El jueves 10 de agosto en la ciudad de León, Guanajuato, la violencia reapareció como todos los días en este país. Lo crudo de esto fue un video difundido en redes sociales y viralizado en poco tiempo por millones de internautas en este se muestra el asesinato de una mujer en plena luz del día, pensar o siquiera hablar de la violencia y de la inseguridad que sufren los mexicanos a nivel nacional no es algo fuera de lo común.
En el estado de Guerrero, que ha sido recientemente foco de violencia entre grupos del crimen organizado y que ha arrasado la vida de al menos más de 20 personas, las notas diarias no hablaban de otro tema sino de la inseguridad en el estado de Guanajuato, por lo que sucedió; otro de los casos que me estremeció ocurrió en el estado de San Luis Potosí, en dónde un sujeto molió a golpes a un joven menor de edad que trabajaba en la cadena de alimentos Subway. Esta sucesión de hechos, de los que estoy más que segura que no han sido los únicos, demuestran una violencia desenfrenada en el país.
No voy a enfocarme a la crítica común de que esto es originado por las pésimas políticas establecidas en nuestro país, sino he de remarcar un factor, el cual no es criticado en estos casos y me refiero al capitalismo; aquellas personas que nunca en su vida han hecho un análisis de este sistema de producción que impera a nivel mundial jamás entenderá porque Andrés Manuel López Obrador es un completo infructuoso en la silla presidencial, ni tampoco porque los gobernadores de cada estado a los que pertenecen los anteriores casos mencionados son incluso producto de este sistema y vea usted le explico:
En lo particular, cuando termino de ver estos sucesos, me quedan lágrimas en los ojos y un coraje en la garganta que a nadie se lo puedo gritar a la cara puesto que el capitalismo no tiene cara, es un modo de producción que ha infectado a la humanidad en general.
El capitalismo es un modo de producción en la que al individuo se le hace más individualista y ajeno a los problemas sociales, aquellas personas que tienen medios de producción, que emplean a la fuerza de trabajo (campesinos y obreros), a los que toman para echar a andar esos medios y obtener sus riquezas o lo que con un estudio científico correcto Marx llamó plusvalía, que quiere decir que se adueñan del trabajo no pagado, aquel que es robado a los explotados.
De esta manera en la actualidad aquellos que son dueños de estos medios aparecen en la lista de Forbes como “los hombres más ricos del mundo” y que gracias a este sistema sale toda una superestructura que cuida los intereses de estos individuos ya que esa es la base económica de la sociedad, el capital determina una serie de factores más grandes de los que se aparenta.
No voy a enfocarme a la crítica común de que esto es originado por las pésimas políticas establecidas en nuestro país, sino he de remarcar un factor, el cual no es criticado en estos casos y me refiero al capitalism
Cuando toda esta estructura está configurada de esta forma, los que no tenemos medios de producción nos queda una sola opción y es ir a vender nuestra fuerza de trabajo por unos cuantos pesos, de manera que al no tener dinero para poder alcanzar esos modos de vida puestos en nuestra pantalla se buscan a como dé lugar, ¿cómo? Bueno en el empleo informal, teniendo tres empleos para llevar a casa un poco de comida y en otros casos que resultan ser los peores cuando ya no se tiene de otra para poder sobrevivir nace el vandalismo, el narcotráfico y otros más.
Un sistema que absorbe el recurso para crecer las cuentas de unos cuantos individuos mientras a los que quedamos fuera completamente de esa cadena tenemos que apañarnos por librar los días, desencadena al final en este tipo de situaciones, en las que puse al principio. Nuestro sistema se ha encargado de que el estado brinde las condiciones solo para que los dueños de los medios de producción sigan enriqueciéndose, por eso López Obrador es un completo inútil para atender las necesidades del pueblo, por eso Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, gobernador de Guanajuato, no controla los problemas en su estado, por eso las conductas de los tipos como el de San Luis que sin piedad golpeó a un niño hasta dejarlo casi inconsciente.
Todos los mexicanos deberían comenzar a preguntarse porque después de tantos partidos frente al poder no han servido para mejorar las condiciones de nada, porque ni Calderón, ni Peña Nieto, ni ahora López Obrador, son gobiernos que buscan mejorar las condiciones del país ni de los que padecemos hambre y miseria diario, de los que salimos a las seis de la mañana rumbo a nuestro trabajo temerosos de que pueda ser el último día, de aquellos que ni estando en sus trabajos están a salvo.
El México de hoy es un país decadente en el que da tanta tristeza ver como este sistema nos ha adormecido el alma y la sensibilidad humana, en la que nadie siente en carne propia la injusticia ajena, en la que no hay un partido popular que respalde los intereses de los más desprotegidos, un país que ha normalizado los asesinatos, la pregunta que uno se hace al final de día es ¿por cuánto tiempo podremos seguir viviendo así?
Trato de explicar con palabras lo más sencillas que pueda describir este fenómeno, México debe ser un país organizado, un país politizado y para aquellos que aún no se animen a mirar el trabajo del Movimiento Antorchista Nacional deben hacerlo con urgencia, dejando de lado aquellas bazofias en contra de nosotros, sabemos cuál es el mal de nuestro país y sabemos cómo repararlo.
En cualquier estado de la República todos los días tratamos de mejorar las condiciones de vida de la gente, pero no nos frenamos a ello, sino al de educar a la gente, con nuestro deporte, con nuestra cultura y con conciencia política de clase, creando cada vez más ciudadanos que aunque con coraje y tristeza por ver lo que la mala distribución de la riqueza y del sistema han hecho con nuestro mismos hermanos de clase, dejándolos ignorantes y enajenados.
No existe motivo alguno para caer en la tristeza y en la cobardía; ahora más que nunca los antorchistas tenemos la razón y los mexicanos en general deben saber que hay una llama que ilumina, que por más de casi 50 años hemos trabajado por mostrar cuál es el gran mal de nuestro país y lo seguiremos haciendo hasta que el pueblo tome el poder y comience a crear un auténtico gobierno popular.
Hermanos, a mis hermanos de clase yo les vengo a recordar una de las frases que todo revolucionario tiene presente: “Sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario”.
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