Uno de los recursos naturales que el campesinado encuentra vital para producir sus parcelas es sin duda el agua para regar sus sembradíos, en México el 74 por ciento de la superficie agrícola de la siembra es de temporal, sistema de producción que depende del comportamiento de las lluvias durante el ciclo de producción, de la capacidad del suelo para captar el agua y conservar la humedad, lo que hace reducida su producción en espera del vital líquido, persiste en el productor una incertidumbre que en los últimos años se ha incrementado debido al cambio climático.
El campo mexicano ha estado en perpetuo abandono por la política económica nacional, la agricultura campesina de hoy provee de alimentos, productos y fuerza de trabajo subvaluados al resto del aparato económico, es decir, que no da para vivir; por ello, el hombre del campo debe buscar el sustento como pueda y donde pueda, y no hay muchas alternativas, ya sea en la fábrica o irse a buscar la vida al país del norte para garantizar la supervivencia de él y la de su familia.
Por años, los campesinos potosinos han buscado la manera de captación de recursos naturales para fortalecer su escasa economía, pero desde el año de 1936 un grupo de campesinos de Soledad de Graciano Sánchez al denotar que las aguas de residuo no se ocupaban más que como desecho químico y viendo que la población y el Estado tenían un problema de inundación, resolvieron el problema dando uso a las aguas residuales por lo cual se comenzaron con las gestiones necesarias para darle un uso útil a estas aguas regando sus sembradíos de forraje para beneficio de los productores soledenses, por lo cual se solicitó su reglamentación, algunos por hecho y otros por derecho; esto ayudó a que la economía de este municipio empezara a despuntar en varios de sus sectores, puesto que al activar el sustento familiar del campesino productor se da trabajo a otros sectores de la industria económica.
Fueron años y años de gestiones ante los tres niveles de gobierno para su reglamentación y se permitiera su uso adecuado, pero como en ese momento San Luis era una ciudad pequeña, no se determinó problema alguno al darle para adelante a esta gestión de uso de aguas residuales, al fin se mataban dos pájaros de un tiro: se ayudaba al Estado en la inversión de infraestructura hidráulica por parte de los productores sin que este invirtiera en ella y se aprovechaba esa naciente economía para dar trabajo y alimento a muchas familias potosinas.
A mediados del 2016 se inicia un proyecto muy ambicioso del Gobierno del Estado, la construcción de la Planta Tratadora de aguas residuales "El Morro", proyecto con una valuación de 395 mdp, y que según estima se tratarán 750 lps de aguas para su saneamiento, distintas dependencias del Gobierno encargados de esta obra han intentado persuadir a los 1300 productores que utilizan estas aguas para uso de sus parcelas, sin embargo los campesinos que tienen toda la vida regando y que en su momento invirtieron parte de su capital para la construcción de canales y evitar el malestar de la población, se han visto mermados con las entregas de estas aguas, ya que a una sola sociedad de 80 productores regaba con 320 lps.
Según estudios que ellos mismos mandaron a solicitar con la Universidad Autónoma de San Luis para tener la certeza del flujo de agua que utilizaban desde que comenzó su uso, ahora con la construcción de la infraestructura de la planta se ha reducido a más de la mitad y quieren ofrecerle a esta sociedad sólo 120 lts, faltando la entrega de agua al resto de los 1300 productores; los usuarios de las distintas organizaciones han tenido muchas mesas de trabajo con la Comisión Estatal del Agua así como la Comisión Nacional del Agua para llegar a algunos acuerdos de entrega, mismo que no se ha concretado debido a que la planta no trataría ni el 50% de las aguas que ellos trabajaban desde tiempos remotos.
Los campesinos no están en desacuerdo con el saneamiento del agua, al contrario, sabedores del crecimiento de la ciudad se hace necesario la inversión en este tipo de proyectos, lo que no queda claro para ellos es que si el interés principal del gobierno es tratar las aguas para eliminar cualquier tipo de insalubridad en el ambiente, ¿porque no están considerados los 1300 productores en este proyecto?, o ¿ a dónde están reparando el resto de las aguas? o ¿a quién irán a dejar fuera de estas entregas de aguas tratadas?, debido a que parte de esas aguas tratadas se llevarán a la zona industrial para su utilización, dejando una vez más en el desamparo a los productores que por derecho propio les pertenece su uso, por décadas de trabajo en ellas.
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