MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Yo no confío en Morena

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“¿Usted confía en mí?”, preguntó el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, a la madre de una persona desaparecida, en medio de un atropellado diálogo en las puertas de sus oficias, a lo que la mujer contestó: “Pues la verdad yo no confió en nadie”. El sereno y carismático funcionario contestó, en tono molesto, “pues yo tampoco confió en ustedes”.

Lo anterior fue una escena molesta, y en la cual conviene que nos detengamos a hacernos algunas preguntas: ¿Por qué los políticos de la Cuarta Transformación pueden desconfiar de la gente?, ¿Los morenistas tienen de verdad la suficiente autoridad moral como para siquiera mirar a la gente a los ojos?, ¿Qué nos dice la patanería de Adán Augusto de la situación de su partido, del gobierno y del país?

Vamos a precisar antes lo siguiente, ¿Quién es Adán Augusto? El señor Adán es el secretario de gobernación en el Gabinete legal del presidente Andrés Manuel López Obrador, posición equivalente a ser un segundo a bordo o vicepresidente, si se le pudiera decir de otro modo. 

Augusto, además de su cercanía de rango con el presidente, tiene algunas cosas en común con el primer mandatario, es de Tabasco, es déspota y cínico, según se ha visto en ocasiones más recientes. De la trayectoria política del secretario de Gobernación se conoce muy poco, en Tabasco por lo que más destacó fue por la promulgación de la ley garrote, un postulado que pasaba por encima de los derechos de todos aquellos que se inconformen en la entidad, el sueño húmedo de la ultraderecha mexicana. Más recientemente, a Adán Augusto se le ha visto como uno de los consentidos del presidente, una de las tres corcholatas del partido Morena, el más gris y sin gracia de todos.

¿Y a qué se debería de dedicar Adán Augusto en estos momentos? Respondo lo anterior con las palabras del portal oficial del gobierno, “un secretario de Gobernación atiende el desarrollo político del país y coadyuva en la conducción de las relaciones del Poder Ejecutivo federal con los otros poderes de la Unión y los demás niveles de gobierno para fomentar la convivencia armónica, la paz social, el desarrollo y el bienestar de las mexicanas y de los mexicanos en un Estado de Derecho”.

A estas tareas, ¿Cómo ha respondido el desconfiado funcionario?:

  1. La tendencia nacional de mujeres víctimas de homicidio doloso alcanzó un récord histórico y va al alza: en junio de este año se registraron 281 feminicidios, la cifra más alta que se ha registrado en un mes desde enero de 2015. Durante 2021, en agosto se registró un máximo de 271 delitos de este tipo hacia las mujeres. En lo que va de este año, suman en total mil 398. La cifra oficial podría variar, pues la clasificación de los asesinatos contra mujeres como feminicidios queda a criterio de las fiscalías estatales.

 

2)      Durante el mes de mayo, México llegó a la trágica cifra de 100.000 personas desaparecidas y no localizadas desde que se lleva el registro; es decir, hoy estas 100.000 personas permanecen con paradero desconocido.

3)      Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), de 2008 a 2020, el número de personas en situación de pobreza extrema en México aumentó 2.1 millones, con lo que suman un total de 10.8 millones de personas que viven está situación. Según el mismo informe del Coneval, entre 2018 y 2020 el porcentaje de la población en situación de pobreza a nivel nacional aumentó de 41.9 por ciento a 43.9 por ciento, un aumento de 2.0 puntos porcentuales durante este periodo.

Como bien podemos observar, la convivencia armónica, la paz social, el desarrollo y el bienestar de las mexicanas y de los mexicanos no es una tarea cumplida por Adán Augusto, nosotros los mexicanos, tenemos fundamentos para decir y sostener nuestra postura, por qué no confiamos en Adán Augusto ni en el gobierno de la Cuarta Transformación.

Adán Augusto, sin embargo, desde hace varios meses ha renunciado a su responsabilidad como secretario de Gobernación para dedicarse a ganar la candidatura por la presidencia del país, y no es el único, el mismo caso sucedió con la corrupta Delfina Gómez, quien, pese a tener en puerta un delito probado, ganó la candidatura por la gubernatura del Estado de México; y lo mismo pasa con Claudia Sheinbaum, quien desde hace meses no se aparece por la ciudad que gobierna aunque esta esté convulsionando en todos los sentidos.

A Morena en general no le interesa el bienestar de la gente, ni hacer un buen trabajo, son los mexicanos los que debiéramos decirle a Adán Augusto con toda razón que no creemos en él, ni tampoco creemos en Claudia Sheinbaum, ni en Marcelo, ni en Delfina. No confiamos en Morena. Yo no confío en Morena.

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