Finalmente ha iniciado el proceso electoral federal para renovar a los 500 diputados que integran la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. A partir del pasado domingo 4 de abril, los candidatos de los diferentes partidos políticos nacionales y alianzas han iniciado sus campañas políticas en cada uno de los 300 distritos electorales del país, con la intención de ocupar uno de los escaños en disputa.
En el Distrito 16 de Veracruz con cabecera en la ciudad de Córdoba, se han registrado 6 aspirantes a la diputación federal: Janeth García Cruz (alianza PAN-PRI-PRD), Martha Rosa Morales Romero (Morena-PVEM-PT), Armando Aiza Debernardi (Movimiento Ciudadano), Lucia Dolores Ventura (RSP), Sue Villegas (PES) y Maroli Vera Vázquez (Fuerza México). En honor a la verdad y sin menoscabo del resto de competidores, lo cierto es que la disputa se centrará en torno a las dos alianzas partidarias, tal como está ocurriendo en el resto del país.
Esto último obedece a la trascendencia histórica que reviste esta elección, pues actualmente la Cámara de Diputados, encargada de aprobar las leyes que nos rigen y determinar la programación del gasto público, está dominada por Morena y sus aliados, con más de 300 diputados, por lo que han tenido el camino libre para aprobar muchas reformas legales que han favorecido el incremento del poder del presidente López Obrador y conducen al país al autoritarismo y que han resultado lesivas para el pueblo mexicano, particularmente para quienes no comparten la visión de país que la 4T ha puesto en práctica.
El peligro que encierra la concentración del poder en un solo grupo político, cuyas nefastas consecuencias los mexicanos conocemos bien por las diversas formas de dictadura que han existido en nuestro país a lo largo de la historia, es lo que propició que 3 partidos históricamente antagónicos e ideológicamente dispares se aliaran, con la finalidad expresa de crear un contrapeso al excesivo poder del presidente López Obrador y de Morena y frenar, de esta manera, los intentos de instaurar una nueva dictadura en México.
Además, esa mayoría de Morena en el Congreso, es la responsable de la reducción del presupuesto para obras y servicios básicos, cuya consecuencia directa es que miles de comunidades marginadas no puedan acceder a los servicios de agua potable, drenaje, electricidad, pavimentación de calles, escuelas, centros de salud, etc.; es responsable de la eliminación de programas destinados a la población vulnerable como Prospera, Seguro Popular, estancias infantiles y los comedores comunitarios, entre otros. Es igualmente responsable de verdaderos engendros legales como la Ley Nacional de Extinción de Dominio, que permite a la autoridad confiscar bienes de particulares que sospeche de procedencia ilícita; la Ley de Seguridad Nacional, que equipara caprichosamente los delitos fiscales a la delincuencia organizada, con prisión preventiva forzosa para ambos; la Ley de Austeridad Republicana, que agrede derechos ya conquistados por los trabajadores del Estado en materia salarial y que, además, invade las atribuciones de otros organismos. Entre otros atropellos más, que por falta de espacio no enumero.
Para mantener en pie su proyecto autoritario y retener su mayoría en la Cámara de Diputados, Morena ha desplegado una intensa campaña de entrega de apoyos económicos y en especie a través de los Servidores de la Nación, lo que además de ser un delito electoral es un burdo intento de manipulación política, dado que se intenta comprar la conciencia de la gente con el dinero que sale de sus propios impuestos y no del bolsillo de los funcionarios de la 4T.
La apuesta es que la gente se deje influenciar por el color del partido, porque sus candidatos son malos y/o desconocidos, y porque al interior de Morena, existe una disputa a muerte por quedarse con los puestos de elección popular, lo que ha desenmascarado a los morenistas ante el país entero como unos verdaderos carroñeros, interesados únicamente en el poder y el dinero que dan los puestos públicos.
Todos fuimos testigos de cómo el domingo pasado, durante el arranque de campaña de Martha Rosa Morales, diversos grupos de Morena, inconformes con la imposición de esta candidata completamente desconocida en el distrito, salieron a protestar y a expresarle públicamente su repudio.
En el caso de la campaña de la abanderada de la alianza Va por México, las cosas han sido diametralmente opuestas: Janeth García ha sabido granjearse el respaldo y apoyo de los diferentes grupos y sectores que integran al PRI, PAN y PRD. Empresarios progresistas, profesionistas destacados, políticos de carrera, obreros, comerciantes, campesinos, amas de casa, transportistas y muchos más, han entendido que el propósito de la alianza es frenar el avance del autoritarismo en México y que, más allá de sus diferencias ideológicas y programáticas, los une un objetivo en común: evitar que el país se vaya al precipicio, por lo que están dispuestos a trabajar unidos.
García Cruz ha sido recibida con entusiasmo en las comunidades y colonias de los 9 municipios que componen el Distrito 16: Córdoba, Fortín, Amatlán, Atoyac, Yanga, Ixhuatlán del Café, Chocamán, Tomatlán y Tepatlaxco, mismos que ha estado recorriendo intensamente durante esta primera semana de campaña. Todos coinciden en que se trata de la candidata mejor preparada, con mayor conocimiento de los problemas que padecen los ciudadanos, con una trayectoria intachable y con resultados palpables y medibles durante los más de 15 años como luchadora social.
Aún es muy temprano, pero no hay duda de que, a este paso, los resultados favorecerán a Janeth García Cruz en las urnas. Desde este espacio, reiteramos una vez más que la alianza es la respuesta a una demanda de los sectores marginados y maltratados por la 4T, no un capricho personal de nadie, y en el caso del Distrito16 de Veracruz es un gran torrente al que cada día se van uniendo con ánimo las decenas de arroyos que se encontraban dispersos, pero cuyo objetivo común es salvar a México.
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