Las elecciones de este 6 de junio cambiarán la historia de México, para bien o para mal, pero no variará el rumbo de las políticas del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, quien ha señalado que, en caso de que su partido, Morena, no obtenga la mayoría en el Congreso de la Unión, gobernará por decreto y vetará las decisiones del Poder Legislativo que no le gusten, asimismo, seguirá usando el templete presidencial y los órganos de investigación y procuración de justicia para amedrentar a quien no acate su línea.
Luego del resultado de las elecciones, a partir del lunes 7 de junio se prevén denuncias de fraude por parte del presidente de la República y su partido, Morena, ya sea en las votaciones de diputados o gubernaturas, pues hasta la fecha, en su carrera política no ha aceptado una sola derrota, que denunciará en las conferencias mañaneras ante la falta de resultados tangibles para el pueblo de México. Este estrado seguirá sirviendo para atacar a la prensa y a los intelectuales que lo cuestionen, a las organizaciones que se atrevan a hacerle algún reclamo y a las instituciones. Para el presidente, el gobierno es un ejercicio de un solo hombre, sin contrapesos y donde tiene que haber algún titular, habrá alfiles leales cuya única misión sea acatar sus órdenes.
Cierto, se prevé que esta vez el fenómeno AMLO no arrasará en las urnas -como en el 2018- debido a los malos resultados de personas que llegaron a diversos cargos para experimentar con la política y en el caso de Guerrero, el estado no está para experimentos baladís de grupúsculos arrogantes y sin preparación de ningún tipo que hoy ostentan cargos de presidentes municipales, diputados, directores de área, etcétera, donde no han dado resultados. Y es que, en el proceso de selección de candidatos, los partidos políticos sólo piden requisitos formales y mínimos, como la nacionalidad mexicana y la residencia, sin buscar la formación profesional, honorabilidad ni su trayectoria laboral y de vida, situación que ha abierto el camino a personas sin escrúpulos que sólo buscan poder.
Los partidos tienen la obligación de elevar la mira por el bien de México, de Guerrero, al designar a candidatos preparados que conozcan el quehacer político, de otra manera, nos espera mayor pobreza, mayor corrupción y mayor deterioro de este gran estado suriano, por eso, ante el hartazgo de una democracia fallida, se unieron PRI, PRD, PAN para “cerrarle el paso a Morena”.
Las elecciones de este 6 de junio son trascendentales porque abren la posibilidad de frenar el abuso de poder a través de un equilibrio en el Congreso de la Unión, que dará fin a decisiones unilaterales.
En Guerrero, uno de los estados donde los grupos delictivos operan e inciden en la política local, donde seis de cada 10 habitantes están en situación de pobreza, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), tenemos una cita el próximo 6 de junio, que es, con las urnas para elegir al nuevo gobernador, 80 presidencias municipales, 46 diputados locales, de manera reflexiva y encaminada a frenar las malas políticas del gobierno federal (Morena) en detrimento de la sociedad.
Incluso en medio de la violencia que tensa el ambiente, llegó el momento de votar y reiterar el llamado a reflexionar el voto con el fin de atenuar las carencias de los guerrerenses, agravadas por el mal manejo de la pandemia, que derivó en el cierre de fuentes de empleo, situación que sigue afectando a miles de guerrerenses que pueden cambiar el rumbo de Guerrero.
Y es que, conforme se aproximan las elecciones, aumentan los eventos de violencia política. Ejemplos: El candidato de Fuerza por México al gobierno municipal de Acapulco, José Alberto Alonso Gutiérrez, encabezó una marcha del Asta Bandera al acceso a la Playa Papagayo para exigir que cese la violencia en el actual proceso electoral y se pronunció por unas elecciones en paz. Fue agredido por hombres armados cuando se dirigía a un acto proselitista en la colonia Emiliano Zapata, aunque resultó ileso, fue internado en un hospital privado por crisis nerviosa.
El candidato del PT-PVEM a la gubernatura, Pedro Segura Valladares denunció que grupos de la delincuencia organizada le impidieron realizar campañas en varias ciudades de la entidad porque “la maña” ya tiene candidato. Dijo que en el municipio de Teloloapan tuvo gente golpeada y amigos levantados.
En el municipio de Taxco de Alarcón, en la región Norte de Guerrero, a la altura de la comunidad San Miguel Acuitlapan, levantaron a varios comisarios y hallaron desmembrado al ex comisariado ejidal y activista del Partido Acción Nacional, Irene Procopio Ventura.
El candidato del PAN a la alcaldía de Taxco, Marcos Efrén Parra Gómez suspendió sus actividades proselitistas en la zona serrana del municipio luego de que cuatro comisarios del lugar fueran secuestrados por hombres encapuchados, previo a evento.
Se habló del secuestro de Marilú Martínez Núñez, candidata a presidenta municipal de Cutzamala de Pinzón, quien se encuentra bien junto con su familia, comentó el gobernador de Guerrero.
Asimismo, policías con AR-15 y Berettas resguardaron un mitin político de Diana Itzel Hernández, candidata de Morena a diputada local por el Distrito 25, que comprende los municipios de José Joaquín de Herrera y Chilapa de Álvarez. Ella es hija de Ranferi Hernández, luchador social asesinado junto a Lucía Hernández, Juanita Dircio y Antonio en octubre de 2017.
En este contexto de violencia, el llamado a los guerrerenses es a no votar por candidatos de Morena, gobierno que a nivel federal se muestra extraviado, ya que su política de primero los pobres simplemente no da resultados y sí ha afectado a rubros como salud, ciencia, educación, generación de empleos, etcétera. Tenemos la posibilidad de participar de manera masiva para darle un rumbo diferente a la nación y a Guerrero, expulsando a Morena del poder. La moneda está en el aire.
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