Hace días que se viene escuchando en los diferentes medios de comunicación la decisión del gobierno federal a través de la Secretaría de Educación Pública (SEP) regresar a las clases presenciales, que por más de año y medio los diferentes institutos de educación han permanecido con las puertas cerradas, las clases desde el comienzo del terrible virus que acecha al mundo entero y a nuestro país han sido ejecutadas a través de diferentes dispositivos inteligentes, clases en línea. Aunque de igual manera las medidas implementadas para que la educación no se viniera abajo desde que comenzamos con la cuarentena no fueron tan benéficas para la población estudiantil en general. Recordemos que con esa medida muchos estudiantes que por carecer de recursos y de venir de una familia humilde, no contaban con alguno de los medios que se ocupaban para las clases, familias en donde por lo general hay más de 2 estudiantes, no pudieron concretar sus clases del ciclo escolar que concluyó hace un mes. Tal vez la mejor decisión del gobierno federal, encabezado por el licenciado Andrés Manuel López Obrador y la SEP fue no reprobar a la comunidad estudiantil, pasando a todos los estudiantes de grado, claro pues ya había puesto de su parte para que muchos jóvenes abandonaran sus estudios al no realizar un mejor plan para la educación en tiempos de pandemia.
La nueva medida es regresar a las aulas para seguir retomando las clases con regularidad pero es una decisión que carece de un análisis profundo como se requiere, solo quieren llenar ese vacío que existen en las instalaciones educativas, sabemos que no está mal que los estudiantes regresen a sus aulas, a convivir entre ellos, a aprender más, no es lo mismo el “Aprende en Casa”, y sería buena para disminuir la deserción escolar que ahora es un efecto muy grave que la pandemia y las medidas que se tomaron anteriormente han dejado. El problema radica en qué aún estamos en pandemia, estamos en la tercera ola de contagios, la nueva variante del virus es mucho más contagiosa que la original y esta sí puede afectar mortalmente a los jóvenes y niños, ya se tienen datos registrados de lo peligroso que se ha vuelto este virus evolucionado. “Llueva, truene o relampaguee” dice López Obrador al anunciar que se volverá a las clases presenciales, que nada impide esa decisión que ya tomó. Le decimos que la pandemia lo impide. Estudiantes y padres de familia a nivel nacional han estado en contra de esa medida, han exigido vacunación para todos los estudiantes y solamente vacunados se puede asegurar el bienestar y futuro de los estudiantes. Al haber un retorno a las aulas es seguro que los contagios estarán al día y los afectados serán las personas con las que los niños y jóvenes conviven fuera de sus diferentes instituciones.
Otro factor muy influyente en este tema son las instalaciones educativas, como se encuentran después de año y medio cerradas, se encuentran en pésimas condiciones, el abandono en la que se encuentran han orillado a que los delincuentes hagan de las suyas desmantelando todo lo que puedan sustraer, la secretaria de educación no ha sido capaz de proveer recursos para su debido mantenimiento, ahora es fácil ver en los noticieros los constantes robos que han surgido en diferentes estados, solo basta pasar frente a cualquier escuela y veremos que se han convertido en una selva. Es por ello que ante todo esté problema que conforman un panorama más grave y como ciudadano con voz y palabra puedo afirmar que estoy en contra del regreso a clases sin antes haber inmunizado a toda la población en general. Es de reconocer la labor que hacen los movimientos estudiantiles al oponerse y exigir las medidas necesarias para un retorno a las clases presenciales y que sean seguras, que haya una estrategia con un análisis concreto por parte de AMLO. Ser un mandatario nacional requiere de conocimientos analíticos para cada situación, como en cualquier trabajo. Debe haber decisiones consecuentes. Llueva, truene o Relampaguee, la salud de los estudiantes es primero. No a las clases presenciales sin garantías.
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