que organismos nacionales e internacionales dicen que debe ser mínimo del 4 % del PIB e incluso instituciones como el Banco Mundial recomiendan que se debe destinar cerca del 8 % del PIB a la educación.

A raíz de la pandemia de covid-19, hubo una gran deserción escolar y aún el Gobierno de la 4T no ha encontrado la fórmula para reintegrar a las niñas, niños y adolescentes a las aulas para estudiar su educación básica, media superior y superior; unos no lo hacen por cuestiones económicas, otros por entornos violentos en la escuela, falta de apoyo familiar, entre otros.

De acuerdo con Mexicanos Primero, hasta ahora sólo 28 de cada 100 estudiantes que ingresan a la primaria, llegan a la educación superior y de 2019 a 2023, un millón 254 mil estudiantes abandonaron sus estudios de educación básica, especialmente a nivel primaria.

Asimismo, de 100 estudiantes que inician primaria, 92 llegan a secundaria, 84 llegan a media superior, 39 estudiantes al nivel superior y sólo 28 egresan de la universidad.

Por otra parte, quitaron las escuelas de tiempo completo que en muchas ocasiones los alimentos que se proporcionaban ahí eran una de las únicas comidas de los alumnos al día e incluso iban a la escuela solo por eso, y la educación se completaba con la práctica y enseñanza de la cultura, las artes y deportes. 

Por obvias razones, el tiempo completo permitía a las madres y padres trabajar y se les acomodaba mejor el salir de trabajar para pasar por sus hijos a la escuela.

Pero eso no es todo. El Gobierno de AMLO le deja una gran tarea al Gobierno de Claudia Sheinbaum, al nuevo Secretario de Educación Mario Delgado y a la Nueva Escuela Mexicana, que consiste en hacer frente a un sistema con carencias en infraestructura: 26 mil 463 escuelas de educación básica y media superior no cuentan con servicio de electricidad, 56 mil 109 operan sin agua, 43 mil 558 no tienen lavamanos y hay 5 mil 950 planteles sin sanitarios, sin olvidar la falta de internet, áreas verdes, recreativas, deportivas, etcétera.

No olvidemos que todavía el plan, programas y libros de texto no acaban de convencer a los maestros de todos los niveles. Falta formación a los docentes y que en realidad haya un despegue salarial en el que se valore al docente.

Dar becas, como lo prometió Claudia Sheinbaum, no es la solución al problema educativo; se necesita un análisis más científico, lógico, realista al problema. Y si va a seguir con la política educativa de AMLO, la desgracia educativa en México ya está anunciada.

No cabe duda de que el Gobierno de AMLO le quedó a deber a los estudiantes de todos los niveles, a los padres de familia y a los docentes.

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