MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La triste historia de AMLO, de redentor a genocida

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Para toda la gente pensante, incluidos los que reciben algún tipo de "apoyo" del gobierno federal, la actual administración, con sus pésimas decisiones en todos los terrenos, ha provocado un agravamiento de las de por sí difíciles condiciones de vida del pueblo trabajador.

Mientras los sexenios anteriores la economía del país crecía a un promedio de dos por ciento anual, en 2019 dejó de crecer y registró un leve decrecimiento, todavía sin la pandemia, y para el 2020 organismos financieros nacionales e internacionales pronostican un retroceso de diez por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) con respecto al año anterior, con cientos de miles de pequeñas y medianas empresas en quiebra y sin esperanza de recuperación. En palabras llanas, se traduce como la pérdida de millones de empleos, reducción de los salarios reales de los trabajadores mexicanos, aumento de la pobreza y empeoramiento del nivel de vida de las clases populares: obreros, campesinos, pequeños comerciantes y clases medias. No sucede lo mismo con los multimillonarios mexicanos ni con los monopolios extranjeros que invierten en México, ambos han visto crecer aún más sus inmensas fortunas a costa de la explotación y el sufrimiento del pueblo mexicano, realidad innegable que demuestra palmariamente a quiénes benefician las medidas económicas de la autoproclamada cuarta transformación.

La pandemia de la covid-19 le ha quitado la máscara de redentor al presidente Obrador, poniendo al descubierto su rostro genocida al no tomar las medidas sanitarias recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y negarse a utilizar el dinero del pueblo para el control de la mortal enfermedad que ya se acerca al millón de contagiados, con más de 95 mil defunciones reconocidas por la Secretaría de Salud que, dicho sea de paso, no ha hecho otra cosa mas que contar los muertos, escondiendo miles de ellos para tratar de minimizar su responsabilidad ante el genocidio.

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La masacre a la que tienen sometido a nuestro pueblo no se limita a la covid-19, el descuido deliberado del sector salud, la desaparición del Seguro Popular y la expulsión por miles del personal que ahí laboraba, la reducción de su presupuesto y el retiro de apoyos a miles de pacientes con diversas enfermedades como el cáncer, la diabetes, el SIDA, etc., también ha provocado el fallecimiento de muchos de ellos, a los que nadie los cuenta pero que habría que sumarlos a la lista del exterminio provocado por el actual gobierno federal.

A los muertos de López Obrador y su Cuarta tenemos que añadirle los provocados por su política de contemporizar con los cárteles del crimen organizado, superando con mucho a los asesinados en el sexenio de la "guerra contra el narco" además de la peor inseguridad en la que se vive actualmente: robos y asaltos de todo tipo, feminicidios, secuestros de gente común, extorsiones y chantajes al por mayor, en suma, un verdadero caos y sufrimientos indecibles para el pueblo.

Lo peor de todo es la tremenda tozudez del Presidente de la República que no muestra visos de querer corregir el rumbo, agravando cada vez más y más el aniquilamiento de personas y las condiciones en las que vivimos. ¿Quién en su sano juicio puede vivir tranquilo al mismo tiempo que ocasiona, con sus actos y sus omisiones, tan terrible matanza?

Con el objetivo de restarle poder al presidente, cada día aumentan las personas, organizaciones y partidos que opinan sobre la necesidad de integrar un frente común en las elecciones de junio próximo para quitarle la mayoría absoluta que actualmente detenta en la Cámara de Diputados, con la que ha venido cambiando las leyes a su conveniencia, violentando la Constitución. Y en 2022 será la votación de revocación de mandato, abriendo la posibilidad de la destitución del presidente Obrador y la elección anticipada de un nuevo Presidente.

Ante este escenario, es importantísimo promover la participación consciente del pueblo para que no vuelva a caer en engaños como el actual y elija verdaderos representantes populares, que no venda su voto como lo hicieron muchos en las recientes elecciones del estado de Hidalgo. La única manera de poner un alto a la masacre promovida por el gobierno de López Obrador es la participación del pueblo consciente y organizado, él mismo lo sabe y por eso ha puesto todo su empeño en atacar y destruir a todas las organizaciones sociales, en primer lugar a la que considera su peor enemigo: el Movimiento Antorchista Nacional, el que, muy a su pesar, cada día crece y prende en el pueblo, en la misma medida en la que se desprestigia el presidente Obrador y su falsa transformación.




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