MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Y al último… el pueblo

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Ha iniciado la cuesta final del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, un Gobierno que arrancó el 1 de diciembre de 2018 y que finalizará el 1 de octubre de 2024; un Gobierno que entró enarbolando la bandera de defender “primero a los pobres” y que al momento de tocar la silla presidencial los abandonó; un Gobierno que desde el primer día de su mandato se dedicó a velar sólo por los intereses de las clases poderosas del país y descobijó completamente a las familias más pobres de México. 

No es novedad, entonces, que su último año de mandato siga la misma tónica, la de hacer a los ricos cada vez más ricos, sin importar que haya ahora más pobres y que los que ya eran pobres sean más pobres todavía. Esto quedó evidenciado nuevamente el 9 de octubre, cuando la mayoría de Morena y sus aliados aprobaron en lo general y en lo particular el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2024. 

Y este año, como los anteriores, el presupuesto será destinado a lo que se ha vuelto evidente en este sexenio: a la compra de votos aprovechándose de la necesidad y las carencias del pueblo mexicano. Veamos algunos ejemplos. 

El Instituto Nacional Electoral (INE), órgano independiente del que dependerá la elección de 20 mil 375 cargos, contando la Presidencia de la república, tendrá un recorte de 5 mil 003 millones de pesos, dejándolo con 32 mil 767 millones; el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación corrió con la misma suerte, pues su presupuesto pasó de 5 mil 254 millones de pesos a 3 mil 623 millones.

Por otro lado, Conagua, el órgano responsable de elaborar una política hídrica nacional, así como el Programa Nacional Hídrico que debería trabajar y generar mecanismos para evitar el desabasto de agua que ha sufrido el país en muchos de sus estados, y sobre todo, en las colonias más marginadas, sufrió un recorte del 15 % al pasar de 44 mil 693 millones a 39 mil 475 millones de pesos. Ante esto también es bien sabido que para el gobierno morenista ha sido más importante garantizar el agua de las grandes empresas cerveceras y de refresco que están asentadas en el país, que garantizar el agua en las viviendas en las que habitan los trabajadores que dan vida a esas empresas. 

Y como si eso no fuera suficiente, el recurso destinado a municipios tuvo también una reducción de 6 mil 300 millones de pesos, lo que implica que cada uno de los 2 mil 469 municipios con los que cuenta México no tendrán los recursos suficientes para invertir en obras y servicios para sus habitantes. 

Podría creerse que eso no afectará gravemente a las familias, pues existen otros “apoyos” con los que pueden contar, y aunque se quiera manipular la verdad diciendo que no obtuvieron recortes, lo cierto es que su incremento fue mínimo, por no decir ridículo.

Por ejemplo, hablando ahora del campo, uno de los sectores más olvidados durante tantos años y tantos gobiernos tendrá incrementos mínimos, pues el programa Sembrando Vida pasará de 37 mil 136 millones a 39 mil 928 millones de pesos, un incremento del 0.02 %; el de los fertilizantes incrementará de igual manera en un 0.02 % al pasar de 16 mil 684 millones a 17 mil 489 millones de pesos.

Los recursos para el Tren Maya salen de los impuestos pagados por todos los mexicanos, pero que están siendo destinados a un transporte que utilizará sólo la clase poderosa.  

¿Y la garantía de una vivienda digna para todos los mexicanos? Pues esa también tendrá un mínimo incremento del 0.03 %. 

Pero entonces, la pregunta obligada aquí es ¿adónde está yendo a parar el recurso de toda la masa trabajadora de México? Pues es aquí donde precisamente entra y destaca esa gran compra de votos, pues son tres programas los que tuvieron los mayores incrementos en este PEF 2024.

Entre aquellos se encuentra el programa Pensión para Personas Adultas Mayores que tendrá un incrementó del 30.77 % y que además ha crecido anualmente en 129 % desde el PEF 2018 hasta el 2024.

Pero la cosa sigue, pues el que se lleva la mayor tajada del pastel es el programa del Desarrollo del Istmo, o lo que se ha dado a conocer como el Tren interoceánico del Istmo de Tehuantepec, una de sus grandes obras faraónicas y que tendrá un incremento del 161.58 %.

Hablando precisamente de esas obras sexenales del Gobierno de López Obrador, no podemos olvidar ni pasar por alto que otra de sus grandes “ideas”, la construcción del Tren Maya, ha rebasado ya en un 200 % el presupuesto inicial estimado en 2020 que era de 156 mil millones de pesos y se ha presupuestado que su costo total ascenderá a los 500 mil millones de pesos. ¿Sabe usted, querido amigo, de dónde sale ese recurso? Sale, precisamente, de los impuestos pagados por todos los mexicanos, pero que están siendo destinados a un tren que utilizará sólo la clase poderosa.  

Así que con todo esto en mente, y tomando en cuenta no sólo la injusta percepción de los impuestos, sino también su injustísima distribución, creo necesario recalcar lo que en colaboraciones anteriores he dicho: el pueblo no tiene ni tendrá otra salida para aliviar su sufrimiento, que su organización y la creación de un partido gobernado por la clase pobre, una clase consciente de sus males y preparada para atacarlos.

Unión y lucha, es lo que nos queda, y es por ello que ante las elecciones próximas de 2024, el pueblo pobre, ese que ha sufrido durante este sexenio el abandono de Morena, deberá evaluar y elegir mejor quien tomará las riendas de nuestro país. De no ser así, el hambre, la miseria, la violencia, las muertes, la insalubridad y todo lo que acarrea consigo la injusta distribución de la riqueza seguirá permeando cada vez con mayor fuerza sobre nuestros hogares. Que conste.

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