MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

“Viene cañón”… ¿Y los muertos, señor presidente?

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La vida de los mexicanos no es una preocupación del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ni del partido que gobierna este país. Están más preocupados por publicitar a sus candidatos para las nueve gubernaturas y la presidencia, a disputarse en 2024. Es el fetichismo del poder, a costa de lo que sea.

Para analizar, vamos por partes, como dijo el descuartizador. Por la pandemia del Covid-19 y el exceso de mortalidad que trajo consigo, en México fallecieron 626 mil personas durante 2020 y 2021, según el conteo de la Organización Mundial de la Salud (05 de mayo de 2022, El País). Es decir, superior en 300 mil a los datos que el presidente y López Gatell aceptan. Fuimos en quinto país con más muertos por Covid en el mundo: solo nos ganó Estados Unidos, Brasil, India y Rusia. La muerte en la pandemia reflejará el primer sexenio de Morena en la presidencia.

México se ha convertido en un país muy violento, gracias a la estrategia de “abrazos, no balazos” de AMLO. Hasta el 4 de septiembre de 2023, 165 mil 13 personas fueron asesinadas en el país. “La tendencia demuestra que en promedio, se comenten entre 83 u 84 asesinatos por día” (06 de septiembre de 2023, infobae.com). Durante el gobierno de Enrique Peña Nieto sumaron cerca de 156 mil víctimas y en la administración de Felipe Calderón fueron más de los 120 mil homicidios. “Es por ello que se insiste en que la estrategia de seguridad del presidente López Obrador no ha dado resultados, pues ya se rebasa la suma de los gobiernos anteriores y todavía faltan cerca de 10 meses para gobernar”, dice la nota titulada “AMLO rompe récord, pero en violencia…”. Tomando en cuenta el promedio diario de homicidios, aún se espera que 24 mil 900 personas más sean asesinadas en el sexenio si la estrategia de AMLO no cambia. Esto implicaría una cifra cercana a las 190 mil víctimas de homicidio. Esa cifra marcará también el primer sexenio presidencial de Morena.

Pero no es todo. La primera obligación de un presidente es cuidar la vida de sus gobernados, pero AMLO no avisó de la gravedad del huracán ‘Otis’ que en los primeros minutos del 25 de octubre destruyó Acapulco y varios municipios de la costa de Guerrero.

Ante las críticas de periodistas y analistas de por qué no avisó con tiempo a la población sobre el peligro del huracán y de por qué absolutamente nadie en la 4T movió un dedo para proteger a la población en tierra y para ordenar a las embarcaciones de la zona que se alejaran o que arribaran, el presidente dijo lo siguiente en su conferencia mañanera del 9 de noviembre: “Estaba yo pendiente por la evolución de la tormenta tropical, luego a 3 luego a 4, luego que va a entrar a 5 y estaba pendiente. Y recibí el reporte de la 6:00 y luego otro reporte con aviones cazahuracanes hablando de que se iba a intensificar. Y puse un mensaje como a las 8:00 de la noche: “Acepten trasladarse a refugios. Mantenerse en lugares seguros”. Cuando estaba yo escribiendo esto, pensé en decirlo más fuerte, o sea: ‘viene cañón’. O sea, algo así. Pero dije: ‘no, con esto basta’”.

         ¿En verdad pensó decirlo más fuerte: “viene cañón”? ¿Es todo lo que se le ocurrió al presidente de la 4T? ¿No se le ocurrió decir nada en su conferencia mañanera del martes 24 de octubre? ¿No se le ocurrió un plan urgente para desalojar las zonas más peligrosas, para avisarle a los turistas y para instalar albergues seguros? ¡No, claro que no! Solo “pensó” decir “viene cañón”. ¿Y en el gobierno de Guerrero? ¡Ahí están peor!

         Pero es necesario denunciar que en la presidencia de México se sabía que un huracán entraría por la costa guerrerense y que no se dijo nada. Veamos los datos: El lunes 23 de octubre, a las 3:48 de la tarde, el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos emitió una alerta temprana de huracán. El martes 24 de octubre, a las 3:15 de la madrugada, el Servicio Meteorológico Nacional pide extremar precauciones a la población en general; por primera vez, expresa que ‘Otis’ dejará de ser una tormenta tropical y se va a convertir en un huracán. A las 5:00 am del martes 24 de octubre, el Centro Nacional emite una alerta por ‘Otis’ y especifica que deben apresurarse las medidas para proteger las vidas y el patrimonio de la población. A las 12:15 de la tarde del martes 24 de octubre, el Servicio Meteorológico Nacional informó que ‘Otis’ ya era huracán. Tres horas después, a las 3:00 de la tarde, el propio Servicio Meteorológico informó que ‘Otis’ era huracán categoría 3 y que iba a seguir aumentando.

Pasaron cinco horas… Y el presidente “anuncia” en un tuit, a las 8:25 de la noche del martes 24 de octubre, que “el huracán ‘Otis’ entrará al territorio con categoría 5 entre Acapulco y Tecpan de Galeana de las 4 a las 6 de la mañana [del miércoles 25]”.

Si hacemos cuentas, ¡Andrés Manuel López Obrador se tardó 30 horas en alertar que Acapulco sería golpeado por un huracán de la mayor intensidad conocida! ¡Qué maldita irresponsabilidad!

Y a pesar de que anunció un plan para reconstruir Acapulco, lo cierto es que eran solo palabras. “El 2 de noviembre, en el Diario Oficial de la Federación (DOF), la Coordinadora Nacional de Protección Civil, Laura Velázquez, había hecho una Declaratoria de Desastre Natural por la ocurrencia de lluvia severa, vientos fuertes, inundación fluvial y pluvial el 24 y 25 de octubre de 2023 en 47 municipios de Guerrero. Pero el viernes, en una edición vespertina del DOF, hizo una "nota aclaratoria" para declarar en emergencia sólo a 2 municipios: Acapulco y Coyuca de Benítez. Los municipios eliminados no serían favorecidos con fondos emergentes o dispensas en contratación de obras para acelerar las tareas de reconstrucción. La Segob no ha dado ninguna explicación de la súbita eliminación de 45 municipios y cuáles serían las consecuencias”, denuncia una nota de Reforma el 5 de noviembre.

Ah, pero los dos municipios que no fueron borrados tampoco se salvaron. Porque apenas 16 días después de que el huracán azotara la costa de Guerrero, la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) dio por terminada la emergencia en Acapulco y Coyuca de Benítez. Y no solo eso. “Resulta que, a pesar de la muy documentada devastación sufrida en el Puerto de Acapulco y decenas de municipios guerrerenses más, y del empobrecimiento adicional que sufrirán millones de habitantes de Guerrero, como resultado de la desaparición de sus ciudades, pueblos y empleos, Morena se negó a etiquetar los cientos de miles de millones de pesos necesarios para poner en pie a Guerrero (en el Presupuesto de Egresos de la Federación). Si no le etiquetaron recursos adicionales a Guerrero se condenará a millones a migrar o a vivir en condiciones aún más miserables que las que habían convertido a Acapulco en la ciudad con más pobreza extrema de México”, denunció el vocero nacional de Antorcha en su artículo semanal.

Hubo muertos y desaparecidos por el paso del huracán ‘Otis’ en Guerrero, gracias a la inacción del presidente de México. Habrá más muertos por la pobreza, el hambre, el desempleo y la falta de medicina en una zona del país que, antes del huracán, concentraba ya a la mayor cantidad de pobres extremos.

Morena te dejará morir por un virus, un homicidio, un desastre natural o por el hambre y no creas que le importa. Por eso, urge que el pueblo organizado y politizado los saque del poder y cambiemos, todos unidos, a este país.

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