El rezago educativo es una consecuencia de la falta del desinterés de los planes de desarrollo a nivel nacional, ya que, históricamente hemos sido encasillados en México y en América Latina como proveedores de maquila para las grandes empresas mundiales de ropa, autopartes, computadoras. Los gobiernos anteriores y el actual han entrado en esta dinámica que somete al pueblo mexicano a una pobreza intelectual que radica en la falta del desarrollo de los planes de estudio para que los niños y jóvenes de educación básica desarrollen nuevas habilidades matemáticas y lectoras que los lleven a generar ideas que cambien su entorno social.
La estrategia actual de la Secretaría de Educación, emitida en su acuerdo para regular las acciones específicas y extraordinarias para la conclusión del ciclo escolar 2021-2022, en la cual se precisa a los docentes que la calificación mínima no podrá ser menor a 6, pone en desventaja al gremio docente porque ya de por si era un secreto a voces, desde hace varios años, que al alumno de primaria no se le podía reprobar y eso provocó una falta de compromiso de padres y alumnos por desarrollar su máximo potencial.
Ahora, de manera oficial y con la indicación expedita de la Secretaría de Educación, nos encontramos docentes y alumnos en una fabrica de obreros maquiladores destinados a no tener un desarrollo intelectual por la carencia de este filtro importante que de alguna manera incentiva a mejorar o dar nuestra mejor nota en las aulas de clase.
El verdadero motivo por el cual la educación debe dar resultados es por el compromiso económico ante el Banco Mundial por el dinero prestado a México para desarrollar habilidades lectoras que reviertan el rezago educativo y se traduzcan en pobreza. Aprobando a los alumnos sin tener las habilidades lectoras no les permitirán desarrollar su seguridad y solo se cumplirá en papel el compromiso con los dueños del mundo.
La medida implementada por la secretaria de Educación, Delfina Gómez, nos está destinando a un atraso aun mayor al que se tiene y que hemos tenido por la falta de desinterés de los gobiernos ,si bien en su momento la creación de instituciones y programas a nivel nacional de alfabetización, se quedaron estancadas en solo mantenernos instruidos en la lectura y la escritura ahora ya ni eso vamos a lograr con la premisa “sepas hacerlo o no, ya pasaste al siguiente grado”, decisiones equivocadas para evitar la desbandada de las aulas mayor a los 5.2 millones de alumnos que ya abandonaron las aulas.
Es necesario revertir estas cifras de deserción que se van a traducir en delincuencia e inseguridad para nuestra sociedad. Los planes de estudio se deben dirigir a cubrir una necesidad local con valores de integridad y trabajo que no se van a lograr facilitando el trabajo desde la educación básica, se les está dando el pescado y no lo saben pescar.
Está comprobado que la constancia y la diciplina en el estudio ,el arte y la cultura cambian el destino de las sociedades y es necesaria la implementación en nuestros planes de estudios de manera elemental el seguir el ejemplo de las escuelas Antorchistas que no han soltado la cultura y la diciplina para transformar y reconstruir el tejido social que comienza con la parte más básica y esencial que es la diciplina consciente de no obtener de manera fácil y cómoda la aprobación del curso en los niveles más básicos.
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