Para quienes hemos tenido la oportunidad de vivir en el campo, sabemos lo hermoso que son los paisajes, la comida típica del campo: huevos, nopalitos, frijolitos y no se diga un vaso de leche recién ordeñado; el canto del gallo anunciando el amanecer; en el campo, los amaneceres son tranquilos. Pero siempre está el peligro a la puerta y es una de las causas por los que la gente del campo emigra a la ciudad: la sequía.
Las imágenes que circulan en los medios de comunicación, la experiencia propia, nos hacen ver lo duro que es para una familia que vive en el campo, que la sequía azote los campos. En Galeana, Dr. Arroyo, en todo el sur del estado se ven los animalitos muertos de hambre, tirados en el campo, sin que el campesino, con lagrimas es los ojos, sepa a quién acudir para pedir ayuda. Si de por sí la gente de Galeana no tiene agua, ni siquiera para consumo, ahora la situación se torna complicada, trágica.
Esta situación comenzó a presentarse en agosto del año pasado y viene agravándose continuamente, aunado a ello, los incendios forestales, de los cuales 5 siguen activos, desapareciendo miles de hectáreas, hasta el 22 de abril hay una superficie dañada de 22 mil 67 hectáreas.
Con mucho esfuerzo el campesino logra levantar un hato caprino, ovino o vacuno; les dedica todo su tiempo para verlos crecer y reproducirse; llega la sequía y, con ello, todo el sacrificio realizado se desvanece.
El campo mexicano está abandonado, ahora más que nunca urgen los apoyos para el campo, los cuales no se ven por ningún lado. No hay una política integral que ayude a rescatar el campo, que realice proyectos que sean a largo plazo para que los habitantes del campo no abandonen sus tierras, y puedan seguir produciendo los alimentos que se necesitan en ciudad. Ya no hay seguro catastrófico, ya no hay Fonden, por lo que muchos campesinos no podrán recuperar nada de lo que perdieron.
Ahora, no solamente los campesinos sufrirán por la falta de agua; también en el Área Metropolitana de Monterrey se vivirá la carencia de este servicio, ya el Gobierno del estado a través de Protección Civil envió al Gobierno federal la declaratoria de emergencia para 48 municipios de nuestro estado y decretó medidas para que no se malgaste este servicio: la instalación de equipo de bombeo, el retiro o cierre de redes de agua potable en parques y jardines públicos, la modulación de presión en las redes de distribución, así como el reparto de agua potable en pipas en comunidades de municipios rurales y la aplicación de sanciones a los usuarios que hagan mal uso del vital elemento.
Los campesinos tienen que levantar la voz… tienen que organizarse y exigir un plan hídrico para la zona sur y busquemos en los candidatos quien hace un compromiso serio para resolver este problema que ha afectado y seguirá afectando a millones de habitantes; hagamos conciencia del buen uso del servicio y solicitemos al gobierno que se ponga igual de exigente también con las empresas que usan de este servicio.
Los desastres naturales no pueden evitarse. Pero sí se pueden prevenir tomando medidas concretas para resolver el problema que se vislumbra de largo plazo. México no es el único país que actualmente sufre por el problema de la sequía. Tomemos el ejemplo de países como China, que preocupados por la humanidad han tomado medidas concretas para reforestar los bosques y usando energías sustentables para lograr que no falte el agua en cada una de las casas.
A los antorchistas les queremos recordar que es necesario que sigamos en la lucha que no nos desanimemos en la lucha que hemos emprendido, porque los problemas que hoy planteo seguirán agravándose si no se hace nada serio para solucionarlo.
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