MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

AMLO popular… pero sin resultados

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El nueve de septiembre, la casa encuestadora Mitofsky, como cada domingo, publicó los resultados de la encuesta de aprobación en general del presidente Andrés Manuel López Obrador. Esta vez fue del 60 por ciento, aunque en otros rubros específicos no le fue nada bien.

En economía, solo el 32.2 por ciento dijo que estaba “mejor”; en seguridad, el 32.6 por ciento mencionó que estaba “mejor”, y en materia de corrupción el 76.4 por ciento afirmó que hay “mucha/regular” en este periodo de gobierno.

Para los morenistas y para el propio presidente, el 60 por ciento representa felicidad, un indicador de éxito, y lo demás poco o nada les preocupa ya. Es más, ¿Por qué lo harían a estas alturas, si en años anteriores no vimos ni un ápice de autocrítica? Nunca hubo acciones o hechos que sustentaran tantas hojas y horas de discursos. La realidad, la terrible verdad que se vive, contrasta sobradamente con esas palabras de vida feliz, con ese país paradisiaco en constante desarrollo ascendente, que se nos quiere hacer creer.

La dicha que provoca a los morenistas la alta popularidad del mandatario sólo refleja el gran fracaso de este sexenio, pues no pueden estar felices por otros logros, incluso ni por el resultado de esta encuesta. Si analizamos, aunque sea brevemente lo que representa, nos daremos cuenta que se debe esencialmente al chantaje y a la compra de votos: dame tu aprobación y te sigo dando tu apoyo, o bien, dame tu voto y te doy tu apoyo.

Les queda poco tiempo para seguir costeando estos apoyos, porque los recursos con que se sufragan se están agotando, pues los recortes y fideicomisos desaparecidos ya no dan para más. Sólo podrán tenerlos a costa de seguir endeudando al país seguir siendo populares. Las decisiones inteligentes o de buen sentido nunca han sido una característica de este gobierno.

Al sexenio le queda poco tiempo. Cada día que pasa la esperanza de un cambio en favor de los pobres está casi desvanecida, pues el poco tiempo que le resta al gobierno de López Obrador está siendo usado malamente para posicionar a sus afines en el poder.

En pocas palabras, haciendo precampaña sin que el INE se lo impida de manera rigurosa, pues legalmente falta mucho tiempo aún para ese proceso. Pero, de todas formas, hay que estar muy atentos de las acciones y omisiones del gobierno.

En próximos días será aprobado el PEF 2023, un presupuesto que tiene como fundamento datos salidos de una realidad ficticia, inventada, una sobreestimación del crecimiento económico, pues de acuerdo con expertos en la materia, ese “optimismo” solo sirve para ocultar la crisis general que se avecina.

La Cámara de Diputados discutirá y aprobará un presupuesto ficticio que, llegado el momento, cuando la realidad toque a nuestras puertas, la pobreza franciscana será inevitable, y los que la sufriremos más seremos los pobres, donde más lo resentiremos será en nuestros bolsillos, en la educación de nuestros hijos, en la salud de nuestras familias, en nuestra seguridad y en el desarrollo de nuestras comunidades. Donde no habrá recortes, y a donde se destinó la mayor tajada del presupuesto, será en las obras emblemáticas y en los programas sociales, que ya mostraron que no sacan de la pobreza a nadie y que nos están hundiendo cada vez más

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