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REPORTAJE | Durango, en alerta por contagios de meningitis aséptica

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Hasta el pasado seis de diciembre, la meningitis viral o aséptica había provocado la muerte de 22 personas, contagiado a 71 y puesto en sospecha de infección a otras 80 en Durango.

Pero el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, declaró con titubeos que no hay evidencias para afirmar que el mal se trasmita por contacto, aunque reconoció que tampoco se debe descartar esta posibilidad porque “aún no se conoce el origen del contagio”.

En la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el martes pasado, afirmó además que el brote posiblemente fue causado por la contaminación de un anestésico aplicado en cinco hospitales privados, donde la mayoría de las víctimas son mujeres que fueron atendidas sin la oportunidad sanitaria adecuada en las áreas de ginecobstetricia.

Según información oficial, el número de personas infectadas podría ser de 200 a 300, razón por la que se ha conformado un cerco sanitario para localizar a las personas que, en días recientes, recibieron atención médica en alguno de los cinco nosocomios donde se detectó la meningitis viral.

Esta infección es causada por uno o varios tipos de virus, bacterias u hongos que inflaman los tejidos que cubren el cerebro y la médula espinal. Para esta afección, cuyos síntomas más evidentes son convulsiones que suelen llevar a los pacientes al coma, no hay un tratamiento específico hasta ahora, sino únicamente medidas de control, según especialistas de la Oficina del Centro de Control de Enfermedades en Atlanta, con sede en México.

Puede detectarse mediante una muestra de líquido cefalorraquídeo obtenido con una punción lumbar, precedida de una neuroimagen para determinar si hay un aumento de la presión intracraneal o una masa. Estos síntomas pueden deberse a un ligero incremento de proteínas; pero cuando su concentración es muy alta, se trata de una meningitis bacteriana aguda. La glucosa suele ser normal o ligeramente inferior y la recuperación del paciente tarda de siete a 10 días.

La nueva alerta sanitaria surgió a principios de noviembre, cuando la Secretaría de Salud de Durango (SSD) debió atender a las primeras víctimas fatales de esta infección vírica, y detectó que habían sido pacientes de cinco hospitales privados y que su contagio fue provocado por un hongo hallado en una partida defectuosa de bupivacaína, un anestésico local.

Sobre la versión de que esta sustancia anestésica hubiera estado contaminada y que sea la responsable de las infecciones, aún no hay certeza absoluta, como anunció el martes pasado López-Gatell, quien textualmente advirtió que “sería especulativo atribuir los casos a los frascos fabricados, almacenados o al uso mismo del anestésico en los pacientes”.

En esa fecha, reveló que la Secretaría de Salud (Ssa) está realizando investigaciones; sin embargo, hasta ahora, éstas solo han servido para establecer que en la mayoría de los casos se trata de mujeres sometidas a tratamientos obstétricos en los que se le aplicó bloqueo espinal con el citado anestésico y que el número de muertes sigue elevándose, de acuerdo con el último informe de la SSD.

“A los pacientes que sepan que el tratamiento no es el adecuado, el personal de salud está intentando recibirlos lo más pronto posible para iniciar un tratamiento muy temprano; puesto que esto, cuando ya avanza, es muy difícil de detener clínicamente. Tendremos que ver el resultado y no va a estar para mañana, tomará semanas, meses; esto va a ser un maratón”, aseguró Alejandro Macías, médico infectólogo.

Las autoridades locales están brindando un tratamiento preventivo a las más de mil 400 personas que recurrieron a los hospitales privados, aun si no han tenido ninguno de los síntomas.

“Estados Unidos (EE. UU.) nos está recomendando empezar a suministrar antimicóticos orales a todas, independientemente de que salgan positivo o negativo en la punción lumbar. Esto es para que los podamos empezar a tratar con tiempo”, aclaró por su parte el gobernador del estado, Esteban Villegas Villareal.

En una entrevista con medios locales, el mandatario comparó la meningitis aséptica con la covid-19 debido a que no se tiene certeza de cuál es el tratamiento adecuado y que su origen es aún desconocido porque no hay literatura, antecedentes, protocolos de prevención y un registro de casos similares. Por lo tanto, continúan las investigaciones, pese a que ya se sabe que un hongo es el causante de las muertes.

La causa, un sistema de salud deficiente

Este problema médico en Durango se suma a otros igualmente graves que el deficiente sistema de salud pública de México no ha atendido con la debida responsabilidad, incluso por la manifiesta y aún escandalosa negligencia de sus actuales autoridades, como ha ocurrido con el combate a la pandemia de covid-19 y la falta de medicamentos para niños con cáncer.

Estas actitudes de negligencia médica del Gobierno Federal no son las únicas que provocaron escándalo. En 2020 murieron 14 pacientes de diálisis días después de que, en un hospital de Petróleos Mexicanos (Pemex), se les administrara un medicamento contaminado con bacterias; otros 69 pacientes pudieron superar las infecciones.

La Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) ha solicitado el retiro de los lotes defectuosos de Bupivacaína y Bupivacaína pesada en las 32 entidades federativas. Este medicamento es producido por Pisa, empresa farmacéutica establecida en México, que anunció que está colaborando con las autoridades.

“Hemos iniciado las actividades de trazabilidad y obtención de análisis del perfil de seguridad de los lotes reportados por Cofepris y por Comisión para la Protección Contra Riesgos Sanitarios del Estado de Durango (Coprised)”, anunció la compañía en un comunicado, en el que también llamó a declarar “una cuarentena y aislamiento preventivo de cuatro lotes de Bupivacaína y Bupivacaína pesada”. Estos lotes se integran con 247 mil 369 piezas del anestésico.

No es la primera vez que la farmacéutica es cuestionada. En octubre de 2020, durante la pandemia de covid-19, ella y su filial, la distribuidora Dimesa, fueron inhabilitadas durante 30 meses para surtir medicamentos debido a que proporcionaron información falsa para obtener un contrato con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). En mayo de 2019, la Cofepris había detectado irregularidades en la fabricación de metotrexato, que se utiliza en los tratamientos de quimioterapia más comunes.

A la fecha, pese a la extrema gravedad de la meningitis, las autoridades federales omiten u ocultan datos relevantes; y aunque la Coprised determinó el cierre de cuatro de los cinco hospitales particulares querellados, aseguró el medicamento, los instrumentales clínicos y los expedientes, el número de infectados aumenta porque desconocen su situación y los familiares de las víctimas no son atendidos.

La titular de la Fiscalía General del Estado (FGE), Sonia Yadira de la Garza Fragoso, informó que se siguen tres líneas de investigación: contaminación en medicamentos, en las superficies y áreas de los hospitales; en agujas o instrumental médico utilizado en cirugías, y la posible compra irregular de aditamentos en establecimientos no autorizados.

La funcionaria agregó que se han girado más de 80 oficios a diferentes autoridades y dependencias para solicitar información; y que, del 29 de noviembre hasta la semana anterior, se habían obtenido siete órdenes de aprehensión contra administradores y dueños de hospitales privados donde se aplicó el anestésico contaminado.

“En la búsqueda de los responsables, la investigación les corresponde a otras instancias, en este caso Cofepris, que es la instancia a nivel nacional, que es la encargada de hacer toda esta investigación, con Coprised y algunas otras instancias que están participando, debido a que se han presentado ya denuncias por estos casos”, aseguró por su lado la titular de la SSD, Irasema Kondo Padilla.

“No somos asesinos, somos personas, siempre somos cálidos, somos muy cuidadosos, somos ángeles guardianes de esos pacientes que se están operando. Somos solidarios con la sociedad en general, sabemos que están sufriendo ellos, en particular los familiares de esos pacientes que contrajeron esta enfermedad; pero que tengan la seguridad de que ninguno de nosotros hemos actuado con dolo”, denunció el doctor José Luis Ricardo Hernández, representante de la Federación Mexicana de Colegios de Anestesiología (FMCA).

Por su parte, Carlos Francisco Martínez Ortiz, médico y presidente del Colegio de Anestesiología de Durango (CAD), reveló que sus colegas trabajan con los insumos suministrados por las instituciones médicas privadas o públicas; y que, por tal motivo, desconocen si éstos se hallan en buen estado.

A pesar de que los contagios aumentan y se resiente la falta de un tratamiento específico para combatir la meningitis, las medidas de control sanitario y social no se extienden aún a las familias de los duranguenses afectados, la mayoría de escasos recursos, cuya economía resultó severamente dañada y su salud está en riesgo extremo.

“¡Basta de impunidad!”, fue la consigna de familiares de los pacientes con meningitis quienes, en días recientes, demandaron a las autoridades que se castigue a los responsables y se indemnice a los deudos, porque su situación emocional y financiera resulta muy compleja.

El tratamiento preventivo en los casos sospechosos requiere el consumo de 12 cajas de antimicótico al menos durante dos meses, que el costo unitario promedio de este fármaco es de 10 mil pesos; por lo que un paciente bajo sospecha necesita más de 160 mil pesos. Este hecho, más el crecimiento de los contagios y las muertes, tienen en absoluta incertidumbre a las familias y al gobierno local.

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