MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Un llamado a los compañeros antorchistas

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En Durango y Veracruz, el próximo 1 de junio de 2025 se llevará a cabo la jornada electoral para elegir presidencias, sindicaturas y regidurías: un total de mil 458 cargos. En el caso de Durango, los 39 municipios renovarán su cabildo municipal.

Nos debe quedar claro que la tarea de nosotros no sólo es ganar las demandas, sino acabar con la pobreza, y para ello necesitamos una gran fuerza que mueva la palanca social en el sentido que el pueblo necesita.

Se empieza a ver la pugna entre los partidos políticos, así como de algunos personajes que aspiran a cargos, sobre todo a la presidencia municipal, a través de redes sociales, declaraciones en los medios, espectaculares, pintas en bardas y volantes.

Vemos figuras de siempre, algunos que militaban en otros partidos ahora encabezan nuevas candidaturas. Un caso particular en Durango capital es José Ramón Enríquez, quien en un principio estuvo en el PRI, luego en Movimiento Ciudadano (MC) y ahora es candidato de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

Como ya es común, comienzan las promesas y los discursos que buscan impactar en la sociedad con frases como: “voy a trabajar por ustedes”, “ustedes me conocen”, “vengo desde abajo como ustedes”, etcétera.

En el caso del municipio de Mezquital, de donde soy originario y donde hago trabajo organizativo con la gente más desamparada y olvidada desde hace más de quince años, parece que sólo habrá dos candidatos de alianzas: uno encabezado por PRI-PAN y otro por Verde-PT-Morena.

Es cierto que este municipio es uno de los bastiones fuertes del PRI, pues de allí es originario uno de los exgobernadores de Durango, quien no ha permitido que otro partido gobierne.

Los antorchistas lo sabemos bien, pues en 2016 contendimos por la presidencia municipal con el PT y perdimos con una diferencia de 200 votos.

A nivel federal, hemos sido testigos de cómo gobiernan cuando están en el poder todos los partidos: PRI, PAN y Morena, los cuales han dirigido al país. El primero por más de 70 años, el segundo por 12 años y el tercero por 6 años y lo que lleva la actual administración.

A partir de 2018, con el triunfo de López Obrador, la mayoría de la población tuvo una expectativa positiva en el sentido de que, ahora sí, los problemas del pueblo se iban a resolver.

Problemas tan elementales como el agua potable, el servicio médico, la electrificación, la vivienda y la seguridad pública, por mencionar algunos.

Sin embargo, al término de su mandato nos dimos cuenta de que no cumplió ni con lo más mínimo y se dedicó a crear programas sociales (Sembrando Vida, pensión para la tercera edad, Becas Benito Juárez, etcétera), que solo han provocado el crecimiento de la deuda pública, de 10 billones de pesos en 2018 a 17.3 billones en 2025, es decir, un aumento de 7.3 billones, según la revista Buzos de la Noticia.

Ante esto, ¿cuál debe ser el papel de los antorchistas? No nos queda otra salida que seguir unidos, como dijo el gran Lenin en su tiempo: la organización es la única arma de la que dispone el pueblo para la defensa de sus intereses.

Es cierto que Morena ha recortado apoyos sociales que ayudaban un poco a aliviar la situación tan precaria de las familias. Programas como los que pudimos gestionar los antorchistas —láminas galvanizadas, apoyo a la vivienda, jornales, obras como domos y canchas de usos múltiples— fueron eliminados. 

Nos debe quedar muy claro que el expresidente López Obrador lo hizo con un objetivo: acabar con todas las organizaciones sociales (entre ellas, Antorcha Campesina), porque si el pueblo está organizado, no se deja manipular tan fácilmente y está más informado de su entorno social.

Sin embargo, los antorchistas aquí seguimos en pie de lucha. Como dice el dicho popular, vivitos y coleando, es decir, más puestos y dispuestos. 

Nos debe quedar claro que nuestra tarea no sólo es ganar demandas, sino, como hemos venido diciendo, acabar con la pobreza. ¿Cómo lo vamos a lograr?

Necesitamos una gran fuerza para mover la palanca social en el sentido que el pueblo necesita. ¿Cuál es esa fuerza? El pueblo pobre, para así poder tomar el poder político.

La población total de México es de alrededor de 140 millones de habitantes, de los cuales casi 100 millones carecen de lo más básico. Es decir, somos la inmensa mayoría, pero, desgraciadamente, estamos desorganizados y cada quien se deja llevar por el primer candidato que se le presenta sólo porque habla bonito o le regala una playera u otro tipo de utilitario de campaña.

El llamado, pues, es a seguir unidos y, en su momento, hacer compromisos concretos con el candidato que nos invite a participar en su “proyecto”, pero siempre en grupo, en bloque, tomando en cuenta que, como lo señalé anteriormente, sólo el pueblo organizado y consciente puede avanzar a pasos agigantados, además de exigir que cumpla cuando ya esté en el poder.


 

 

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