MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Sin candidato proletario no hay cambio verdadero

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Una de las condiciones o requisito que se debe cumplir para que se lleve a cabo un verdadero cambio social es que el candidato a presidente de la república o cualquier otro puesto de elección popular, es que tiene que ser de carácter proletario, esto quiere decir que piense y sienta como vive y trabaja el pueblo, que no solo en los discursos de campaña manifieste que es de origen proletario ni que está con las causas nobles, sino que, en el transcurso de su trayectoria política, haya demostrado que ha estado en las buenas y en las malas con su pueblo, siendo o no funcionario público. 

Pero esto es lo que hace falta, es de lo que adolece todo aspirante a dirigir los destinos de un país, un estado o municipio, todos han aprendido a mentir como si esto fuera una virtud o un mérito de cada aspirante. Hoy ya no se trata de mentir, sino de trabajar arduamente, con o sin poder político o económico, para demostrarle a ese pueblo sufrido que tienen ahora sí un verdadero candidato y que es de los suyos. 

Esto no ha sucedido hasta ahora; sin embargo, los trabajadores tienen que disponerse para llevar a cabo una lucha sin cuartel si realmente quieren un cambio real en su país, porque ya estamos viendo cómo los aspirantes morenistas, por ejemplo, se están disputando el honor de ser los candidatos a presidente de la republica como si las condiciones o los tiempos estuvieran exigiendo eso. Ahorita son tiempos de atender y resolver muchas necesidades como por ejemplo, la educación, la salud, la obra pública. 

Pero estos señores son tan insensibles que para ellos lo mas importante no es atender estas prioridades, sino ser electos para candidatos a la presidencia  o gobernadores. Demuestran con todo esto que no tienen decoro de servidores públicos ni de políticos sensibles para resolver los problemas sociales, no están pensando en resolver la problemática social sino en satisfacer sus ambiciones de poder para sentirse satisfechos consigo mismo y no importando todo lo demás ni cómo piensen de ellos los próximos electores. 

Por eso dije al principio de este artículo, que no hay ni se vislumbra un candidato verdaderamente proletario, y mientras siga siendo así, no habrá una verdadera justicia social en nuestro país. Hace falta, por lo tanto, que el mismo pueblo se disponga a defender lo que le corresponde, debe tener sus propios candidatos, debe tener, además, claridad política de su situación actual para no cometer los errores de siempre, porque errores como el actual, con los morenistas, los estamos pagando todos y no nada más los 30 millones que apoyaron a  Andrés Manuel López Obrador, 

Y quizá lo sigan apoyando todavia, pero veamos nuestro entorno social. Para el lado que queramos ver, nos encontramos con violencia, con inseguridad, con ignorancia, con falta de salud, la muerte nos ronda a todas horas y ¿quiénes son los responsables para disminuir por lo menos el impacto de estos males?, pues los que se echaron la responsabilidad de velar y juraron respetar y hacer cumplir la ley de nuestro país, empezando por el Gobierno federal, gobernadores, alcaldes, senadores, diputados. 

Insisto, ¿realmente están velando estos señores por nuestros derechos e intereses?, la vida diaria que llevamos dice que no, hay mucho por hacer y los males no se combaten peleando como si se estuviera en un ring para ver quien golpea mas fuerte para aplaudirle o levantarle la mano como lo hemos visto entre algunos diputados y candidatos morenistas que tampoco saben respetar el recinto legislativo ni el lugar donde se encuentren. 

La pelea en el aspecto político se gana resolviendo los problemas añejos que otros no supieron resolver señores, regalar dinero, por ejemplo, a través de programas sociales puede ayudar en algo, pero no resuelve la pobreza de todos los mexicanos; detener a un narcotraficante puede redituar alivio, pero no  termina con la siembra y distribución de estupefacientes, es decir, no se ataca el mal de raíz. 

¿Qué falta entonces?, aquí está la cuestión, lo que falta, considero yo, es un proyecto político bien analizado y científico que empiece a sentar las bases para cambiar el modelo económico que es el verdadero problema, y esto es, precisamente, lo que el pueblo tiene que analizar, cómo cambiar este modelo y no cambiar solamente cada tres o seis años al hombre en el poder. 

Esto ya quedó atrás, ya vimos que éste no es el remedio a tantos males y desgracias, la solución es que ahora los obreros, los campesinos, los estudiantes y otros sectores sociales que padecen desde siempre las inclemencias de la vieja política se dispongan de manera organizada para cambiar el mal de los males, que es el modelo de producción capitalista, éste ya jugó su papel histórico y ya dio lo que tenía que dar, llegó el momento de cederle su lugar al siguiente modelo y para lograr eso, los trabajadores tienen que cambiar su mentalidad, deben tener otra visión del futuro, ya que, de no ser así, seguirán dejando en el poder a los de siempre y estaremos cada vez peor, porque no avanzaremos sino que estaremos retrocediendo y esto sucederá también, quizá, porque tengamos miedo a los cambios. 

Pero si los pueblos no luchan y no hay valor para ello, no habrá justicia  ni cambio verdadero, por tanto, busquemos y forjemos al candidato proletario y con él saldremos adelante, con esto, el desarrollo del país estará asegurado y garantizado, ya que entre los morenistas jamás encontraremos a candidatos proletarios; tendrán el aspecto, quizá, pero proletarios no son, y la prueba ya la hemos estado viendo y padeciendo durante cuatro años, ¿esperamos más pruebas?

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