MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Rescatemos a nuestros hijos de la tragedia educativa

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Estimadas madres y padres de familia, y estimados lectores que me dedican unos minutos de su valioso tiempo para conocer mis humildes pero sinceras opiniones; les saluda con mucho gusto, y a la vez, con sentida preocupación, una maestra que ha dedicado con mucho cariño, casi 15 años de su vida a la educación de los hijos del sector más empobrecido de nuestro estado; es decir, los hijos de los campesinos. A través de la presente quiero manifestar con mucho pesar, que nunca, en todo el tiempo que ya mencion&eacute, había vivido yo una tragedia similar en materia educativa. Hoy más que nunca, urge la coordinación entre padres y maestros, para rescatar la educación de nuestros valiosos jóvenes.

El año que ya hemos pasado ha sido sumamente difícil para todos, sobretodo, lamentable para muchas familias que perdieron a un ser querido. Estamos a punto de completar un año de inesperada pandemia, debido al virus SARS-CoV-2 que paralizó a nuestro país y al mundo entero. Las víctimas de la crisis sanitaria y de la crisis económica en nuestro país se han contado por cientos de miles, algunos perdiendo su empleo, y otros más, recibiendo un ingreso menor a lo cotidiano, causando inevitables problemas en la economía familiar.

En el ambiente magisterial no ha sido menos la tragedia. Hemos tenido que adaptar nuestras prácticas cotidianas a lo que acontece, por ejemplo, cambiar la forma de enseñar, la forma de aprender, la forma de organizarnos, y hasta la forma de comunicarnos con nuestros estudiantes. Ahora nuestra casa se ha convertido en una oficina en donde planeamos nuestras actividades, en una sala de video-llamadas, en un cubículo de atención a padres y alumnos, que no conocemos ya, más que por mensaje o video; además de lidiar con la difícil tarea de ser padres, esposas, amas de casa y maestras de nuestros propios hijos. Y, para colmo, como casi siempre en estas fechas, se nos retrasa el pago quincenal en uno de los meses más difíciles del año, sin respuestas lógicas ni certeras simplemente se nos niega nuestro derecho al salario.

Nuestros alumnos, por su parte, han tenido que salir de casa para trabajar; la gran mayoría han pasado de ser solo los hijos de la casa, a ser parte fundamental del sustento familiar, han tenido que madurar más rápidamente para aportar un ingreso económico al hogar, trabajando en lo que sea, en horarios completos y extras. Todo esto les ha ocasionado disminución en la atención a sus actividades escolares y un riesgo grande de contagio.

La pandemia lo ha trasformado todo. La estrategia "aprende en casa&rdquo, a través de la educación virtual, creo que ha sido una malograda idea que el gobierno federal tuvo, para no frenar totalmente las actividades escolares.  Lo digo no por su iniciativa, sino por no considerar la falta de condiciones. Pero, a casi un año de implementada esta estrategia, el fracaso es muy evidente, los alumnos responden menos y con menor calidad a los requerimientos fundamentales de su educación. Los resultados que tenemos al día de hoy que finaliza oficialmente el semestre A, están cerca de parecer una tragedia educativa.

No puedo evitar sentirme angustiada por los siguientes resultados: en el primer semestre, 61% de los alumnos reprobaron una o más materias, y el 27% de ellos no se comunicaron para nada ni contestaron los mensajes en todo el periodo; en tercer semestre nos fue peor: el 67% reprobaron más de una materia, y el 22% no respondió a ningún mensaje. El quinto semestre el 44% de los alumnos reprobaron más de una materia, y el 13% no respondió los mensajes ni se comunicaron para nada. En números totales, de los 127 alumnos que estudian en nuestro plantel, el 57% reprobaron; es decir, más de la mitad, y el 22% abandonó prácticamente su educación de bachillerato, al no emitir ninguna señal. Así la tragedia educativa que vivimos hoy.

Aunado a esto, la estrategia del Gobierno federal, de brindar apoyo económico a través de las becas "Benito Juárez&rdquo, promueve, sin ponerse a meditar en ello, la corrupción de los valores del estudiante pues muchos de ellos cobraron su beca, sabiendo que no entregaron ni una sola actividad o evidencia académica en todo el semestre, que acredite su condición de estudiante. Al día de hoy, del total de los alumnos ya evaluados líneas arriba, el 62% ya fueron beneficiados con su beca, el 30% está a punto de cobrarla, y el 8% restante la recibirá a finales de febrero; es decir, que, en el mes de marzo, el 100% de los estudiantes habrá cobrado ya su apoyo económico.

Pero, ¿tienen la culpa los estudiantes? Sinceramente no, ellos no la tienen. La tienen los gobiernos, cuyas estrategias no contemplan nunca la formación del hombre nuevo, bueno, honrado y solidario, tal como lo necesita nuestro país.

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Pero no pretendo tampoco juzgar a los padres, sé que están trabajando duro para mantener a una familia; no los juzgo por no prestar atención a sus hijos, pues sé que están agotados debido a las extenuentes e interminables jornadas de trabajo, y las extenuantes e interminables tareas del hogar y la atención a los demás hijos. Pero nuestros muchachos, el futuro de nuestras familias y de nuestra nación, están siendo seriamente afectados por una situación adversa que nadie eligi&oacute, y algo debemos hacer. Ya los libros pasaron a segundo plano, y son sustituidos casi completamente por los dispositivos móviles; las dudas ya no se nos plantean a los profesores, sino a un buscador en la red que todo lo contesta; la escuela ha dejado de ser el segundo hogar de los jóvenes, donde, con cada tarea se practicaban los valores, se desarrollaban las habilidades socioemocionales y se socializaba el conocimiento.

La educación ha cambiado sus formas, pero no la esencia. La esencia sigue siendo la misma: transformar al hombre en un hombre nuevo, capaz de concebirse y transformarse en un agente de cambio para mejorar la situación, no solo de él, sino la de todos los que le rodean. Si no logramos esto con nuestros hijos; entonces nuestro sacrificio habrá sido en vano.  Urge la unión solidaria entre padres y maestros.

Lo primero que debe hacer un padre o madre de familia, es organizarse para permanecer en comunicación constante con los maestros y directivos, a través de los medios que nos sean posibles: llamadas telefónicas, mensajes de whatsapp, video-llamadas, correos electrónicos, etcétera, para que se mantengan bien informados del avance educativo de sus hijos. En segundo lugar, debemos reconocer que nuestros hijos carecen de las condiciones básicas para realizar sus tareas, pues les dedican muy poco tiempo, debido a que tienen que salir a trabajar, no cuentan con internet y no tienen un espacio adecuado en casa para realizar sus trabajos; y muchos de ellos no cuentan con una computadora o dispositivo donde hacer sus trabajos. Organicémonos los padres y maestros, y elevemos una petición formal a las autoridades correspondientes para que cada alumno tenga su computadora, es su derecho.

Finalmente, debemos unirnos en una sola voz, padres, profesores y alumnos, solicitando el apoyo de las autoridades correspondientes, para que nuestra escuela cuente con la infraestructura ideal para trabajar con las modernas tecnologías de la información, pues es evidente que estamos conociendo las consecuencias de no tenerlas.

Por lo demás, a nombre del magisterio organizado, del EMSAD 04 "Emiliano Zapata” -al que honrosamente pertenezco-, cuenten siempre con nuestro compromiso y esfuerzo, para brindar acompañamiento y apoyo a sus hijos e hijas con profesionalismo y vocación de servicio, como lo hemos hecho hasta ahora, por el bien de nuestro país. ¡Iniciemos mejor organizados el próximo semestre!

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