Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
Con motivo de un desafortunado comentario de Lucio Sandoval Burgos, maestro de Ceremonias en la clausura del Carnaval de Bacalar hace unos días, en el que este espadachín a sueldo del presidente municipal, profesor Alexander Zetina, pidió a los antorchistas que retiraran su plantón porque afeaban el Palacio Municipal, me acordé de "La Vida es Sueño", del dramaturgo don Pedro Calderón de la Barca, conocido por ser uno de los más grandes literatos barrocos del Siglo de Oro, obra en la que ente otras cosas, trata sobre cómo algunos gobernantes cegados por el poder, pierden el sentido de la realidad y de las obligaciones que este poder conlleva, con lo que inevitablemente ponen en riesgo su permanencia en el gobierno.
Y a está profundidad de vista de don Pedro Calderón de la Barca, que con su grandeza de poeta, nos dejo como lección a gobiernos y gobernados, acudo para ilustrar lo apartado de la realidad y lo poco que entiende el momento social de nuestro país, el edil bacalarense, que no sólo ignora a quienes le exigen que tome en cuenta su derecho a ser incorporados a los programas de gobierno, sino que se atreve incluso a exhibir su menosprecio por ellos, atentando contra su derecho a la manifestación, haciendo escarnio de su calidad humilde.
Como resultado del conocimiento científico sabemos que el universo no es un conjunto de cosas terminadas por completo, sino un complejo de procesos en el cual los objetos, aparentemente estables, pasan por un cambio ininterrumpido de devenir y de caducidad, el cual, finalmente, a pesar de todas las contingencias mostradas y de los retrocesos transitorios, termina por producir un desarrollo progresivo.
Y esta ineludible ley rige necesariamente a nuestra vida cotidiana y a las relaciones sociales y económicas que establecen los diferentes sectores de nuestro país, por ello, bien conviene a la clase gobernante que se aferra a continuar con este ejercicio despótico, autoritario y excluyente en contra de las mayorías empobrecidas, usándolo en beneficio propio y de sus partidos, sosteniéndolo con demagogia y con remedios al vapor, detenerse un poco y ver en la decisión del pueblo de luchar por sus derechos, un síntoma que anuncia que la sociedad está llegando al límite de su paciencia y que la forma de hacer política debe cambiar o surgirán otras fuerzas políticas que ocupen su lugar ante la incapacidad de las actuales de ponerse a la altura de las necesidades de la realidad.
La realidad a se mueve, a pesar de la imposibilidad del edil bacalarense de apreciarlo, no sólo es denuncia nuestra, es un clamor generalizado, así lo demuestra también, el más reciente informe del Consejo Nacional de Evaluación de Política de Desarrollo Social( Coneval) en el que se señala que dos millones de mexicanos se sumaron recientemente a la categoría de pobreza, al pasar de 53.3 millones a 55.3 millones de pobres y Alicia Bárcena Ibarra, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que sostuvo hace unos días que la pobreza se combatirá con políticas públicas serias que privilegien las necesidades de las mayorías. Después del retroceso que se aprecia desde hace mucho en materia social, las leyes naturales de la sociedad, traerán una etapa de progreso, en la historia de la humanidad, todo se ha movido hacia el progreso tarde o temprano.
Los campesinos en plantón no van a renunciar, no pueden resignarse a seguir soportando la creciente pobreza que se refleja en la disminución de su poder adquisitivo y en el encarecimiento de los bienes de consumo, y encima no ser incluidos en los programas de gobierno que se sostienen en su gran mayoría de los impuestos que ellos pagan, y que por tanto se les deben devolver en obras y servicios, y para colmo del insulto, recibir menosprecio y vejaciones de quien está en el poder esencialmente, gracias al voto de los ciudadanos de la zona rural.
Hacemos nuestra contribución leal y progresista, sólo hay un paso de la inconformidad creciente, al convencimiento de que hay que formar otra corriente política que agrupe a las fuerzas inconformes y progresistas, que busquen tomar el poder para gobernar de acuerdo a las nuevas condiciones sociales. Para recordárselo al señor Alexander Zetina, 1500 antorchistas marcharán en próximos días por las calles de bacalar y 20 mil levantaremos nuestra voz en todo el estado para denunciar esta terrible situación política del décimo municipio. Estamos aún a tiempo.
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