MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Tabasco en tiempos de la 4T

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Ante las recientes crisis económica, de salubridad, inseguridad y educación, que se viven por todo el país, crisis develadas y magnificadas por la pandemia de la covid-19, ya era muy evidente y justificable, que los mexicanos tuviéramos sobradas razones para estar inconformes con la moderna forma de gobernar de Morena; pero, creo que ahora los tabasqueños más pobres, tienen una razón más: las graves inundaciones que están padeciendo por casi todo su territorio. Los pobladores más humildes de este empobrecido estado ubicado en el sureste mexicano, desde hace poco más de dos meses, viven literalmente entre el agua. Las noticias difundidas no dejan lugar a dudas.

Pero como todas, por desgracia, las tragedias nunca viene solas. Con la inundación, el agua puso a descubierto también, la indolente actitud de abandono oficial de los gobiernos que, como siempre, prometen, como dice el dicho, "tapar el pozo después de ahogado el niño&rdquo, sólo que este pozo, que nunca han querido tapar los gobiernos para ahorrarse el presupuesto, durará inundado, según opiniones de los especialistas, poco más de tres meses por lo menos. Y he aquí la tragedia mayor.

Entre el primero y el 31 de octubre pasado, luego de los estragos causados por los huracanes "Eta” e "Iota&rdquo, los datos oficiales que circularon por el estado, emitidos por el Instituto Estatal de Protección Civil (IEPC) de Tabasco, decían que los afectados superaban los 623 mil pobladores de los 17 municipios que tiene el estado. Se dijo que tan sólo en la capital, Villahermosa, la más afectada, estaban 486 mil de ellos en 148 colonias populares. El 7 de octubre se emitió la declaratoria oficial de emergencia, pero, como ya los diputados morenistas trabajaban en la eliminación definitiva del presupuesto asignado al Fonden, el recurso que se liberó apenas alcanzó para algunas colchonetas, agua embotellada y algunas despensas para los albergues del gobierno. El Estado también aport&oacute, pero apenas algo así como 3.5 millones de pesos; es decir, una irrisoria e insolente bofetada para el tamaño de la tragedia que se vive.

Pero ésta no fue toda ni la única indolencia mostrada por los gobiernos, por cierto todos de filiación morenista. El presidente López Obrador, fiel a su estilo, anunció la entrega de vales por un monto de 10 mil pesos para todos los afectados, con fondos del Programa de Emergencia Social de la Secretaría del Bienestar, donde anunció 300 millones de pesos. Pero, al parecer, el recursos tal como lo anunció el presidente, nunca apareci&oacute, pues en los cuatro días que duró el censo de los "servidores de la nación” fue tal el descontento de los damnificados, que la prensa registró algo así como 70 bloqueos carreteros de protesta, mismos a los que el gobierno morenista respondió aplicando "la ley del garrote&rdquo, es decir, con represión y cárcel para los manifestantes que se atrevieron a bloquear las vialidades. ¡Faltaba más!.

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Pero estamos hablando del estado que vio nacer al presidente de la República, y por eso no dejó solos a sus paisanos. La prensa registró dos hechos que retratan de cuerpo entero al mandatario ante sus coterráneos: Primero. Sobrevoló la tragedia en helicóptero, y desde el cielo, como el mesías, sólo contempló la hecatombe, y desde ah&iacute, pues dicen que nunca bajó siquiera a tocar el agua, recomendó salomónicamente a sus paisanos que se fueran a refugiar a las zonas más altas del estado. Seguramente que esto nunca se les ocurrió. Segundo. El presidente, nuevamente desde el cielo, en un video que recorrió todo el país, dijo que fue su decisión inundar a las comunidades de los más pobres, para evitar en Villahermosa una inundación mayor: "desde luego se perjudicó a la gente de Nacajuca, zonas chontales, los más pobres&rdquo, así dijo. Es decir, entonces, fiel a su filosofía de cuarta, aquí también "primero los pobres”. ¿Ya queda hasta aquí clara la insolente indolencia de los gobierno morenista?

Pero podrá decirse que eso fue antes, al principio de la desgracia; pero, déjeme decirle amable lector que ya casi va a ser navidad y los pobladores más pobres de Tabasco no ven para cuando llegue la ayuda oficial. Y esto lo sé bien, porque los antorchistas de todo el país, a través de nuestros compañeros tabasqueños, estamos llegando a las comunidades más pobres para llevarles los víveres que estamos reuniendo en todos los estados. Hace poco llegamos en helicóptero (gracias al apoyo invaluable de la Secretaría de Marina) hasta la comunidad de Caridad Guerrero, en el municipio de Tacotalpa, para llevar apoyo a sus pobladores que ya tenían 60 días incomunicados.

Pero, ¿esta desgracia de los tabasqueños, se pudo evitar? S&iacute, se pudo evitar. Se sabe que los primeros registros de inundaciones en Villahermosa datan del siglo XVI, y que el ciclo pluvial de Tabasco se identificó desde finales del siglo XIX. Se ha dicho también, que se detect&oacute, además, que el problema era cíclico: cada 10 años, más o menos, el problema es más grave, en esto coinciden académicos y organizaciones civiles. Se afirma que el agua fluye en la región desde siempre, porque es una planicie en la que desembocan los dos ríos más caudalosos en el país, el Grijalva y el Usumacinta, que se forman en Guatemala y que representan una tercera parte del agua dulce que corre por México. Tabasco es el estado donde más ha llovido en los últimos 30 años, según la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

El día 16 de noviembre pasado, el diario español EL PAíS, publicó una nota donde abunda en datos referentes al Plan Hídrico Integral de Tabasco, donde el especialista José Manuel Arias, de la Asociación Ecológica Santo Tomás, organización defensora de los recursos naturales y el desarrollo y mejoramiento del sector tabasqueño, afirma que, "ningún gobernador ni ningún presidente ha querido ni ha podido resolver el problema de las inundaciones&rdquo, dado que, desde el gobierno de Felipe Calderon, ningún Gobierno federal ha querido implementar el Plan Hídrico de Tabasco, de conformidad con la normativa y diseño técnico.

Hay quienes piensan que con López Obrador la situación será distinta, pero yo, sinceramente no lo creo. Los tabasqueños afectados afirman que, cuando el presidente decidió inundar a los más pobres de Nacajuca y las zonas chántales de Tabasco, para salvar a Villahermosa, en realidad lo que salvó fue su proyecto de la refinería de Dos Bocas, que costar&aacute, a decir del director de Pémex, Octavio Romero Oropeza, la cantidad de 900 millones de dólares (Forbes México, 14/10/2020). ¿Cuántos recursos destinaron del PEF, los diputados de Morena, para los pobres de Tabasco? Nada, los señores no destinaron nada. Tabasco necesita de la solidaridad de todos los mexicanos, y de un nuevo gobierno también. Nos veremos en la urnas.


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