López Obrador lanzó su lema de "primero los pobres" con el compromiso de reducir la desigualdad, a más de medio sexenio podemos medir con exactitud sus verdaderos alcances en educación, salud y trabajo.
Las medidas anticorrupción no han dado resultados, pero su política de austeridad ha sido radical, provocando un daño severo a la salud y educación de millones de mexicanos. La promesa de crecimiento económico es un rotundo fracaso, pues en lo que va del sexenio se tiene un crecimiento negativo del 3.2% y aumenta la población que no tiene acceso a la canasta básica. Los resultados en materia de combate a la inseguridad son desastrosos por más que se empeñen en maquillar cifras.
Durante el primer trimestre del año, aumentó la población cuyo ingreso laboral no alcanza para adquirir la canasta básica. 26 entidades federativas reportaron un incremento de la población en pobreza laboral, frente al mismo periodo del 2020, previo a la pandemia por Covid-19, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
En el país la pobreza laboral aumentó 2.2 puntos porcentuales pasando de 36.6% a 38.8%, son mexicanos que no pueden alimentarse adecuadamente, sin embargo, tenemos casos extremos. La Ciudad de México aumentó 6.8 puntos, subiendo de 29.1% a 35.9%; Puebla 6.3 puntos, (de 42.9 a 49.2%); Guerrero 4.6 puntos (de 56.3 a 61%); Morelos 4.3 puntos (de 46.5% a 50.8%); Michoacán de 3.5 puntos (de 32.0 a 35.5%), por cierto, todos gobernados por morena y aliados.
Las medidas contra la inflación no dan resultado.
El Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) presentaba hasta el 18 de julio pasado, un retraso del 60.5% en la entrega de medicamentos a las 32 entidades del país, de acuerdo con información difundida por el propio Insabi.
En su informe denominado "Estatus General de Abastos 2022", la dependencia reconoce que se habían solicitado 351 millones 19 mil 116 piezas de medicamentos, pero sólo había entregado 138 millones 517 mil 669 piezas; es decir, faltaba por entregar a los estados 212 millones 501 mil 447 medicamentos, lo que representa 60% de las medicinas solicitadas. A los estados que han entregado menos medicamentos son Chiapas, Yucatán, Estado de México y Michoacán.
Desde el 2018, la tendencia en las compras de medicamentos muestra una caída sostenida. Ni el Insabi ni el IMSS dan cuentas claras por esta criminal actitud, pues los más perjudicados son precisamente los más pobres.
La austeridad también le ha pegado duro a la educación pública. La eliminación del programa Escuelas de Tiempo Completo, no sólo perjudicó a millones de niños, sino también a madres de familia que dejaron de trabajar, pues el horario extendido de la escuela significaba que todos los adultos del hogar podían trabajar y mejorar un poco la economía familiar.
Más de 27 mil escuelas primarias se habían inscrito desde 2007, se apoyaba con almuerzos calientes y horas académicas adicionales a 3.6 millones de estudiantes.
Poco más de 5 millones de estudiantes abandonaron la escuela durante la pandemia, aproximadamente el 14% de la población escolar.
Un gobierno con un verdadero compromiso con las clases populares no puede desentenderse de velar por los trabajadores, debe destinar los suficientes recursos a educación, salud y vivienda, así como generar los empleos necesarios y bien remunerados, y aplicar una reforma fiscal orientada en los ingresos, pero estas tareas son para gobernantes de otra madera, con fuertes raíces populares, no como los actuales.
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