En Durango, según cifras del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), en su totalidad se contabilizan 1 millón 257 mil 705 cabezas de ganado de excelentes razas genéticas, de acuerdo a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader). El municipio de Tlahualilo cuenta con un registro de 214 mil 594 bovinos, lo que representa el mayor censo en este tipo de rumiantes a nivel estatal; en segundo lugar, se encuentra Victoria de Durango, ciudad donde se contabilizan 87 mil 350 reses; y luego está Tamazula, con más de 80 mil animales. En estos tres municipios se concentran alrededor de 390 mil cabezas de ganado bovino. La producción pecuaria representa un 72.2% del total del valor de la producción agroalimentaria. El sector agrícola y ganadero de Durango, desde el 2018, 2019 y 2020 arrastra problemas de sequía, y para este 2021, la situación se ha tornado insostenible, pues de ese inventario de un millón de animales que tiene Durango en el registro, se estima que un 35 por ciento está en situación crítica, ante la falta de pastos y agua en las zonas de agostadero, donde el índice de mortalidad sigue en aumento.
Frente a este escenario catastrófico que está provocando la sequía persistente, que ya transita en su tercer año consecutivo sin precipitaciones, está por convertirse en la peor de los últimos 30 años, incluso a la que se dio en el 2011, pero es aún más grave, puesto que, a diferencia de entonces, hoy no se cuenta con un Fondo Nacional de Desastres Naturales y todos los apoyos a la ganadería han desaparecido con el gobierno de la 4T. Y los principales afectados son los campesinos y sus familias que su principal sustento depende de esta actividad ganadera y que ya no tienen para comprar suplemento alimenticio para los animales, además de que las tierras se han venido erosionando con una muy baja producción.
En tan solo dos años del Gobierno federal, han desaparecido 17 programas del sector agropecuario, castigados 11 con grandes rebajas de presupuesto; dejó tres sin cambios, y sólo ocho registran aumento, principalmente los destinados a transferencias económicas a beneficiarios del sector, según se desprende del proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) entregado por la Secretaría de Hacienda a la Cámara de Diputados.
El sector ganadero fue uno de los más golpeados con los recortes del PEF 2021, afectando a unos 860 mil pequeños productores (con menos de 35 reses), lo que significa un impacto económico negativo para 3.5 millones de familias en todo el país. En 2018 el presupuesto para el campo era de 72,125.3 millones de pesos, para 2019, se redujo el 10.3%; en 2020 el presupuesto redujo aún más con un 27.3% respecto al año anterior y para este año 2021 el presupuesto fue tan solo de 49,291.6 millones de pesos, es decir, una reducción del 68.3% con respecto al recuso destinado en el 2018. Dentro del PEF se contempla la desaparición del proyecto Crédito Ganadero a la Palabra, el cual otorgaba apoyos al sector sin requisitos, además del Programa Fomento Ganadero, que este año ya no tuvo apoyo. Otros programas borrados del presupuesto son el de Trazabilidad Individual Ganadera, que permite identificar el origen de un animal desde que nace o de sus productos, el de Fomento de la Ganadería y Normalización de la Calidad de Productos Pecuarios, y repoblamiento de ganado infectado con Tuberculosis Bovina (TB), es decir, recuperar las reses muertas por esa enfermedad. Se cancelan recursos a los programas de repoblamiento de la abeja reina; Fondo de Contingencia para el sector avícola y porcícola, y los Proyectos Estratégicos con Valor Agregado con Ventanilla Federal, los de Desarrollo Rural, para mejorar las condiciones de producción en Zonas de Atención Prioritarias, y el de Vinculación Productiva; además, desaparecen los programas de Estrategias para la Cadena Productiva; Sustentabilidad Pecuaria, el Fondo de Contingencia para el Sector Avícola y Porcícola, de Financiamiento y Aseguramiento del Sector Rural; el Fondo de Capitalización e Inversión Rural (Focir). Fue finiquitada la financiera Agroasemex, igual que Fideicomisos Instituidos en Relación a la Agricultura (FIRA).
Condiciones poco favorables para la recuperación del sector ganadero
A pesar de las lluvias que se han registrado en diversas zonas de la entidad, éstas no son suficientes para que la actividad ganadera tenga un incremento, por lo que la mortandad de ganado continúa y se prevé que continuará durante varios meses más, según el presidente de la Unión Ganadera Regional de Durango (UGRD), Rogelio Soto Ochoa, quien estimó que podrían verse los resultados de la temporada de lluvias, que apenas comienza de manera irregular, hasta a finales de noviembre.
Se estima que en el estado se ha registrado la muerte de más de 12 mil cabezas de ganado como consecuencia de la sequía, aunque este fenómeno se acentuó aún más en 2021, este se mantiene presente desde 2019, las condiciones no son tan favorables para la pronta recuperación de los pequeños productores ganaderos. “Apenas comienzan las lluvias, pero debido a la debilidad en la que se encuentra el ganado afectado por la falta de alimento y agua, continúa la muerte de animales, además de que ahora no contamos con un seguro para este tipo de crisis, como el Fonden, que si bien es cierto no era mucho, pero nos apoyaba a todos los afectados, pero también que del PEF de este año, desparecieron más de 15 programas que eran destinadas al campo, eso nos está afectando cada vez más y más, pues muchos de los ganaderos ya no cuentan con dinero para poder adquirir alimento para sus animales, pues si bien hacen un esfuerzo enorme por comprarlo, lo cierto es que solventar más gastos es imposible", nos relata el presidente de la UGRD, Rogelio Soto Ochoa.
El Gobierno del estado ha estado apoyando a este sector llevando a las asociaciones ganaderas locales suplemento alimenticio a un costo de 3 pesos por kilo, cuando su valor en el mercado es 8 pesos, es decir con un subsidio de 5 pesos, pero eso es insuficiente. “Al menos, se ve la voluntad de ayudar, pues las autoridades (del estado) también sufren la omisión y olvido del gobierno federal destinar los recursos que se necesitan, por lo que estos apoyos serán un mejoralito, para la jaqueca”. Soto Ochoa recordó que, en alguna visita de David Monreal a Durango, el entonces Coordinador General de Ganadería de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) a nivel nacional, cuando a la presentación de proyectos de sustentabilidad presentados, no tuvo ningún recato al responderle: “Te felicito, Rogelio por todos los buenos proyectos y todas las ganas que tienes de trabajar, pero no son las ideas que tiene el presidente Andrés Manuel López Obrador”. La intención de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de Durango, de construir bordos de abrevadero es buena, pero resulta poco efectiva cuando no hay garantía de que ese bordo pueda contener agua de la que no hay certeza de que llegará.
Al arribo a Santa Clara, municipio de Durango, se observan labores de preparación de tierra, muchas parcelas están barbechadas y entre suelos pedregosos se aprecia la rastra que hace surco a la espera de la humedad suficiente y con ello, tener lista la semilla que les dé esperanza de un recomienzo tras dos años sin precipitaciones, porque todavía en el 2018 hubo lluvias tardías, crecieron las matas de frijol, maíz y avena forrajera, pero les vino una helada temprana que acabó con todo, aquí los habitantes guardan algo de optimismo y sus ganaderos como agricultores se preparan en dos escenarios posibles: uno es esperar que ahora tengan “mejor cielo” y lleguen las lluvias generosas y a tiempo, y otro para amortiguar la peor de las tragedias a causa de la sequía que se ha prolongado por tercer año consecutivo, nos relata Gabriel Cruz, uno de los pocos ganaderos que aún está dando batalla a la crisis.
Circunstancia muy crítica, peor a la de 2011
Muchos de los pequeños ganaderos ya están resintiendo esta sequía que no se veía desde 2011 cuando murió todo el ganado, salvo casos excepcionales que vendieron casi a remate sus vacas para obtener algo de dinero. “Apenas nos íbamos recuperando, la gente tiene necesidad de vender su ganado que estaba engordando para la exportación, pero ya se nos empezaron a morir de nuevo nuestros pocos animales”, nos cuenta “don Pepe”, como conocen a don José Fraire en el rancho. Sostiene que las cosas pintaban más o menos bien, cuando hace poco cerraron la frontera a Zacatecas para la exportación a Estados Unidos y Canadá por encontrar ganado enfermo, por eso ya está iniciando en Durango la campaña de la brucelosis y tuberculosis bovina para cumplir con los requisitos que exige la USDA (Departamento de Agricultura y Ganadería de Estados Unidos), pero la oportunidad para colocar su ganado se ve ahora amenazada con esta sequía.
Con la eliminación de subsidios y programas federales, los afectados son la inmensa mayoría de los ganaderos, pues todavía en 2018 gozaban de un Seguro de Vida por 40 mil pesos con el que se ayudaba a sus familias, además de gastos funerarios, mismo que en 2019 se redujo a la mitad y de ahí en marzo de este 2021, les notificaron que había sido cancelado.
Tras un breve recorrido por la zona “Don Pepe” nos mostró los dos cementerios de ganado que fueron hechos en el 2011 tras la fuerte sequía que acabó con la mayor parte del ganado y que ahora con una alta probabilidad el escenario puede ser el mismo o aún peor, ya que ese es el destino final que le espera al ganado que enferma por la falta de la proteína que le proporciona la pastura y el agua. Aunque ya se aprecia el tiradero de reses muertas, algunas ya en los puros huesos cubiertos por el cuero seco, mientras que en otros es evidente su reciente ingreso al depósito y que se convierten en un festín para las aves carroñeras que aprovechan de los despojos. El panorama es desolador, no están muy lejos unos metros entre los despojos de unas vacas y otras, el olor es insoportable, nauseabundo, olor a muerte.
De cerca de 60 bordos de abrevadero que se tienen en Santa Clara, acaso diez cuentan con algo de agua de lluvia retenida que cayó esporádicamente en años pasados, pues la gran mayoría están ya agrietados y secos, por lo que los ganaderos van trasladando a sus vacas a las zonas de siembra para poder darles algo de comer de lo que quedan de residuos de algunos brotes.
Como sustituto a la falta de pastizales en los agostaderos, los ganaderos acuden a los vecinos municipios de Juan Aldama y Miguel Auza, lo mismo que a la zona menonita de La Honda a comprar pacas de rastrojo y tazole, que son los residuos que quedan de las cosechas frijoleras y de forrajes a un precio de 50 a 60 pesos cada una, mismo que, mezclado con pollinaza, les ayuda con algo de alimento de muy baja calidad para su ganado.
La ganadería atraviesa una de sus peores crisis
La temporada de estiaje está dañando seriamente a los productores agrícolas y ganaderos, además de la eliminación de los subsidios ya no hay un programa de emergencia que pueda mitigar la muerte de ganado y la falta de agua, el gobierno federal retiro programas de apoyo es un tema que se ha planteado demasiadas veces y parecerá muy trillado, pero sin embargo es una realidad que las familias del campo lo viven día a día, están atravesando por momentos críticos ante la falta del vital líquido, sobre todo en el caso de la muerte de ganado, que se ha presentado en toda la zona del semidesierto, como es el caso de Simón Bolívar, San Juan de Guadalupe, Santa Clara, San Luis del Cordero, San Pedro del Gallo.
“Mientras las autoridades no implementen una estrategia para mitigar los efectos del estiaje, el ganado seguirá muriendo es muy probable que en pocos días se comience a recibir reportes de la mortalidad de ganado también de la región de los llanos debido a la sequía que azota al estado y por ende esta región, es demasiado severa y no es de este año, son varios años que se ha venido arrastrando de la misma manera”, nos mencionó Lucio Ayala González, presidente de la asocian ganadera local de Guadalupe Victoria.
Al recordar lo que se vivió en el año de 2011, donde fueron miles de animales los que murieron por la sequía y falta de alimento, “y que replicó muy parecido al 2019 y ahora el 2021 pinta por el mismo camino, la poca o nula presencia de agua se traduce a la igual a miles de animales muertos, el patrimonio de las familias se puede perder, tal como pasó en 2011”, finalizó.
La ganadería del sector está colapsada, suman miles de cabezas de ganado que han muerto, el precio del ganado y de las exportaciones han caído hasta en un 60% y se ha venido agravando conforme avanzan los días, durante los recorridos por diferentes puntos de la entidad a pie de carretera vemos ganado muerto, como consecuencia de la falta de agua y alimento.
Ante la sequía que está enfrentando el sector ganadero en la entidad, solicitan al gobierno federal una declaratoria de emergencia, “Desgraciadamente el gobierno federal quitó todos los programas de apoyo para el campo y eso lo hace más complicado, el gobierno estatal, implemento un programa de suplemento alimenticio en este mes, sin el apoyo del Gobierno federal es difícil poder ayudar a todos los ganaderos de este estado”, mencionó Lucio Ayala.
Las condiciones climáticas que se presentan en el norte del estado, hacen que se presente muerte de ganado, las pocas reses que quedan son vendidas ante la falta de agua y alimento, informó el presidente de la Unión Ganadera Regional del Norte (UGRN), Arnoldo Amaya Carrete. Además, Indicó que por parte del Gobierno federal no han recibido apoyo, caso contrario al Gobierno del Estado en donde ha comenzado a fluir la entrega de suplemento en esta región del estado.
Las ayudas deben ser urgentes, debido a que la situación cada vez más se torna crítica, ya que la expectativa es que sería un año muy complicado para el sector ganadero en la entidad. El campo duranguense está estancado en su peor crisis y, en lugar de rescatarlo, el gobierno federal ha decidido desaparecer programas sociales y de apoyo a la ganadería, afectando al 88 por ciento de los pequeños productores del país. El presidente Andrés Manuel López Obrador, durante su mandatado, ha decidido eliminar programas sociales y, en cambio, privilegió la entrega de dinero como herramienta para provocar el incremento en el consumo de los pobres.
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