En días pasados se dio a conocer la noticia en la prensa escrita, de que Antorcha tiene posibilidades de ocupar una curul en el Congreso del Estado. La nota despertó opiniones, en su mayoría favorables.
El Movimiento Antorchista colimense tiene más de 30 años luchando contra la pobreza en el estado, luchando para mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Ha organizado cuatro frentes para su mejor educación y progreso: el frente obrero, el frente popular, el frente campesino y el frente estudiantil; es así como se reparte el trabajo. La esencia de nuestra organización es genuina: “educar y organizar al pueblo pobre trabajador”; por eso se denomina como “la organización de los pobres de México”.
Antorcha nace, entonces, con la tarea de organizar y educar a los más desprotegidos de nuestra patria. Pero, ¿educar y organizar a quién, y para qué?
Educar a todos. Cuando hablamos de esto, no hacemos alusión a ir a la escuela y lograr un título, sino, de algo más profundo y trascendental; nos referimos a una educación política, que incluye el conocimiento de las leyes, de la historia de nuestra nación, de la cultura, de la literatura, filosofía, etc., que complementan nuestra cultura general. Para hacerlo, hemos ensayado ya muchas actividades que probadamente dan resultado. Por ejemplo, eventos culturales, académicos, deportivos, conferencias populares y estudiantiles, gestiones públicas, movilizaciones de protesta, entre otras. Todos estos años de lucha, nos confirman que la educación política de los antorchistas funciona. Y lo hacemos con tanto esmero y dedicación, porque hemos descubierto que las causas de la pobreza, no son la flojera, ni la apatía, ni falta de inteligencia como muchos piensan, sino, muchas veces el desconocimiento y la ignorancia de nuestro pueblo.
Y organizar a los mejores. Hablamos de cantidad y calidad. Los mejores son todos aquellos mexicanos que han decidido dedicarse a luchar por los demás. Todos aquellos que han sido beneficiados con algún apoyo inmediato, pero que, además, han aprendido que la verdadera lucha no es por una despensa o por una vivienda, sino por cambiar las condiciones de vida de él y de todos los que conviven a su alrededor. Los mejores, son aquellos que abandonan su interés individual para anteponer el interés colectivo, es decir, han aprendido a ser solidarios y han caído en la cuenta de que, el grupo siempre tendrá mucha más fuerza que el individuo solo. Y han aprendido, además, que para lograrlo se requiere de disciplina, estudio y compromiso.
Pero y, ¿por qué hacemos los antorchistas todo esto que digo? Nuestro país ha sido severamente saqueado por todos los poderosos, económica y políticamente, que han pisado nuestras tierras; nos han maltratado sin ninguna restricción suficiente para ellos, que siempre nos dejan en desventaja a las mayorías. Siendo nuestra patria, un país con riquezas naturales abundantes, seguimos siendo explotados; nos han etiquetado con respecto al mundo, como un país proveedor de mano de obra barata, como tierra de materias primas. Muchos inversionistas vienen a México a edificar sus empresas -según dicen-, a generar empleos, sin embargo, la mitad del país vive en la pobreza, y conforme avanza el capitalismo depredador, nuevos términos de pobreza van surgiendo, como el de “pobreza laboral”, por ejemplo. Además de ir acabando con los recursos naturales de nuestras tierras, como el petróleo, la diversidad marina, la diversidad de frutos y vegetales, múltiples especies de árboles y hortalizas, de minerales etc. Todo esto y más, se debe al modelo económico que nos predomina, es decir, el capitalismo o neoliberalismo, que tanto menciona el Presidente.
¿Para qué?, repito. Para tener un país más justo. Para producir con eficiencia y distribuir con equidad toda la riqueza que producimos entre todos. Para rescatar a nuestro país del ambicioso sistema que acaba con todo. Para crear al hombre nuevo, capaz de mover al mundo de manera humanista y justa.
La loable labor realizada hasta ahora por el Movimiento Antorchista, pero sobretodo trascendental; además de resolver demandas inmediatas y tangibles como: colonias populares, casas de estudiante, escuelas, espacios deportivos, etc; ha preparado con mucha dedicación a sus mejores cuadros, a hombres y mujeres que a lo largo de los años, con el conocimiento teórico y con la lucha práctica, se han ganado el honroso papel de luchadores sociales; distinción que el mismo pueblo les hace por todas aquellas luchas ganadas y perdidas, pero sobre todo, por darle siempre orientación y guía a los más necesitados, a los que casi nada tienen; por luchar con ellos, a su lado y codo a codo con ahínco y mucho respeto. Por estar para ellos en todo momento.
Por todo esto, se vuelve histórica la probable participación de nuestros líderes en el reparto del poder. Es para nuestra organización una necesidad, poder alzar la voz en los cabildos y en el Congreso a nombre de todos nuestros compañeros más necesitados. Y no quiero perder la oportunidad de felicitar a mis compañeros destinados a este nuevo reto. Porque la designación es resultado de su trabajo previo; ellos no van a necesitar prometer nada en su campaña, solo les bastará mostrar el camino que han recorrido, donde dejan obras, servicios y bienestar, que se aprecian tangiblemente por todo el estado. Pero, sobre todo quiero felicitar a todos mis compañeros antorchistas y no antorchistas de Colima, pues, por fin logramos impulsar a verdaderos líderes populares, nacidos de la entraña misma del pueblo pobre trabajador, que, por ahora son pocos, pero como dice la canción “se hace camino al andar”; y detrás de ellos iremos muchos más, aprendiéndoles sus grandes y atinados pasos.
Hoy, en Colima queda demostrado que la lucha organizada da resultados, y que, además, este es el inicio de muchos logros más que están por acontecer, si seguimos caminando juntos, más organizados y más conscientes de nuestra lucha. ¡Adelante compañeros! Hagamos que con nuestro voto, una antorcha ilumine por fin, el Congreso y los ayuntamientos!
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