No, laministración actual de Nayarit, que encabeza Miguel Ángel Navarro Quintero, no va bien, lo demuestran varios datos estadísticos sobre el comportamiento de la economía local. Veamos algunos de ellos. ad
De acuerdo con el ITAEE (Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal), publicado por el INEGI el 28 de julio, que, según su propia descripción, es un indicador de coyuntura que ofrece un panorama sobre la evolución económica de las entidades federativas del país; nos arroja los siguientes resultados:
Durante el primer trimestre de 2022, la actividad económica de Nayarit mostró un incremento anual del 1 por ciento, que resultó del crecimiento de las actividades terciarias de 2.7 por ciento y de la contracción de las actividades primarias y secundarias de 0.7 y 4.6 por ciento, respectivamente. Este dato es el que han presumido algunos medios de comunicación locales, el incremento del 1 por ciento anual. Si bien es cierto que vamos saliendo de una pandemia que contrajo la economía del país y, por lo tanto, también de la entidad; igual es cierto que el actual gobierno no ha hecho lo necesario para remontar esta situación.
Si hablamos de las actividades primarias, las cuales se refieren a la agricultura, ganadería, pesca y aprovechamiento forestal, tuvo una reducción anual del 0.7 por ciento, con lo cual el estado se ubica en el lugar 24 a nivel nacional, en cuanto a las actividades secundarias que corresponden a los sectores dedicados a la industria de la minería, manufacturas, construcción y electricidad, la caída anual fue de 4.6 por ciento, lo cual ubicó a Nayarit en el lugar 29 entre las 32 entidades federativas del país. Agregaremos a estos datos el hecho de que en la agricultura y la construcción se emplean la inmensa mayoría de los habitantes de Nayarit que, por falta de oportunidades para estudiar, los ha condenado el sistema capitalista y que, con la reducción de estas áreas de la economía estatal, los lleva al desempleo y a una vida más precaria. No nos debe sorprender que actualmente, Nayarit registre una tasa de informalidad del 59.7 por ciento.
Entonces, ¿Puede la actual administración afirmar que va bien? Yo sostengo que no; los datos estadísticos nos reflejan que la economía se contrae en la realidad, pues los precios de la canasta básica van en aumento, los salarios no le alcanzan a las familias. Necesitamos que el crecimiento de la economía de nuestro estado se vea reflejado en los hogares, en una mejor alimentación, en la salud, en la educación y en la prestación de mejores servicios públicos como agua, drenaje, electricidad; mientras no existan mejoras en estos rublos para la población, ningún gobierno puede decir que va bien, aun cuando pague a las más prestigiadas casas encuestadoras para que lo ubiquen como los mejores.
Tampoco ningún pueblo debe conformarse con que se destaque un aspecto del desarrollo de nuestro estado y del cual nos hablen como lo máximo que está haciendo el gobernante en turno, porque más que ellos, nosotros, en cada una de nuestras comunidades y colonias, vivimos diariamente la negligencia y la falta de compromiso de los que dicen representarnos y defendernos y que, a nuestra costa, hacen que los grandes empresarios aumenten sus fortunas. Y si no es así, que respondan ¿por qué desalojan a los locatarios de los mercados? ¿Por qué desalojan a los ambulantes? la respuesta la dio un alto funcionario del gobierno actual: afean la ciudad. No nos engañemos, no nos confundamos, la solución a los grandes problemas de los pobres es la organización y la lucha por una transformación más profunda de nuestro país.
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