Nadie le quita el mérito como futbolista, pues fue una figura destacada de la selección nacional, pero como político ha quedado a deber, y mucho, a los morelenses. Las promesas del candidato resultaron tan efectivas que un golpe de suerte lo llevó a obtener la gubernatura, al tiempo que la gente ya estaba harta de la represión de Graco a varios grupos sociales y con escándalos de corrupción a cuestas.
Sin embargo, los malos resultados del gobierno actual (avalados por encuestas serias) no sorprenden ni se nota que quiera corregir el rumbo caótico a la vista, pues se ha contabilizado cuatro años de ausencia de Cuauhtémoc Blanco en su labor como gobernador, ante lo cual sus asesores lo han compensado destinando grandes sumas de dinero a gastos en publicidad e imagen, cuestión que sería superflua si en todo el estado resaltara el trabajo del ejecutivo en obras y servicios, así como de una buena gestión de la pandemia que acaba de terminar y ya no digamos de la seguridad pública que arrastra sus peores momentos, sin estrategia ni control, con altos índices de violencia y colocan al estado entre los primeros lugares a nivel nacional en varios rubros como femenicidio, secuestro y robo de vehículos.
Así las cosas, el gobernador han perdido el piso, no ven y no escuchan; se han olvidado de las necesidades apremiantes de amplios sectores de la sociedad afectados primero por la crisis económica y, luego, la pandemia que vino a agravar la situación familiar de cientos de miles de morelenses. Hoy, con más de 30 mil empleos formales perdidos, con un 40 por ciento de los negocios en quiebra, sin apoyos a los sectores más vulnerables, y con altos índices de delincuencia el gobierno del estado hace oídos sordos a todos aquellos que piden obras y programas sociales para sus comunidades.
Es momento de exigir los recursos públicos en el estado y es hora que exijamos le rindan cuentas al pueblo morelense, puesto que ni los diputados locales hacen su trabajo y a varios los tienen maiceados. Y así, con el mayor cinismo andan en campaña, aduciendo que son la casa de todos cuando han discriminado a las organizaciones sociales más representativas en el estado.
En suma, han marginado y castigado a quienes no comulgan con sus intereses de grupo y, por lo mismo, no gobiernan para todos como lo quieren aparentar en su propaganda hueca y remojada. Por tanto, es momento de que alcemos la voz quienes nos sentimos atropellados en nuestros derechos de ciudadanos, amparados en la Constitución que nos rige.
Antorcha convoca a todos los marginados y lastimados por el gobierno actual para que exijamos, a una sola voz, destine los recursos necesarios para obra pública y programas sociales, así como apoyos para el campo, puesto que los recursos estatales y federales no son del PES ni de Morena, son de todo el pueblo de México que paga con sus impuestos; y en reciprocidad los gobiernos de todos los niveles están obligados por ley a bajar los recursos en obras y servicios públicos para beneficio de la población.
Finalmente, los antorchistas nuevamente hemos decidido salir a las calles para demandar ser escuchados y atendidos por el gobierno del estado; nos manifestamos con mayor determinación para denunciar la falta de solución a nuestras justas peticiones.
En consecuencia, no daremos un paso atrás en nuestra lucha y pedimos encarecidamente la comprensión de la ciudadanía por las molestias que podamos causarles, pero los únicos responsables están en palacio de gobierno, y hacia ese lugar está dirigida esta marcha y las que siguen. Con poca fe ante un gobierno insensible esperamos que las puertas estén abiertas y seamos atendidos, pero de no encontrar respuesta continuaremos en pie de lucha, con más brío y coraje en lo sucesivo, que no quede la menos duda.
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