El estado potosino se divide en cuatro regiones: Zona Centro, Zona Media, Zona Huasteca y Zona Altiplano, siendo esta última una de vital importancia para San Luis Potosí, ya que aquí se concentran las principales actividades que ponen al estado como un importante exportador de nuestros productos al mercado mundial, existe también gran variedad de actividades (como el turismo, que gran derrama deja al estado, agricultura y además de que se encuentran varias plantas industriales importantes que generan empleo a miles de familias potosinas), que hacen que esta zona en especial se destaque como una de las principales de las cuatro que tiene el territorio potosino.
Pero desde hace ya tiempo atrás, a pesar de ser una zona importante hay algo que contrasta con los ya mencionados puntos anteriores, y es que según datos del Coneval del 2018, en el altiplano potosino la cantidad de pobres asciende al 43.4 por ciento (1229.0 miles de personas), mientras que el 27.7 por ciento (784.8 miles) son población vulnerable por carencias sociales, el 7.4 por ciento (208.9 miles) son vulnerables por ingresos, y a la vez indica que el 50.8 por ciento (1437.9 miles) reciben un ingreso inferior a la línea de pobreza; en resumen esto no sólo es una cifra, es la realidad que viven los campesinos que sufren los combates de la pobreza tan castigadora, demuestra la verdadera cara del altiplano potosino, y que las políticas empleadas para palear estos males, ni siquiera ayudan, y en primer lugar no existen tales ayudas.
De acuerdo con medios locales, son aproximadamente el cinco por ciento de los trabajadores que forman parte del grupo vulnerable de riesgo por covid-19, los cuales no pueden incorporarse a laborar por indicaciones de la Secretaría de Salud, quienes deberían recibir una incapacidad médica a cargo del IMSS, esto solo hablando de los que tienen trabajo formal, mientras que los que viven del informal tienen que resignarse a tomar medidas que no les garantizan ni su bienestar, ni el sustento económico, ya que en muchas ocasiones son retirados sin apoyo alguno por parte de los gobernantes, tal es el caso de constantes manifestaciones en los diferentes municipios del estado en el que se han levantado ciudadanos a exigir un plan de distribución de alimentos para poder solventar por lo menos la alimentación en el hogar, sin empleos y sin ahorros, no solo es crisis económica, enfermedad, sino es el hambre lo que mata a la ciudadanía.
Esta situación que enfrentaron los pobres del altiplano al pasar más de 120 días sin ningún tipo de apoyo alimenticio por parte de los tres niveles de gobierno, las fallidas medidas por parte del gobierno federal que el día de hoy le han costado al país más de 51 mil víctimas por Covid-19 y la falta de servicios en sus comunidades, donde carecen de agua potable, alumbrado, caminos, por mencionar algunos, pone en muestra el olvido en el que están los municipios y la falta de atención por los ediles.
Por lo que es necesario, que hoy la gente del altiplano encuentre la solución a sus problemas, pero que quede claro, que tiene que ser juntos, en una organización con principios y con ideales sólidos, que lleven a los pobres del campo potosino y la ciudad a cambiar las condiciones de pobreza en la que viven, desde hace más de una década el Movimiento Antorchista lo viene haciendo en cada uno de los municipios de todo el estado, y hoy, es necesario que los habitantes de esta región encontremos en él, la solución que tanto hemos esperado de los partidos a los que siempre les hemos dado la confianza, y nos han fallado como siempre.
¡Es tiempo que el pueblo tome en sus manos el destino de su vida, con gente preparada y honrada como la que le hace falta al país!
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