Si bien el reparto de utilidades es un derecho que reconoce la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos a los trabajadores, en su Título Sexto denominado Del Trabajo y de la Previsión Social en el artículo 123, fracción IX, y que regula la Ley Federal del Trabajo en el Capítulo VIII, titulado Participación de los Trabajadores en las Utilidades de las Empresas, del artículo 117 al 131, lo cierto es que en la práctica no se respeta este mandato constitucional.
Este derecho sirve al trabajador para atenuar una de las tantas necesidades que tiene, pues con este recurso que pudiera recibir pagaría parte de las deudas que contrajo, ahora en la pandemia, por la compra de medicamentos, de oxígeno, de consultas al médico o por el gasto que tuvo que hacer mientras se quedó sin empleo a causa del recorte de personal por la emergencia sanitaria que hasta en la actualidad vivimos.
A lo largo del desarrollo del régimen capitalista en nuestro país, los patrones han hecho las maniobras necesarias para no ejecutar dicho mandato; muchas razones las hay, por ejemplo, los trabajadores aún desconocen sus derechos laborales, las empresas llevan una doble contabilidad, subcontratan empresas outsourcing, si llegan a tener sindicatos los dirigentes son unos charros que les sirven de protección, es decir, que los trabajadores no tienen una genuina representación sindical, o bien porque simplemente los patrones dicen no haber obtenido ganancias para incumplir con esta obligación laboral.
Según la revista Forbes México el 12 de abril de 2022 publicó la lista de los millonarios mexicanos, titulando su información así “Forbes Millonarios 2022: La buena fortuna le vuelve a sonreír a los Millonarios (por ahora)”, de esa larga lista mencionaremos a unas cuantas familias mexicanas que concentran en sus manos la riqueza que millones de trabajadores generan diariamente.
En primer lugar está el magnate Calos Slim Helú, amigo favorito del presidente Andrés Manuel López Obrador, el señor aumentó su fortuna en un 45.3 por ciento; German Larrea Mota Velazco, en el periodo de un año, aumentó su riqueza en 13.8 por ciento, como pequeño dato el presidente tuvo que intervenir para que Grupo México solucionara un conflicto que tenía con el sindicato de Gómez Urrutia allá en las minas de Cananea, en Sonora.
El asesor financiero de AMLO, aquel hombre que no perdona ni un solo peso a sus acreedores por adquirir productos de primera necesidad de sus tiendas a pagos cómodos para la gente pobre, es decir, para los trabajadores, así es, hablo del señor Ricardo Salinas Pliego, quien aumentó en un 0.6 por ciento su riqueza, ¿será? si fue uno de los favorecidos del presidente con sus contratos petroleros a través de la empresa Typhoon offshore S.A.P.I de C.V.; la familia de Hierro, Bailleres, pues ellos tuvieron un incremento en su fortuna de 36.5 por ciento; la familia González Moreno, con su grupo Gruma, empresa dedicada a la rama de alimentos (tortillas) con un pequeño aumento de su fortuna del 100.7 por ciento; según el representante de esta empresa, el presidente aseguró que no subiría el precio de las tortillas durante la pandemia, ¿en cuánto está ahorita el precio de las tortillas?
El osito bimbo no se quedó atrás, su fortuna aumentó en un 51.8 por ciento, así es la familia que tiene cuando menos una tercera parte de las acciones de dicho grupo aumentó su riqueza; también está Chedraui con un incremento del 50.9 por ciento; antes de que se nos pase, las farmacéuticas también tuvieron incrementos y para esto Forbes menciona que la familia Arroyo Chávez, que tiene las farmacias Guadalajara, incrementó su fortuna en un 30.8 por ciento, solo por mencionar algunos.
Lo curioso es que la mayoría de estos personajes son los neoliberales de siempre, esos que AMLO acusaba todos los días de ser parte de la mafia del poder, hoy siguen siendo los favoritos del petulante de Palacio Nacional, a los que la pandemia les ha favorecido pues el incremento de sus fortunas está cotizado en dólares, mientras que a los millones de trabajadores que de alguna manera laboran para ellos no les alcanza ni para lo más indispensable.
Por un lado, estos beneficiados son personajes cuyas empresas están incorporadas a las diferentes ramas de la economía, por ejemplo, la suma de los porcentajes de ganancia de estos magnates en la industria alimenticia arroja un incremento del 223 por ciento, y es claro la población necesita comer; le siguen los minoristas, es decir, las tiendas como Chedraui y sus variantes con un incremento de 189 por ciento; a continuación la industria de la infraestructura con un incremento del 183.3 por ciento ¿infraestructura para el pueblo? No, no es para el pueblo, ese recurso invertido de nuestros impuestos es para la Refinería Dos Boca, para el Tren Maya y fue ocupado para el recién inaugurado Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (en varias notas han publicado que es un total fracaso) y por mencionar rápidamente la industria de las benditas bebidas que también tuvo un incremento del 170 por ciento, según Forbes.
Así los resultados de las fortunas de los empresarios más ricos de México. ¿Esto significa que los trabajadores mexicanos, atendiendo al mandato constitucional, recibirán muy buenas utilidades? Como arriba mencioné, muchos trabajadores mexicanos no conocen sus derechos, muchos de sus sindicatos son patronales, la doble contabilidad de las empresas, peor aún el outsourcing que en ellas existen no permiten que los trabajadores gocen de este elemental derecho.
El problema es complejo, sin embargo, como base para emprender una lucha en defensa de sus intereses, los obreros deberían comenzar por conocer y estudiar sus derechos laborales y construir una autentica representación sindical. Urge poner manos a la obra.
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