El 20 de enero del año que corre, juró su cargo como presidente y comandante supremo número 47 de Estados Unidos, el controvertido empresario convertido en político Donald J. Trump. En esta ocasión, a diferencia de su mandato anterior, durante y después de su campaña, el magnate hizo declaraciones públicas sumamente relevantes que deberían ser tomadas en cuenta con mucha seriedad y preocupación por todas las naciones del continente americano en vías de desarrollo, pero sobre todo por sus gobiernos.
El fondo del MAGA tiene como objetivo cumplir un viejo sueño de los imperialistas de la unión americana, acuñada desde 1846 con la invasión estadounidense a México
Es un hecho indiscutible para quien asuma con seriedad la cuestión, que todo cuanto ha dicho hasta ahora el magnate ya presidente, se engloba en aquello que fue su lema de campaña presidencial, y que, según se sabe, la había ya asumido desde la campaña que llevó a cabo en 2016. El lema referido es: “Make America Great Again (MAGA)”, traducido según algunos, como “Haz a los Estados Unidos grande otra vez” o “Que los Estados Unidos vuelva a ser grande”.
La traducción que refiero es importante, porque, a pesar de que en el MAGA se hace referencia a “América”, es muy claro por los dichos del empresario-presidente, que el magnate imperialista no se refiere al engrandecimiento de todo el Continente Americano, sino única y exclusivamente de Estados Unidos. La prueba más evidente de esto que digo, la encontramos en la amenaza que se cierne sobre los pueblos americanos, pero también de gran parte del mundo, de llevar a cabo redadas de migrantes en Estados Unidos para deportarlos de forma masiva a sus países de origen.
De México, Trump ha dicho lo que el imperialismo norteamericano siempre ha pensado de los mexicanos. Dijo que somos un país cuyo gobierno han controlado y controlan los cárteles de la delincuencia organizada que producen y trafican fentanilo en su nación, a tal grado, que, equiparando los cárteles de acá con terroristas, amenaza con enviar a nuestro país fuerzas militares especiales para combatir lo que nuestros gobiernos no han podido o querido hacer. Pero no nos engañemos; con esta acción, el presidente Trump nos amenaza con una nueva invasión.
El presidente norteamericano acusa al gobierno mexicano de no contener ni cerrar el paso a los migrantes locales y a los del resto del continente que llegan a la unión americana, y amenazó, que, de no tomar medidas efectivas con esto, a parte de las deportaciones masivas ya anunciadas, aumentará en un 25 % los aranceles (impuestos) a los productos que exportamos a su país. Recordemos que, en 2023, las exportaciones de México a Estados Unidos representaron el 76.6% del total. Aquí tampoco hay engaño; el imperialismo norteamericano se prepara para controlar absolutamente nuestra economía. Peligra nuestra soberanía.
Finalmente, hay que decir que el fondo del MAGA tiene como objetivo cumplir un viejo sueño de los imperialistas de la unión americana, acuñada desde 1846 con la invasión estadounidense a México. Recordemos que la guerra de entonces culminada en 1848, desembocó en el Tratado Guadalupe-Hidalgo, mediante el cual el gobierno de entonces cedió más de la mitad de nuestro territorio a Estados Unidos, es decir, lo que hoy es California, Arizona, Nuevo México, Texas, Nevada, Utah, y partes de Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma.
No hace mucho que en un alarde de la fuerza militar y económica que realmente detentan los imperialistas norteamericanos en comparación con nuestra nación, Donald Trump afirmó que tanto depende México de su economía, que debería ser considerado ya como el estado número 52 de la unión americana. Esto, que podría pasar como un mal chiste del empresario-presidente, debe ser algo sumamente preocupante para los mexicanos. Los imperialistas quieren anexar México a Estados Unidos, pero sin los mexicanos; por eso los van a deportar masivamente de su territorio.
Y a todo esto, ¿qué dice nuestro publicitado gobierno de la 4T?
En primer lugar, hay qué decir, que, tal como se hacía en el pasado reciente para confundir aún más a los mexicanos menos politizados, a los rugidos del león se le contestó con maullidos de gato, es decir, a las baladronadas de Trump, baladronadas de nuestro gobierno: a los aranceles a las mercancías mexicanas se contestará con aranceles a las mercancías de Estados Unidos; así amenazó nuestra mandataria. Esto es ya demasiada insolencia contra la inteligencia de los mexicanos.
Pero, en segundo lugar, lo más preocupante. Luego de los gritos y aspavientos de nuestro gobierno, viene a asomar las orejas el sometimiento. Es cierto que la presidenta ya salió a decir que en el tema migratorio y el combate al tráfico de fentanilo no habrá sometimiento, sino coordinación con Estados Unidos. Pero, ¿qué coordinación es aquella que se puede tener, con los que han decidido apoderarse de toda nuestra nación con el uso de la fuerza? Los imperialistas norteamericanos no quieren coordinación, sino sometimiento.
En algún lugar leí algo que ya he dicho en estos trabajos y que hoy nos conviene repetir: la liberación del pueblo debe ser obra del pueblo mismo. Y en el caso que hoy referimos aplica con creces. Es cierto que, Morena y su Cuarta Transformación han tenido éxito para llevar al pueblo a ganar elecciones. Pero no es lo mismo llevar al pueblo a votar, que llevarlo a defender a su nación, con las armas si fuera necesario. El MAGA de Trump amenaza la soberanía de nuestro territorio. Los mexicanos todos debemos estar atentos y preparados.
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