Las portadas de los principales medios de comunicación locales y estatales, destacan dos temas de suma relevancia en nuestro estado: la inseguridad y la cuarta ola por la COVID-19, ambos dejando a su paso grandes repercusiones para los veracruzanos. Estos temas también hay sido abordados por medios nacionales. Por ejemplo, las noticias más recientes: “Abandonan nueve cuerpos en Sur de Veracruz” por el Universal; “En 11 días de 2022, dos mil 123 contagios de covid-19 en Veracruz” por Diario de Xalapa.
Y es que, en el estado de Veracruz, ya son 15 mil 150 los fallecidos por Covid-19 desde que inició la pandemia. En los primeros 11 días que van de enero, 2 mil 123 personas se han contagiado y de estas, 562 fueron documentadas en las últimas 24 horas. La política cuatroteísta para la pandemia es bien conocida por ineficaz y genocida. “Sálvense quien pueda”, parece ser la consigna oficial.
Entre los estragos que ha ocasionado el Covid-19 en Veracruz, también ha provocado el cierre de más de 90 mil negocios; el 32 por ciento de los que había en la entidad a finales del 2019. Esto de acuerdo con el Estudio sobre Demografía de los Negocios 2021 por el INEGI.
A estas cifras debemos agregarles las ocasionadas por la inseguridad, las cuales desde antes de la pandemia se han multiplicado con la llegada al poder de Cuitláhuac García Jiménez. Se calcula que las empresas y microempresas que han cerrado en Veracruz, debido a la inseguridad, rondan el 30 por ciento; y el porcentaje de empresas que siguen aguantando ambos embates es del 38 por ciento. Según el INEGI, más de 72 mil empresas han abierto, pero al menos mil cerraron al mes de haber abierto por el famoso cobro de piso, extorsión cometida por la delincuencia organizada, con la consiguiente inacción de las autoridades.
A nivel nacional, más de millón y medio de negocios han cerrado desde que comenzó el Covid-19 y un número casi igual lo ha hecho por la inseguridad. Si la crisis del coronavirus dejó a México con 2.2 millones de desempleados, la crisis de la violencia ha dejado otra cantidad más o menos igual: 2.5 millones del 2019 al 2021.
Sin duda el panorama es crítico y preocupante para todos los veracruzanos, quienes nos encontramos entre los 10 estado más inseguro del país, según datos del INEGI.
Es decir, la violencia, ocasionada por los recientes enfrentamientos entre grupos criminales, es un eslabón más en la cadena de políticas ineficientes que implementa el gobierno morenista en Veracruz, que pudiera catalogarse de estado fallido, en otras palabras, es la realidad contraponiéndose a la demagogia de Cuitláhuac García y la del presidente López Obrador que le aplaude y respalda públicamente, y es que es evidente a todas luces que Cuitláhuac García es un demagogo de poca monta que llegó al poder por el efecto AMLO, pero que en realidad no sabe qué hacer con el poder, por más que venga a santificarlo una y otra vez el presidente.
También, es el resultado de una persona que tiene más poder del que merece, por ello es que los veracruzanos vivamos en un clima de inseguridad bastante alarmante. Es necesario que la sociedad civil de Veracruz en su conjunto tome plena conciencia de que el remedio más eficaz contra la ineptitud es ser pensadores críticos, que leamos la realidad tal cual es, lejos de los medios sensacionalistas que replican una ideología que está llevando a un callejón sin salida a todos los veracruzanos.
La interrogante es: ¿cuál es la política de seguridad de Cuitláhuac? Y la respuesta es un tanto obvia basada en sus actuares: quedarse inerme ante los verdaderos problemas y montar shows mediáticos para simular que trabaja.
Cuitláhuac García Jiménez ha mostrado ser un gobernante represor al ejercer la violencia institucional en contra de organizaciones populares, periodistas y voces críticas, su actuar se enmarca en la política seguida por el gobierno federal, la cual consiste en cometer violaciones a los derechos humanos y negar el derecho al pueblo a organizarse y gestionar su propio bienestar, con el objetivo de mantenerse en el poder sin sobresaltos y utilizándolo para beneficio de unos cuantos.
Estas situaciones les deben importar a toda la opinión pública, porque ponen de manifiesto y demuestran, una vez más, el clima de represión y de violación abierta y sistemática de las garantías constitucionales y el uso torcido de la ley como arma para perseguir y acallar a los críticos y disidentes del gobierno actual. Es claro, pues, que, en Veracruz, existe un clima de persecución y represión que impera contra los opositores o disidentes del gobierno del estado.
Entonces, tenemos que Veracruz se debate entre dos problemas principales: la pandemia por la Covid-19 y la inseguridad; es aquí donde todo mexicano consciente debería cuestionarse sobre la solución del problema y ver que la verdadera solución está en nuestras manos, adquirir conciencia de la desgracia causada por este gobierno y que no podemos permitir que se siga destruyendo nuestro Veracruz. Es necesario y urgente un rumbo fijo para el país, con una transformación de desarrollo y bienestar para el pueblo mexicano y eso se logrará cuando exista un gobierno serio y responsable que se decida a emprender el verdadero proyecto que salvará a todos. A esto sólo se llegará si el pueblo veracruzano se organiza y educa, a todos ellos, les decimos: aquí está Antorcha.
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