Muy pronto salió el peine. Estos priistas, quienes por su edad deberían ser priistas de "hueso colorado", firmes defensores de las mejores tradiciones del partido, hoy nos han recetado una importante lección: no importa que toda la vida hayamos defendido unos colores partidistas, no importa que podamos aparecer como incongruentes y traidores ante nuestros seguidores, ante nuestros amigos o ante nuestros hijos, si de lo que se trata es de enlodar a enemigos inventados por uno mismo.
Y es que están terminando por traicionar sus convicciones solamente porque ahora ya no son ellos quienes tienen el control del PRI municipal. A tal grado ha llegado su irracional enojo y su intolerancia, que van a cobijarse con Miguel Barbosa, de reciente traición al PRD, y nueva adquisición de MORENA, un señor que nada tiene que ver con nosotros, pero con el que al parecer el Grupo San Mateo tiene algo en común: el cinismo. ¿O cómo llamarle al hecho de que lo traen a Atlixco para "agradecerle" "los recursos gestionados en la Cámara de Diputados ¡para Atlixco!"?... Y ahí viene el cinismo: que ese señor, ese saltimbanqui político, con toda caradura, se deja querer y les sigue el juego a sus admiradores "priistas", no aceptando, pero tampoco negando, que él ha "bajado" recursos para Atlixco. Bueno, tal para cual.
Ese es el vergonzoso episodio en que están terminando los sedicentes adalides del priismo, en su afán por seguir atacando a sus propios compañeros de partido, sólo porque éstos han elegido una ruta distinta al trillado camino que ha llevado al Partido Revolucionario Institucional (PRI) a ser odiado por la mayor parte de la sociedad.
En su argumentación, acusan a Hersilia Cordova y al Movimiento Antorchista del "delito" de hacer alharaca cada vez que hacen alguna inauguración o algún arranque de obra; se parecen a esos vecinos amargados que se irritan porque en la casa de al lado hay fiesta.
Es necesario recordarles a Arturo Lira, a Francisco Velasco, a Pablo Maurer y sus amigos, que por decenas de años a Atlixco para nada le ha beneficiado que cada trienio tenga dos o más diputados, sean del partido que sean; que recuerden de qué han servido los diputados, y si son honrados, tendrán que reconocer que no han servido para nada. Que se han dedicado a cobrar los jugosos sueldos que les paga el Congreso, o sea, dinero que produce el pueblo, pero su apoyo a ese pueblo ha sido nulo. Esa es la vieja política mexicana, es la conocida demagogia que ya causa asco a la población, y es el origen del repudio que ahora sufre el PRI.
En ese sentido, existe una clara diferencia con la forma en que Hersilia Córdova está haciendo su trabajo de legisladora. Ella está gestionando dinero y lo está aplicando a la construcción de muy diversas obras, beneficiando a los 31 municipios del Distrito XIII, y, sobre todo, a Atlixco, en donde ya podemos hablar de alrededor de 100 millones de pesos en escuelas, pavimentaciones, techumbres y mucho más.
El mismo presidente municipal de Atlixco, del PAN, con una gran nobleza y sensibilidad política, ha reconocido en diversos momentos la importante ayuda que ha recibido de la maestra Hersilia Córdova, pues de lo que se trata es del progreso de Atlixco y de toda la mixteca. Por eso los antorchistas y su líder tienen derecho a festejar cada que una nueva obra se ha terminado, ¿qué daño pueden causarles?
Pero de las filas de los mismos priistas, de entre los más viejos y quienes deberían ser más pensantes, más reflexivos, nos encontramos con esta desagradable noticia de que en su necedad por no perder el control del PRI, como si este organismo político fuera un botín, como si fuese una olla llena de oro y piedras preciosas, están dispuestos a aliarse con MORENA, cuyos integrantes no se cansan de referirse de los priistas como la escoria de México.
En serio, señores del Grupo San Mateo, dejen atrás sus fobias. Dejen atrás sus odios irracionales contra una mujer que no ha hecho otra cosa más que trabajar, y sumen sus esfuerzos por recuperar el respeto y el orgullo de ser priistas.
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