El jueves 08 de octubre el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño afirmó, ante la Asamblea Plenaria de las Conferencias Nacionales de Secretarios de Seguridad Pública del Sistema Penitenciario, "que la inseguridad en México tiene remedio y que estamos en vías de encontrarlo…hemos ido dejando atrás de manera progresiva los días más negros de la inseguridad y está cercano el día en que nos veremos caminando libres de temores por las calles".Estas aseveraciones las hizo como si él y sus interlocutores hablaran de otro país diferente a México.Los mexicanos hace ya algún tiempo que extrañamos la paz social y el Estado de Derecho.
En efecto, sólo en marzo pasado, vivimos el mes más violento en los últimos dos años: se registraron tres mil homicidios y 78 feminicidios.Posteriormente, con todo y pandemia, los números no han mejorado.A diario hay hechos violentos, perpetrados en su mayoría por la delincuencia organizada.Matanzas, ejecuciones, levantones, enfrentamientos y, agudizado por el desempleo y la pandemia, la delincuencia común crece y se multiplica.Utilizar el transporte público es altamente peligroso en varios Estados de nuestro país; el robo de autos, a transeuntes, al transporte de mercancías o las casas habitación prolifera por todos lados, a lo largo y ancho del país.No obstante, el Presidente y las autoridades federales encargadas de la seguridad nacional, se han jactado de celebrar reuniones diariamente y muy temprano (antes de las mañaneras) en donde, según ellos, analizan los problemas de la inseguridad y le dan alguna solución concreta.Tal vez el problema estriba en que analizan datos de otra realidad, o bien, en cómo los analizan.Lo más curioso del asunto es que el secretario Durazo Montaño se atreva a hacer esas declaraciones falaces, ante sus homólogos de toda la nación, sabiendo que ellos, mejor que nadie, conocen la real situación porque se enfrentan a diario a la creciente violencia en sus respectivas entidades.En fin, el fenómeno de referirse a una realidad inexistente con tanto aplomo y firmeza, como si fuera una verdad absoluta, ya no es exclusivo de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), le sigue el secretario de Salud, Hugo López-Gatell y ahora el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño.
Pero el colmo de la inseguridad en nuestro querido México, se dio el pasado jueves 08 de octubre en Veracruz, cuando cuatro activistas del Movimiento Antorchista, Juan Martínez Santos, Lázaro Jiménez Reyes, Antonio González Covarrubias y Leonel ángel de la Cruz (los dos primeros miembros del Comité Estatal) fueron secuestrados a plena luz del día.Dado que ya existía, desde hace mucho tiempo, una campaña de linchamiento orquestada desde el Gobierno federal y estatal en contra del antorchismo veracruzano, se sospecha que dicho ilícito provenga, ni más ni menos, que de alguna instancia del mismísimo Gobierno estatal.La sospecha se confirma al observar la actitud de cerrazón absoluta de Gobernación estatal ante la petición formal de la dirigencia antorchista de intervenir, de manera inmediata, para salvar la integridad física de nuestros cuatro compañeros.
Los responsables, los Gobiernos federal y el de Veracruz, de la integridad física de nuestros cuatro compañeros y hacemos un llamado a todos los mexicanos bien nacidos a que se sumen al Movimiento Antorchista para defender con entereza, valor y firmeza los derechos y garantías individuales consagrados en nuestra Carta Magna y que hoy vemos que están siendo violados por la abusiva dictadura morenista.Dos millones y medio de antorchistas continuaremos defendiéndonos, a lo largo y ancho del país, de las calumnias del Presidente, de su partido y de estos actos atroces que es el de secuestrar a nuestros compañeros, todo siempre dentro del marco del derecho.Que conste.
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