MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

200 mil decesos y ¿dónde están las vacunas?

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Antonia Hernández Valdés tenía 60 años de edad y, al igual que millones y millones de mexicanos tenía que salir todos los días a trabajar, formaba parte del enorme grupo de trabajadores informales. Se ganaba la vida vendiendo discos piratas y bombones bañados en chocolate. Vivía en el municipio de Ecatepec en el Estado de México. Era un ejemplo de trabajo, perseverancia, constancia y no había día que no saliera a ganarse la vida. A pesar de las llamadas al confinamiento, y de la sana distancia, a pesar del llamado de “Quédate en casa” ella, al igual que millones y millones de hombres y mujeres en México, tenía que salir a buscar el sustento diario que le permitiera subsistir y sobrevivir y por eso, se enfrentaba todos los días a la peor pandemia de los últimos 100 años.

No se sabe con certeza dónde se contagió. Pudo ser en el camión que la trasladaba hasta el metro, o si fue en el metro que la llevaba hasta la parada del Metrobús, o si fue caminando y buscando colocar sus mercancías por las calles de la Ciudad de México, si fue en las oficinas gubernamentales donde tenía a la mayoría de sus clientes, o fue su pareja quién llevó la enfermedad a casa, el caso es que se contagió del mortal virus del SARS-CoV-2 causante del coronavirus, conocido como covid- 19. Un día despertó cansada sin ganas de salir a trabajar, por la tarde, tenía irritada la garganta y ya al día siguiente, tenía una tos ligera. Aun así, salió como todos los días a ganarse el pan, ella no lo sabía, pero lo que pensaba era una gripe pasajera, era el mortal coronavirus. A los dos días su hijo la ingresó al hospital y a las 48 horas su cansado y trabajado cuerpo no pudo más y falleció. Y a pesar de que el médico que la recibió dijo que todo indicaba que era covid, y que fue ingresada en el área covid, su acta de defunción dice que falleció por “neumonía atípica” y todo porque no le practicaron la prueba. 

Este caso es real, así como el de miles y miles de fallecidos a causa de la covid-19, el Gobierno federal dice que apenas van 201 mil, 429 muertos (27/03/21) según la Secretaría de Salud, pero con base en estudios serios, se calcula que el verdadero número de muertos a causa del coronavirus supera el medio millón, aunque nunca lo podremos saber, ya que las cifras oficiales, sólo reflejan las víctimas diagnosticadas, con un test o prueba. Y no hay un reconocimiento a todas las que fallecieron sin haberse hecho la prueba. Los que murieron en casa, las que no buscaron ayuda, en las lejanas rancherías, en las apartadas comunidades, en la soledad de sus lechos, esas no cuentan para Hugo López-Gatell, el flamante subdirector de Salud, con funciones de director y que decidió abandonar su vocación (si es que alguna vez la tuvo) de médico para convertirse en uno más de los políticos peleles del presidente Obrador y abandonar a su suerte a los 126 millones de habitantes (Inegi) con los que cuenta nuestro país y que son víctimas de las malas decisiones de un presidente que no tiene ni idea de lo que es gobernar, conducir e implementar las medidas pertinentes para poder salir abantes en medio una pandemia que a estas fechas va por una tercera ola de contagios en el mundo y que aquí en México no hemos podido ni siquiera salir de la primera.

Cuando en Europa llamaban a confinarse, aquí sacaban estampitas “milagrosas”; cuando allá cerraban aeropuertos, aquí llegaban cruceros de lujo a nuestras costas; cuando en el mundo cancelaron eventos, aquí el Foro Sol se llenaba con el evento del Vive Latino; cuando Ángela Merkel pide perdón por el mal manejo de la pandemia en su país, aquí el inútil e inoperante de Gatell acusa a la prensa con lucrar política y comercialmente con las cifras de muertos. Cuando en casi todos los países sus gobiernos trabajan por sacar adelante a su población y compran vacunas, aquí el presidente Andrés Manuel López Obrador, las manda mendigando a Estados Unidos. Cuando el gobierno de Norteamérica ha vacunado a 135 millones de personas, China a 90 millones, la India a casi 60 millones, México no llega ni a los 4 millones (EL CEO) y si a eso le sumamos la amenaza de Úrsula Von Der Leyen, presidenta de la Comisión Europea de que se podrían bloquear las exportaciones de las vacunas anti-covid para garantizar las aplicaciones a todos los habitantes europeos, la situación de México se torna más difícil.  

No se compraron las vacunas con tiempo, pero tampoco se cancelaron los mega proyectos faraónicos del dictador en ciernes en que se ha convertido AMLO. Dos Bocas, el Tren Maya y un aeropuerto, son algunos de los intereses principales de este gobierno, no la salud pública, esa no es importante. Lo verdaderamente importante es que su proyecto de gobierno (entiéndase la 4T) se consolide en el poder de manera perpetua. Lo que le importa es que sus “ungidos” queden acomodados de manera estratégica en diferentes puestos: gubernaturas, senadurías, diputaciones, secretarías, alcaldías, direcciones y cualquier otro puesto que detente la toma de decisiones, recursos y presupuesto. Hoy, prefiere dar el recurso económico a través de tarjetas en lugar de hacer obra pública porque así creé que la población compromete su voto con él, para AMLO construir bancos del bienestar en áreas abandonadas, es mejor que comprar vacunas. 

Cada día se suman más voces que señalan a AMLO como un presidente ajeno a la realidad, más preocupado por sus porcentajes de aceptación, que se impongan sus caprichos a costa de lo que sea, no importando que se vea dañada la economía nacional, el ecosistema mexicano, la visión del país a nivel internacional, la fuga de capitales o la salud pública. Ante la dolorosa realidad, él siempre tiene otros datos y son que vamos bien, sus adversarios mienten, la prensa está vendida, la oposición está moralmente derrotada, los inversionistas son rapaces y tonteras por el estilo. Para excusas AMLO se pinta solo, un día es el neoliberalismo y al otro es Calderón, o Peña, o Fox y Salinas, pero de soluciones nada ni una. Y México necesita de un presidente que esté concentrado en dar soluciones y no en campaña permanente y descalificando a todo mundo, menos a los afiliados a Morena.

Ni Toñita ni los miles de fallecidos a causa de la covid pueden quedar en el olvido. Tienen rostro, nombre y apellido, tenían y ocupaban un espacio físico, hoy, se queda una silla vacía, un lugar en la cama, un lugar en la sociedad, dejaron sumidos en el dolor a su familia y amigos. Todo esto pudo haberse evitado, pero la tozudez presidencial se impuso a la razón.

La sociedad y la realidad, hacen un llamado al presidente Obrador, a que deponga su actitud y corrija el rumbo, si bien el daño hasta ahora es grande e irreparable, todavía se pueden salvar muchas vidas. Cierren las actividades no primordiales, apoyen a las empresas que crean empleos, apoyen económicamente a las familias para que no salgan de casa, implementen programas alimenticios, exenten los pagos de luz y agua, el ISR, así como algunos impuestos que obligan a los microempresarios a mantener abiertos y compren y vacunen a todos los mexicanos por igual. De no hacerlo, el costo será aún mayor, hoy te puedo escribir y tú, amable lector leerme, mañana, puede ser que se rompa este círculo.

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