Luego de la desaparición del Insabi (Instituto de Salud para el Bienestar) el 25 de abril de 2023, cuando la Cámara de Diputados aprobó su desaparición argumentando que el gobierno consideró que no funcionó como se esperaba y que el IMSS-Bienestar era una “mejor opción” para atender a la población sin seguridad social, a renglón seguido, en 2024, se ejerció un presupuesto de 1 millón .5 mil millones de pesos, sólo para decretar que este año que termina, el presupuesto disminuyera a 912 mil millones de pesos, lo que representó un recorte del 12.2% respecto al año anterior; sin embargo, para el próximo año 2026, se propone un monto presupuestal de 965.7 mil millones de pesos que, aunque equivale a un aumento del 5.9% respecto a 2025, aún está 4% por debajo del presupuesto de 2024.
En Tabasco, las consecuencias de esta política que trae consigo escasez de insumos y falta de medicamentos, se reflejaron en casos que se convirtieron en noticia nacional por escandalosos acontecimientos como el del pasado mes de abril –sólo por mencionar el más reciente-, donde un médico tuvo que improvisar un garrafón de agua como casco de oxígeno para salvar la vida de un recién nacido, ante la crisis de materiales; hecho que, lejos de atraer la solución a la carencia de insumos, provocó el despido del director del hospital de Macuspana Edgar Huerta.
Por si esto no fuera suficiente, ahora los hospitales de Pemex distribuidos en la entidad se suman a la debacle que viene sufriendo el sistema de salud en todo el país. Una nota publicada este 24 de diciembre en el Heraldo de Tabasco titulado: “Faltan más de 400 medicamentos en hospitales de Pemex en Tabasco” da cuenta del lamentable estado en que se encuentran los nosocomios; ya que “un total de 8 hospitales y clínicas de la paraestatal presentan un grave desabasto de medicamentos”.
La nota indica que el más afectado es el Hospital General de Ciudad Pemex, Macuspana (nuevamente), en donde este año se han registrado hasta 411 fórmulas químicas faltantes en sus anaqueles. En similar situación se encuentra el Hospital Regional de Villahermosa, Clínica de Villahermosa, Clínica de Cárdenas, Hospital General de Ciudad Pemex, Hospital General de Comalcalco, Consultorio de Jalpa de Méndez, Consultorio Macuspana y Hospital General de Paraíso. Es evidente que quien prometiera en otro tiempo proporcionar un sistema de salud de primer mundo, semejante al sistema danés, no le preocupa que sus paisanos o los vecinos de su propio municipio sufran las consecuencias de su fallida administración en este tan sensible renglón. Claro, mientras él descansa en su apacible residencia.
Para mayores datos, la petrolera mexicana señala que el centro médico más afectado con esta situación es el Hospital General de Ciudad Pemex, donde han faltado desde desparasitantes como metronidazol, albendazol; antibióticos como amoxicilina, bencilpenicilina benzatina y clindamicina; carencia de anticonceptivos como el Implanon y otros medicamentos más delicados como Albumina Humana, Clopixol Depot; y otros usados para el tratamiento de algunos tipos cáncer, como el metotrexato sódico.
Por su parte, el Hospital Regional de Pemex en Paraíso ha registrado un faltante de 303 fórmulas químicas las cuales van desde los desparasitantes como el Farmiver, hasta otros más especializados, como el Olumiant, utilizado para algunas enfermedades como la artritis reumatoide; Biperideno y Stalevo, que se usan para tratar la enfermedad de Parkinson, entre otros. Mientras que el Hospital General de Comalcalco ha reportado déficit de 288 medicamentos. Entre los faltantes en esta unidad médica se encuentran la Quetiapina, un medicamento antipsicótico utilizado en el tratamiento de trastornos graves de salud mental; Tibolona, utilizada para aliviar los síntomas severos de la menopausia; Sucralfato, que es utilizado para el tratamiento y la prevención de úlceras gástricas y duodenales; así como el Anastrozol, que sirve para tratar el cáncer de mama en mujeres posmenopáusica.
El Consultorio de Jalpa de Méndez por su lado, carece de 145 medicamentos; seguidos de las 74 fórmulas que no se encontraron en la Clínica de Cárdenas; 73 del Hospital Regional de Villahermosa; mientras que en la Clínica de Macuspana se agotaron 43 medicinas del cuadro básico; y en la Clínica de Villahermosa, solo se reportan seis fármacos sin existencia.
Como es lógico, la falta de medicamentos de uso vital para los derechohabientes de la petrolera obliga a los pacientes y familiares tener que adquirirlos por su cuenta, a pesar de lo elevado de los costos. Si todo esto sucede en la muy querida y amada tierra natal del último presidente de la nación ¿qué será del resto del país?
De acuerdo con datos de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, en México, la población sin acceso a servicios de salud se duplicó entre 2018 y 2024 al pasar del 16 al 34 por ciento, representando un retroceso en derechos sociales que afecta principalmente a los hogares más pobres ya que indican que en 6 años se incrementó en 21.8 millones el número de personas que no tenían acceso a algún servicio de salud.
Esta situación demuestra que las autoridades gubernamentales, por mas que en el discurso se pronuncien a favor de las clases trabajadoras, en los hechos no pasa de ser parte de frases de campaña, que una vez pasadas, se dedican a gobernar exactamente igual que sus antecesores o en casos como el que nos ocupa, los empeoran. Y esto seguirá así mientras los afectados lo permitan.
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