Es fácil criticar y señalar de inconsciente y de actuar de manera perjudicial a todas aquellas personas que pese a la pandemia tienen que salir de sus casas para poder llevar algo de comer a sus familias. Como diría un filosofo alemán: "No se piensa igual debajo de un palacio que debajo de una choza". Y es que para todos aquellos que no saben lo que es vivir al día, para todos los que tienen su despensa llena y no tienen que preocuparse por comer al siguiente día es muy fácil quejarse y hasta incluso tachar de ignorantes e irresponsables a quienes se arriesgan a contagiarse del virus por la necesidad de alimentar a su familia.
Para esas personas que no saben lo que es vivir en la calle, en medio de la pandemia, con una esposa y tres hijos pequeños. Eso le pasó a don Jaime, un humilde albañil que desde que inició la pandemia no pudo continuar trabajando y, por tanto, sin empleo no tiene salario y sin salario no hay dinero para pagar ni la renta.
Recientemente en un documento publicado por la Oxfam (Organización no gubernamental que realiza labores humanitarias en el mundo), que se llama: "Vivir al día: medidas para combatir la pandemia de desigualdad en México", se lee que: alrededor de 28 millones de personas trabajadoras que laboran en los sectores clasificados como actividades no esenciales podrían ser afectadas, lo que equivale a aproximadamente el 47 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) según estimaciones realizadas por Oxfam con base en la ENIGH 2018 (Inegi, 2020).
Y más adelante afirma que la mayoría de estas personas, es decir, el 85 por ciento se encuentra en zonas urbanas, que es básicamente en donde se estima que la pandamia causará mayor afectación. Además esto resulta de especial importancia si se considera que entre los programas prioritarios de AMLO no existe uno enfocado especialmente a zonas urbanas.
Esta organización no gubernamental señala que este problema se suma a lo que ya de por sí se venía arrastrando: 10 millones que se encuentran en pobreza por ingresos; 16 millones que no cuentan con acceso a la seguridad social; 5.4 millones que padecen inseguridad alimentaria moderada o severa y 3.7 millones que no cuentan con agua, drenaje o electricidad en su vivienda.
Es decir que esta crisis que vive nuestro país como ya lo ha venido diciendo Antorcha desde que inició la cuarentena, deja al descubierto y potencia la desigualdad que no ha podido resolver el gobierno mexicano. "La mitad del país no tiene seguridad social, cuatro de cada 10 personas viven con ingresos laborales insuficientes para satisfacer necesidades alimentarias básicas (CONEVAL, 2020), tenemos el sistema tributario que menos recauda en la OCDE (Dalsgaard, 2020), y nuestro sistema de salud se encuentra segmentado y sin rescursos", sentencia la Oxfam.
Con datos tan escalofriantes como desesperanzadores es como viven millones de mexicanos que continuan enfrentádose a una dura crisis económica que se endureció de un día a otro por la pandamia. Muchos han perdido su empleo, otros se arriesgan al contagio por llevar alimento a los hogares y mientras unos sufren las calamidades consecuencia del modelo económico y del mal gobierno que vino a acentuarse por la pandemia; otros tantos critican ferozmente a quienes se han sumado a la denuncia ciudadana de colocar un trapo blanco y cartulinas esperando que el gobierno les tienda una mano.
Después de que México supere la pandemia vendrá una fuerte crisis ecoómica que ya comienza a sentirse y una hambruna generalizada en el país, claro que los pobres, los humildes, la clase trabajadora será quien sufra en carne propia esta terrible hambruna, mientras los que que viajan en este barco en la zona privilegiada no sentirán el hueco en el estomago de no comer por días.
Desde hoy los mexicanos valientes, humildes y honrados deberán unirse para luchar para salir delante de esa crisis económica que toca nuestras puertas, pero sobre todo por cambiar el modelo económico en el que vivimos, así como demostrar que al gobierno de la 4T le quedó muy grande el saco para gobernar nuestro país.
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