Los reiterados llamados de los tres niveles de gobierno (federal, estatal y municipal) de quedarse en casa, representan para los guerrerenses un flagelo a su economía, sobre todo para las miles de personas que de la noche a la mañana engrosan las filas del desempleo y del comercio ambulante, como el caso de los vendedores y prestadores de servicios turísticos de playas de Acapulco, que pese al alto riesgo de contagio en la próxima temporada vacacional de invierno, confían en tener un alivio económico que les permita al menos solventar una de sus tantas deudas.