La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum visitó nuevamente Sonora para impartir una conferencia titulada “Políticas de Gobierno en Beneficio del Pueblo”. Sin embargo, mal haríamos en olvidar que en politiquería no se dice lo que se hace y se hace lo que no se dice. El verdadero objetivo de la jefa de la CDMX, como el de los demás personajes que se han paseado por el estado, es la promoción propia para las elecciones de 2024. Su visita es, pues, un claro acto anticipado de campaña.
La campaña fuera de las fechas estipuladas lleva ya varios meses, no solo por parte de Sheinbaum, sino del secretario de Gobernación, Adán Augusto López, de Marcelo Ebrard, entre otros. Mismos que han utilizado recursos públicos para las promociones personales.
Hay varios ejemplos, como el caso del secretario de Gobernación, que viajó en transporte de la Guardia Nacional para eventos de Morena. Asimismo, la personalización de los apoyos es una constante, pues se entregan apoyos con recursos públicos a título personal. Todo eso parece no importar a los morenistas, de corta memoria, pues hasta hace pocos años, de eso criticaban a los demás partidos políticos. Una de las justificaciones más ridículas para evadir las criticas ha sido que las actividades se realizan en fines de semana, es decir “horario no laboral”, como si en el país los problemas se detuvieran solo porque los funcionarios no están en horario laboral. Pero más allá de estos disparates, uno debiera preguntarse, qué es lo que Sheinbaum tiene que ofrecer a los mexicanos y específicamente a los sonorenses.
Viene a hablar de humanismo mexicano, con lo que sea que esto signifique. La realidad es que no es un humanismo dirigido hacia las clases populares, es decir, no es un programa que realmente plantee sacar de la miseria a los millones de mexicanos. Más que lo que Sheinbaum dice, deberíamos voltear a ver qué es lo que ha hecho en la Ciudad de México, donde gobierna en la actualidad.
En primer lugar, los accidentes en el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro se han vuelto más recurrentes, debido a la disminución del presupuesto en el mantenimiento. El más grande de ellos fue la tragedia de la Línea 12 del Metro, en el que murieron 26 personas por la negligencia de la jefa de Gobierno. Y no es la única, pues los constantes incidentes dentro del STC Metro son conocidos.
Conviene recordar que el Metro es la columna vertebral del transporte público en la CDMX, que es lo que usan las clases populares. ¿Qué clase de políticas en beneficio del pueblo son aquellas que causan tragedias como la de la Línea 12 del metro? Así que quien dice interesarse por las mismas, debería poner la mayor atención, pero para la jefa de gobierno es evidente que es asunto de menor importancia.
Por otro lado, lo que le ha ofrecido Sheinbaum a los capitalinos es desprecio o represión cuando la buscan para hacer peticiones justas. Este es el caso de los habitantes de Tláhuac, quienes en 2021 pedían apoyo porque llevaban semanas inundados con aguas negras y el gobierno capitalino no acudió para apoyarlos. La única respuesta fue mandar a la policía para reprimir su protesta pacífica. Aquí nuevamente se revela la mentira de la supuesta desaparición del cuerpo de granaderos, pues podrán haber desaparecido de nombre, pero en los hechos, siguen reprimiendo como antes. Así fue como las más de 200 familias vieron cómo sus demandas eran resueltas por la fuerza policial.
La vivienda es uno de los problemas más graves de la CDMX. Los precios de la vivienda y su renta se ha elevado a niveles que resultan impagables para el capitalino promedio. La jefa de gobierno no ha hecho ningún esfuerzo por regular el mercado de las rentas ni de las aplicaciones de airbnb. En su lugar, Sheinbaum ha primado los intereses de las grandes empresas por sobre las demandas de vivienda y servicios de los ciudadanos pobres. El problema de la vivienda no es único en la capital, varias ciudades mantienen un déficit de vivienda. Y es esta estrategia la que se pretende aplicar en otros estados.
Y siguiendo la receta de fórmulas mágicas para terminar con los grandes problemas nacionales, se habla nuevamente de los programas sociales, es decir, regalar dinero a la gente. Esta es una de las salidas fáciles a los problemas y más manipuladoras. ¿Qué trabajo puede costar regalar el dinero que la misma gente paga en sus impuestos? En lugar de ponerse a crear infraestructura se le da dinero a la gente para que le haga como pueda. Las becas no son sino un engaño; en lugar de construir escuelas, equiparlas y dotarlas de todo el material suficiente, cosa que sí requiere un verdadero trabajo estratégico, se da dinero a los estudiantes, dinero que en poco o nada ayudará a mejorar su aprovechamiento académico. Asimismo, es manipulador porque el dinero se da como si fuera del funcionario en turno, como si Sheinbaum o Andrés Manuel López Obrador hubieran trabajado en su producción, cuando en realidad es el pueblo mismo quien lo produce. Lo único que se consigue es que se engañe, estos son programas electoreros, que no ayudan a las personas a salir de la pobreza, al contrario, los acostumbran a ella y a estar agradecidos con el partido por regalar el dinero que los ciudadanos mismos producen. Todo pensado para 2024.
La lista de lo que Sheinbaum ha hecho en la CDMX en detrimento de los pobres es larga, y sin necesidad de enumerarla podemos sacar la siguiente conclusión: Sheinbaum es una calca y copia de AMLO. Lo que se puede esperar es una continuación de las acciones. Ni la corrupción ni la pobreza han desaparecido, no existe una supuesta transformación o una revolución pacífica. Lo que hay es más de lo mismo, en el discurso tanto de Sheinbaum como del resto de las corcholatas que hoy violan la ley electoral: pobreza e inseguridad, ahora disfrazada de humanismo mexicano.
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