Desde su surgimiento en 1974, el Movimiento Antorchista se propuso dirigir al pueblo pobre en el camino del progreso y de procurar que los más desprotegidos tengan a quien recurrir en este mundo dominado por la clase en el poder; por ello con orgullo se puede decir que Antorcha es la organización de los pobres de México, y pruebas de que se preocupa por los desprotegidos se pueden encontrar a lo largo y ancho del país. El balance es positivo y se materializa en obras y servicios públicos, que representan miles de millones de pesos pare el mejoramiento de las condiciones materiales de millones mexicanos empobrecidos.
Antes de Antorcha, pensar en una sociedad menos injusta y donde la riqueza genrada por todos se distribuya de manera más equitativa era una utopía, ahora sin embargo, una prueba palpable de progreso y desarrollo, son Tecomatlán, Puebla, Chimalhuacán e Ixtapaluca, Estado de México y Huitzilan de Serdán, en Puebla, sólo mencionar algunos de los tantos lugares que han cambiado su rostro; de uno triste y miserable por otro de paz, tranquilidad y de progreso. Desde luego que esto no ha sido fácil: han costado sangre, sudor y lágrimas de muchas personas, dirigidas por el incansable líder que ha entregado su vida al servicio de los demás, el Ing. Aquiles Córdova Morán. Antorcha se ha encontrado con muchas vicisitudes interpuestas por el capitalismo rampante, para defender sus intereses, sin embargo, sabedora de que sólo el pueblo organizado y consciente puede llevar al triunfo a la clase trabajadora, esta no se detiene ni se acobarda.
Por eso, en este año 2019, más de 500 mil mexicanos antorchistas celebramos 45 años de existencia, con concentraciones multitudinarias en la capital de San Luis Potosí; Morelia, Michoacán; Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; Tijuana, Baja California; Puebla, Pue., y Ciudad de México, como un grito de protesta por las tremendas injusticias y el alto grados de marginación, que asciende según Coneval a 52 millones de personas que viven en situación de pobreza, 9 millones en pobreza extrema, 21 millones con rezago educativo, 20 millones con carencia de servicios de salud, 71 millones sin seguridad social, 13 millones con falta de vivienda digna, y que 61 millones perciben un ingreso inferior a la línea de pobreza, etcétera, y que todavía el gobierno, mal llamado de la cuarta transformación nos hunde al quitar los pocos beneficios, no solo a los antorchistas, sino para todos los mexicanos con graves carencias, el pueblo está con júbilo en estas magnas celebraciones.
Este festejo es también para hacer un balance y reflexionar en lo que hemos logrado en el camino recorrido y lo que aún nos falta para alcanzar las metas propuestas en los últimos cinco años, como la de constituirnos partido político nacional para tomar el poder político del país para cambiar el modelo económico a través de la instrumentación de los cuatro ejes fundamentales: una reforma fiscal progresiva, en la que paguen más impuestos quienes tienen mayores ingresos; la generación de empleos para todos los mexicanos en edad y en condiciones de trabajar; salarios justos, suficientes para la adquisición de la lanasta básica y resolver las necesidades de vivienda, transporte, salud y educción, entre otros; y una reorientación del gasto público, es decir, que la mayor parte del ingreso por concepto de impuestos se invierta en los sectores más vulnerables y necesitados.
Finalmente, nuestro 45 aniversario tiene también como objetivo desmentir, con el respaldo de una importante cantidad de mexicanos, las calumnias del presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, al acusarnos de chntajistas, administradores intermediarios de los recursos del pueblo, con "moches" y piquetes de ojo, de crear negocios a favor de nuestros dirigentes, inteligentes, honestos, valientes y trabajadores como nuestro Secretario general, Ingeniero, Aquiles Córdova Morán. Los antorchistas no tenemos de qué avergonzarnos, al contrario, estamos orgullosos porque siempre hemos actuado conforme a derecho, con limpieza y honestidad, de eso todos los mexicanos pueden estar seguros. El deber de todo antorchista en cualquier parte del país es y será siempre el de trabajar contra la pobreza, beneficiando siempre a los que menos tienen.
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