A primera vista y si se le ve por el lado de los ingresos, "Sembrando Vida” -uno de los programas piloto del Presidente, famoso en Durango, por ser prácticamente el único-, pareciera ser un programa noble, una ayuda real a los pueblos y las familias de la zona rural, por el derrame económico que podría dejar en las localidades, ya que cada beneficiario recibe 5 mil pesos mensuales.
Aquí en la entidad, el programa arrancó en febrero de 2019 y se proyectó incluir a 10 mil productores de 15 municipios (Mezquital, Pueblo Nuevo, Nombre de Dios, Súchil, Coneto de Comonfort, Tamazula, Topia, Canelas, Tepehuanes, Otáez, San Juan de Guadalupe, San Luis del Cordero, San Pedro del Gallo, Santa Clara y Simón Bolívar) para la plantación de árboles frutales y maderables en una superficie de 50 mil hectáreas, antes de que terminara 2021, así lo aseguró la titular de la Secretaría de Bienestar, María Luisa Albores González, en el arranque del programa, en El Salto, Pueblo Nuevo, Durango.
Hoy este programa cumple dos años y la meta no sólo no se ha cumplido sino que se está lejos de ella, no sólo en Durango, sino a nivel nacional: el objetivo en 2019 era en un millón de hectáreas plantar 575 millones de árboles, pero se plantaron sólo 80 millones, 13.9%, y sobrevivieron 40 millones, 6.9% del objetivo, o sea que el índice de sobrevivencia fue de 50%, inferior al 63% alcanzado por la Conafor (Comisión Nacional Forestal) hace dos años, según lo reconoció la propia titular de la Secretaría de Bienestar.
Pero más allá de este fracaso que ya se veía venir, hay un problema que se ha desarrollado, al menos en el municipio del Mezquital, donde me toca recorrer los pueblos y platicar con la gente: la disputa por los territorios entre las familias.
Este conflicto por los terrenos se vuelve más fuerte en las comunidades indígenas en donde las tierras son de propiedad comunal, pues estas son de todos los comuneros, pero de nadie en particular y una buena parte de los beneficiarios del programa en mención, tomaron sus 2.5 hectáreas que exige el programa, desplazando a los antiguos posesionarios. Otros más, mayoritariamente pseudolíderes y los que tienen recursos para cercar, han aprovechado la ocasión para agandallar mas terreno. En la comunidad de Santa María de Ocotán y Xoconoxtle, un día sí y otro también, las autoridades tradicionales se reúnen para tratar de resolver estas controversias, pero no se dan abasto. Mientras tanto las riñas entre las familias en las diversas localidades se tornan más fuertes y más complicadas.
Y aprovechando el desorden que existe, aquí en esta comunidad, que alberga a unos 27 mil indígenas, los seguidores de morena, en su gran mayoría "líderes, al parecer acompañados de algunos militantes del PRI, han iniciado la elaboración del Estatuto Comunal, con el pretexto de poner fin a estos conflictos. Pero lo que en realidad pretenden estos promotores del reglamento, según los habitantes de esta comunidad, es acaparar los terrenos para su beneficio personal y, a largo plazo, ingresar a empresas madereras y mineras, para llevarse los recursos naturales, dejando, como siempre, en la miseria, a los indígenas.
Esto es lo que ha dejado el emblemático programa de nuestro presidente, Andrés Manuel López Obrador, al menos, insisto, en el municipio del Mezquital. Este 2021 es de reflexión y el primer domingo de junio, tenemos que tomar la mejor decisión y elegir a nuestros representantes que quieran resolver los problemas y no a los que están sembrando problemas en lugar de bienestar social.
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