MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Tiempos de siembra, tiempos difíciles

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En el estado de Chihuahua, el 40 por ciento de la población económicamente activa son pequeños productores o jornaleros agrícolas, dedicados principalmente al cultivo de frijol, maíz, alfalfa, papa, aunque también hay algunos ocupados en la producción de nuez, manzana, algodón, chile, cebolla y otras hortalizas. 

Si bien los únicos que han levantado la voz en protesta son los grandes productores, debido a que se vislumbra un mal año para cosechar, estos grandes productores no son los únicos, ni los más afectados.

Al hacer una comparación de las condiciones de los grandes productores con los pequeños productores, encontramos que los primeros recurren al chantaje hacia los gobiernos locales, estatales y el federal, esa estrategia es tan efectiva que los gobernantes de los tres niveles terminan cediendo a sus peticiones, pero los grandes productores ya están armados con maquinarias sofisticadas, con maquinarias de riego, tienen acceso a los mejores fertilizantes, tienen ya su red de venta y distribución de sus productos. 

Sin embargo, los pequeños productores, aquellos que no poseen más de 3 hectáreas de tierras de cultivo, aquellos que no tienen tractor, que dependen de las siembras de temporal, aquellos que aún usan bueyes o mulas para jalar el arado y que no pueden contratar trabajadores; ellos no han encontrado la manera de hacer que su voz se oiga, y, sobre todo, se atienda para resolverse. 

Pareciera que los pequeños productores están vetados para no pedir programas, para no recibir apoyos reales y efectivos. Se ha despreciado tanto a los pequeños productores que no se les ve como parte de una solución real a los problemas de la alimentación. Es cierto que gran parte de lo que producen es para el autoconsumo, porque además no encuentran asesoría para la venta de sus productos, pero sí hay toda una jauría de coyotes hambrientos que se aprovecha del pequeño productor, a quien le compran su mercancía a un precio muy bajo.

Esto se agrava con la desaparición de programas federales de apoyo al campo que antes recibían, desde un herbicida, hasta una maquinaria que facilitara y potencializara la productividad. Estas desgracias de los pequeños productores se las deben al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, él y su gobierno de la 4T son quienes han desaparecido esos programas, son los que han orquestado todos los ataques contra las clases más vulnerables. 

Si los campesino, como cualquier otro sector de la sociedad quiere en verdad resolver los problemas de sus familias y de todo el país, deben saber que la única alternativa es organizarse, unirse en un grupo sólido e irrompible que sea capaz de exigir una vida digna para el pueblo mexicano, de lo contrario el sufrimiento y la pobreza se irán incrementando al grado de llevar a la desesperación a las clases populares y campesinas.

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