MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Transtornos psicológicos: consecuencia de la pandemia

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La pandemia ocasionada por la covid-19 no solo hizo una parálisis en las actividades de la sociedad, en la economía, educación, etc. Sino que, además, ha ocasionado que la salud mental de la gente empeore cada vez más de forma silenciosa, que afecta desde infantes hasta adultos mayores. 

El encierro en los hogares durante semanas, la nula socialización e interacción, las grandes pérdidas de seres queridos y los grandes cambios que hubo en la sociedad para adaptarnos a la nueva realidad, fueron los que impulsaron el aparecimiento de episodios intensos de estrés, ansiedad y depresión, que si no se tratan a tiempo puede generar después una psicopatología más seria. 

Las personas afectadas por la covid-19 padecen dificultades para controlar los pensamientos de preocupación sobre en diferentes aspectos como su salud, familia, dinero y su trabajo; por si fuera poco, todas estas preocupaciones no solo afectan a la salud mental del individuo, sino que también a la salud física ya que se acompañan de malestares tales como inquietud, irritabilidad, tensión en el cuerpo y dificultad para concentrarse o dormir. En México el periódico Excélsior publicó que, en mayo de 2020, la Asociación Nacional de Farmacias de México ya había registrado un aumento en la compra de ansiolíticos del 15%. Para febrero de 2021 el porcentaje subió al 30%; esto puede tener dos explicaciones: deberse tanto a ineficiencias del sistema de salud o como al aumento de automedicación por parte de la población. Asimismo, el consumo de benzodiazepinas también ha aumentado. El consumo prolongado de estos medicamentos puede causar dependencia psíquica, física, tolerancia y síndrome de abstinencia si no es observada por un profesionista. 

Las principales preocupaciones en la sociedad según El Instituto R. Coullaut de Psiquiatría son: el temor a contraer el virus u otras enfermedades, la inseguridad laboral, las dudas de poder cubrir económicamente las necesidades básicas, la aparición de sentimientos de frustración y aburrimiento dado las condiciones cotidianas impuestas por la pandemia, la falta de información clara y coherente acerca del virus, sus características y la falta de información certera acerca de las conductas adecuadas para enfrentar el virus de forma segura.

Todo esto crea un desbalance biopsicosocial en la salud mental de la gente, ya que son escenarios a los que nunca hemos estado expuestos.

En conclusión, las consecuencias y secuelas que dejará la covid-19 en la salud mental, son inmensas, ya que, este virus, ataca directamente lo más valioso para las personas y la sociedad en su conjunto; la salud, la familia, la economía y el tiempo.

En México según datos del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria, A. C. (CIEP) se invierte el 2.5% del PIB en materia de salud, cuando la OMS recomienda que sea una inversión del 6% del PIB como mínimo. “El nivel del gasto público en salud [en México] está por debajo de las recomendaciones internacionales y de las estimaciones con bases epidemiológicas y demográficas”, señala el CIEP. 

Todas estas consecuencias se podrían evitar si hubiese un buen control de la pandemia en primer lugar por Andrés Manuel López Obrador, presidente de la república, y por Hugo López-Gatell Ramírez responsable de la subsecretaría de Salud y si en lugar de invertir millones de pesos en obras que solo son un capricho para el presidente de la república, se invirtiera más en materia de salud y así poder garantizar el acceso efectivo a los medicamentos en todas las instituciones de salud, dar  tratamiento de las enfermedades mentales de forma profesional y así procurar que las secuelas psicológicas por la covi19 afecten a la menos población posible.

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